¿Qué son las grasas trans? Son malas para usted?

grasas trans

Es posible que haya escuchado mucho sobre las grasas trans. Estas grasas son notoriamente nocivas para la salud, pero es posible que no sepa por qué. Aunque la ingesta ha disminuido en los últimos años a medida que ha aumentado la conciencia y los reguladores han restringido su uso, las grasas trans siguen planteando un problema de salud pública.

¿Qué son las grasas trans?

Las grasas trans, o ácidos grasos trans, son una forma de grasa insaturada. Vienen en formas naturales y artificiales. Las grasas trans naturales o de rumiantes se encuentran en la carne y los productos lácteos de los animales rumiantes, como el ganado vacuno, ovino y caprino. Se forman naturalmente cuando las bacterias en el estómago de estos animales digieren la hierba.

Por lo general, estos tipos comprenden del 2 al 6% de la grasa de los productos lácteos y del 3 al 9% de la grasa de los cortes de carne de res y cordero. Sin embargo, los consumidores de carne y productos lácteos no deben preocuparse. Varias revisiones han concluido que una ingesta moderada de estas grasas no parece dañina.

La grasa trans de rumiantes más conocida es el ácido linoleico conjugado (CLA), que se encuentra en la grasa láctea. Se cree que es beneficioso y se comercializa como suplemento dietético.

Sin embargo, las grasas trans artificiales, también conocidas como grasas trans industriales o grasas parcialmente hidrogenadas, son peligrosas para la salud. Estas grasas se producen cuando los aceites vegetales se alteran químicamente para permanecer sólidos a temperatura ambiente, lo que les da una vida útil mucho más larga.

¿Dañan tu corazón?

Las grasas trans artificiales pueden aumentar su riesgo de enfermedad cardíaca. En una serie de estudios clínicos, las personas que consumen grasas trans en lugar de otras grasas o carbohidratos experimentaron un aumento significativo en el colesterol LDL (malo) sin el correspondiente aumento de colesterol HDL (bueno) colesterol.

Mientras tanto, la mayoría de las otras grasas tienden a aumentar tanto el LDL como el HDL. De manera similar, reemplazar otras grasas dietéticas con grasas trans aumenta significativamente la proporción entre el colesterol total y el HDL (bueno) y afecta negativamente a las lipoproteínas, que son factores de riesgo importantes para las enfermedades cardíacas.

De hecho, muchos estudios observacionales relacionan las grasas trans con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

¿Afectan la sensibilidad a la insulina y la diabetes?

La relación entre las grasas trans y el riesgo de diabetes no está completamente clara. Un gran estudio en más de 80,000 mujeres señaló que aquellas que consumían la mayor cantidad de grasas trans tenían un 40% más de riesgo de diabetes.

Sin embargo, dos estudios similares no encontraron relación entre la ingesta de grasas trans y la diabetes. Varios estudios controlados que examinan las grasas trans y los factores de riesgo de diabetes, como la resistencia a la insulina y los niveles de azúcar en sangre, muestran resultados inconsistentes.

Dicho esto, la investigación en animales revela que grandes cantidades de grasas trans dañan la función de la insulina y la glucosa. En particular, en un estudio de 6 años en monos, una dieta alta en grasas trans (8% de las calorías) causó resistencia a la insulina y aumento de la grasa abdominal y la fructosamina, un marcador de alto nivel de azúcar en sangre.

Relación con la inflamación

Se cree que el exceso de inflamación es la causa principal de muchas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, síndrome metabólico, diabetes y artritis. Dos estudios indican que las grasas trans aumentan los marcadores inflamatorios cuando reemplazan otros nutrientes en la dieta, pero otro estudio cambió la mantequilla por margarina y no encontró diferencias. En estudios observacionales, las grasas trans están relacionadas con un aumento de los marcadores inflamatorios, especialmente en personas con exceso de grasa corporal.

Relación con los vasos sanguíneos y el cáncer

Se cree que las grasas trans dañan el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, conocido como endotelio. En un estudio de 4 semanas en el que las grasas trans reemplazaron a las grasas saturadas, el colesterol HDL (bueno) se redujo un 21% y la dilatación de las arterias se deterioró en un 29%.

En otro estudio, los marcadores de disfunción endotelial también aumentaron con una dieta rica en grasas tran. Aún así, muy pocos estudios han examinado el efecto de las grasas trans sobre el cáncer.

En un esfuerzo de investigación a gran escala llamado Nurses ‘Health Study, la ingesta de grasas trans antes de la menopausia se asoció con un mayor riesgo de cáncer de mama después de la menopausia. Sin embargo, dos revisiones sugieren que el vínculo con el cáncer es muy débil.

Fuentes en la dieta moderna

Los aceites vegetales parcialmente hidrogenados son la mayor fuente de grasas trans en su dieta porque son baratos de fabricar y tienen una larga vida útil.

Si bien se encuentran en una variedad de alimentos procesados, los gobiernos se han movido recientemente para restringir las grasas trans. En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) prohibió el uso de aceite parcialmente hidrogenado en la mayoría de los alimentos procesados.

Sin embargo, esta prohibición no se ha implementado completamente, por lo que muchos alimentos procesados aún contienen grasas trans. Varios otros países han tomado medidas similares para reducir el contenido de grasas trans de los productos procesados.

Como evitarlos

Puede ser complicado evitar por completo las grasas trans. En los Estados Unidos, los fabricantes pueden etiquetar sus productos como «sin grasas trans» siempre que haya menos de 0,5 gramos de estas grasas por porción. Claramente, algunas galletas “sin grasas trans” podrían sumarse rápidamente a cantidades dañinas.

Para evitar las grasas trans, es importante leer las etiquetas con atención. No coma alimentos que tengan elementos parcialmente hidrogenados en la lista de ingredientes. Al mismo tiempo, leer las etiquetas no siempre es suficiente. Algunos alimentos procesados, como los aceites vegetales regulares, contienen grasas trans pero no las nombran en la etiqueta o en la lista de ingredientes.

Un estudio de EE. UU. Sobre aceites de soja y canola comprados en tiendas encontró que entre el 0,56 y el 4,2% de las grasas eran grasas trans, sin ninguna indicación en el envase. Por lo tanto, lo mejor que puede hacer es reducir la cantidad de alimentos procesados ​​en su dieta.

Conclusiones

La mayoría de las grasas trans de la dieta occidental son peligrosas para la salud. Aunque las grasas trans de rumiantes (naturales) de productos animales se consideran seguras en cantidades moderadas, las artificiales están fuertemente asociadas con problemas de salud, incluida la enfermedad cardíaca.

Las grasas trans artificiales también están relacionadas con la inflamación a largo plazo, la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, especialmente para las personas con obesidad o exceso de peso. Aunque la cantidad de grasas trans en la dieta moderna ha disminuido, la ingesta promedio sigue siendo una preocupación en muchos países.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

¿Cuál es la diferencia entre grasas saturadas e insaturadas?

Grasas insaturadas

¿Qué son las grasas alimentarias?

Las grasas pueden tener mala reputación, pero la grasa es vital para su salud. El cuerpo realmente necesita grasa para obtener energía y para muchos procesos críticos, como la absorción de ciertas vitaminas y minerales.

Durante varias décadas, las tiendas de comestibles estadounidenses han estado abastecidas con una variedad de productos alimenticios bajos en grasa y sin grasa. Debido a que la grasa tiene un alto contenido de calorías, eliminarla parecía una buena forma de controlar el peso y mejorar la salud.

Desafortunadamente, los azúcares agregados y los carbohidratos refinados se utilizan a menudo para reemplazar la grasa en los alimentos procesados. Eso se suma a muchas calorías adicionales con poco o ningún valor nutricional.

Sin embargo, hay una grasa mala que debes evitar: las grasas trans. No tienen ningún valor nutricional y son perjudiciales para la salud.

A menudo se encuentran en:

  • comida frita
  • bocadillos procesados
  • productos horneados

En junio de 2015, la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) anunció su posición de que los aceites parcialmente hidrogenados, la principal fuente de grasas trans artificiales en los alimentos procesados, no son «generalmente reconocidos como seguros» para comer. Los fabricantes de alimentos tienen 3 años para eliminarlos.

Este proceso ya ha comenzado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando para eliminar las grasas trans del suministro mundial de alimentos para 2023. Otros dos tipos de grasas alimentarias son grasas saturadas e insaturadas. En lugar de tratar de reducir la grasa, es más útil aprender más sobre estos dos tipos de grasa y cómo afectan su cuerpo.

¿Qué son las grasas saturadas?

Las grasas que están muy empaquetadas sin dobles enlaces entre los ácidos grasos se denominan grasas saturadas. Hay algunas excepciones, pero la mayoría son sólidas a temperatura ambiente.

Las fuentes de grasas saturadas incluyen:

  • Trozos grasos de carne como ternera y cordero.
  • algunos productos de cerdo y pollo.
  • productos lácteos que incluyen crema, leche entera, mantequilla, manteca y queso.
  • aceites de coco y palma.

El debate sobre si el consumo de grasas saturadas es malo para la salud del corazón ha estado en curso durante décadas. Los estudios de investigación ofrecen hallazgos contradictorios con respecto al impacto de las grasas saturadas en la salud del corazón, lo que hace que este tema sea particularmente confuso para los consumidores.

Si bien está claro que saturado las grasas elevan los lípidos en sangre, incluidos los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y algunos otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como la inflamación, no está claro si las grasas saturadas aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

Por ejemplo, una revisión de 2014 de 32 estudios que incluyeron 27 ensayos de control aleatorios que involucraron a más de 650,000 personas no encontró asociación entre la ingesta de grasas saturadas y el riesgo de enfermedad cardíaca.

La revisión concluyó que, «La evidencia actual no respalda claramente las pautas cardiovasculares que fomentan un alto consumo de ácidos grasos poliinsaturados y un bajo consumo de grasas saturadas totales». Sin embargo, otros estudios han demostrado que la ingesta de grasas saturadas puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca.

Si bien la investigación sobre este tema está en curso, es importante tener en cuenta que las grasas saturadas son solo una parte de su ingesta dietética. Lo más importante para mantener su salud y reducir su riesgo de enfermedad es la calidad general de su ingesta dietética y estilo de vida.

Una dieta rica en grasas saturadas puede aumentar sus niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), lo que aumentará su riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2. Un estudio preliminar mostró que la carne de res alimentada con pasto puede elevar el colesterol menos que la carne de res alimentada con granos. La carne de res magra alimentada con pasto generalmente contiene menos grasa.

¿Qué es la grasa insaturada?

Las grasas insaturadas están sueltas. Suelen ser líquidos a temperatura ambiente.

Hay dos tipos principales de grasas insaturadas:

Grasas monoinsaturadas

La investigación muestra que el consumo de grasas monoinsaturadas de origen vegetal puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y la mortalidad general.

Los alimentos con mayor contenido de grasas monoinsaturadas incluyen:

  • aceite de oliva.
  • aceite de cacahuete.
  • aguacates.
  • la mayoría de las nueces.
  • la mayoría de las semillas.

Grasas poliinsaturadas

Su cuerpo necesita grasas poliinsaturadas para funcionar. Las grasas poliinsaturadas ayudan con el movimiento muscular y la coagulación de la sangre. Dado que su cuerpo no produce este tipo de grasa, debe obtenerla a través de su dieta.

Las grasas poliinsaturadas se pueden dividir en dos tipos: ácidos grasos omega-3 y omega-6. Los ácidos grasos omega-3 son beneficiosos para la salud del corazón.

Las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3 son:

  • pescados grasos, como sardinas, atún, salmón, trucha, caballa y arenque.
  • lino molido y aceite de linaza.
  • soja.
  • ostras.
  • semillas de girasol.
  • nueces.
  • semillas de chia.
  • semillas de cáñamo.

Existe un debate sobre el papel inflamatorio de los ácidos grasos omega-6. La mayoría de los estadounidenses consumen más que suficientes. El consumo de demasiados alimentos ricos en grasas omega-6 puede aumentar la inflamación en su cuerpo y aumentar el riesgo de ciertas afecciones de salud, incluida la obesidad.

Los ácidos grasos omega-6 se pueden encontrar en:

  • aceite de canola.
  • aceite de cártamo.
  • aceites de soja.
  • aceite de girasol.
  • aceite de nuez.
  • aceites de maíz.

Según la Escuela de Medicina de Harvard, una investigación reciente revela que no hay suficiente evidencia de que las grasas saturadas aumenten el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Sin embargo, según un Estudio de 2017, la evidencia sugiere que la elección de grasas poliinsaturadas en lugar de grasas saturadas puede reducir el riesgo. Ese no es el caso si reemplaza las grasas saturadas con azúcar y carbohidratos procesados.

Algunos aceites pueden tener más beneficios para la salud que otros. El aceite de canola, aunque se considera una grasa insaturada, es muy refinado. Según un estudio de 2018, la investigación ha demostrado que puede tener efectos negativos en la salud. Se recomienda consumir aceites con moderación y variar la ingesta de tipos de aceites.

Un estudio de 2016 ha descubierto que calentar repetidamente los aceites vegetales puede disminuir su actividad antioxidante y aumentar la producción de radicales libres, lo que puede provocar efectos negativos en la salud. Evite el sobrecalentamiento o la quema de aceites vegetales para mantener su contenido de nutrientes.

¿Cuáles son los niveles recomendados de ingesta de grasas?

Las personas necesitan grasas, por lo que no tienes que prescindir de ellas. Sin embargo, las autoridades reguladoras recomiendan que coma grasas saturadas con moderación.

La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda limitar la ingesta de grasas saturadas a menos del 6 por ciento de sus calorías diarias. Eso se traduce en aproximadamente 120 calorías, o aproximadamente 13 gramos por día con una dieta diaria de 2,000 calorías.

Según la Clínica Cleveland, la ingesta total de grasas debe estar entre el 20 y el 35 por ciento, lo que equivale a entre 44 y 77 gramos de grasa total al día con una dieta de 2000 calorías.

Sin embargo, la investigación muestra que ciertas dietas ricas en grasas, como la dieta mediterránea y las dietas bajas en carbohidratos, son beneficiosas para la salud en general. En última instancia, sus necesidades energéticas, genética y estilo de vida son los mejores indicadores de sus necesidades de macronutrientes.

Consejos para asegurarse de que su dieta sea equilibrada

La elección de incorporar fuentes nutritivas de grasas en su dieta puede beneficiar su salud de muchas maneras, que incluyen:

  • aumentando la saciedad y reduciendo el hambre
  • ayudándole a mantener un peso saludable
  • mejorar los niveles de lípidos en sangre

Sin embargo, no todas las grasas son iguales.

La siguiente tabla puede ayudarlo a elegir las fuentes de grasa más saludables.

Fuentes de grasa no saludablesFuentes saludables de grasa
margarinaaceite de oliva, aceite de aguacate y aceite de coco
helado, glaseado y otros alimentos azucarados con alto contenido de grasayogur entero o bajo en grasa sin azúcar
Bebidas grasas con alto contenido calórico como la leche entera con chocolate, comida frita, manteca vegetalaguacates, coco sin azúcar, Olivos
carnes procesadas como tocino y fiambresnueces, semillas y mantequillas de nueces
Aceites vegetales refinados, incluido el aceite de canola, alimentos empaquetados con alto contenido de grasa, como papas fritas y galletaspescado con alto contenido de grasa como salmón y sardinas, huevos enteros, semillas de chía y cáñamo

Otros alimentos ricos en grasas como el queso y la mantequilla también pueden adaptarse a un estilo de vida saludable. Solo use moderación con estos y otros alimentos ricos en grasas, ya que son ricos en calorías y pueden provocar un aumento de peso si se consumen en exceso.

Al preparar las comidas, tenga en cuenta que ciertas grasas son más apropiadas para los métodos de cocción a altas temperaturas, mientras que otras solo deben agregarse a los platos después de la cocción porque son más sensibles al calor.

Por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra o el aceite de aguacate funcionan bien para saltear o freír, mientras que los aceites delicados como los de nuez y lino solo deben usarse para dar sabor a los platos después de cocinarlos.

A continuación, presentamos algunos consejos para una alimentación saludable:

  • Saltear con aceite de oliva o aceite de aguacate.
  • Hornee con aceite de oliva, girasol, coco o aguacate.
  • Hornee, ase o ase a la parrilla mariscos y aves en lugar de freír.

Cuando vaya de compras, lea atentamente las etiquetas nutricionales. Tenga cuidado al comprar productos reducidos en grasas, ya que las grasas a menudo se reemplazan con azúcares y otros aditivos que no son buenos para su salud en general.

La forma más fácil de asegurarse de elegir artículos saludables al comprar es llenar su carrito con alimentos en su mayoría enteros, sin procesar y ricos en nutrientes como verduras, frutas, fuentes de proteínas de relleno y grasas saludables.

Conclusiones

La alimentación saludable comienza con una dieta rica en alimentos integrales, incluidas fuentes de grasas saludables como aguacates, nueces, semillas, huevos y aceite de oliva.

Así como el consumo excesivo de cualquier macronutriente puede provocar un aumento de peso, comer demasiados alimentos ricos en grasas puede hacer que aumente de peso si las calorías no se tienen en cuenta en otra parte de su dieta.

Tener sobrepeso u obesidad puede aumentar su riesgo de enfermedad cardíaca y otras afecciones crónicas de salud como la diabetes. Sin embargo, las grasas son una parte esencial de la dieta. Intente elegir los tipos correctos de grasas y disfrútelos con moderación como parte de un plan de alimentación saludable.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

¿Son buenos los anacardos para usted? Nutrición, beneficios y desventajas

anacardos

Los anacardos son una semilla en forma de riñón procedente del árbol de anacardo, un árbol tropical originario de Brasil pero que ahora se cultiva en varios climas cálidos en todo el mundo.

Aunque comúnmente se conocen como nueces de árbol y son nutricionalmente comparables a ellas, los anacardos son en realidad semillas. Son ricas en nutrientes y compuestos vegetales beneficiosos y son una adición fácil a muchos platos.

Como la mayoría de los frutos secos, los anacardos también pueden ayudar a mejorar su salud en general. Se han relacionado con beneficios como la pérdida de peso, un mejor control del azúcar en la sangre y un corazón más saludable. Este artículo revisa la nutrición, los beneficios y las desventajas de los anacardos para determinar si son buenos para usted.

Rica en nutrientes

Los anacardos son ricos en una variedad de nutrientes. Una onza (28 gramos) de anacardos sin tostar y sin sal le proporciona alrededor de:

  • Calorías: 157
  • Proteína: 5 gramos
  • Grasa: 12 gramos
  • Carbohidratos: 9 gramos
  • Fibra: 1 gramo
  • Cobre: 67% del valor diario (DV)
  • Magnesio: 20% de la VD
  • Manganeso: 20% de la VD
  • Zinc: 15% de la VD
  • Fósforo: 13% de la VD
  • Hierro: 11% de la VD
  • Selenio: 10% de la VD
  • Tiamina: 10% de la VD
  • Vitamina K: 8% de la VD
  • Vitamina B6: 7% de la VD

Los anacardos son especialmente ricos en grasas insaturadas, una categoría de grasas relacionada con un menor riesgo de muerte prematura y enfermedades cardíacas.

También son bajos en azúcar, una fuente de fibra y contienen casi la misma cantidad de proteína que una cantidad equivalente de carne cocida.

Además, los anacardos contienen una cantidad significativa de cobre, un mineral esencial para la producción de energía, el desarrollo saludable del cerebro y un sistema inmunológico fuerte. También son una gran fuente de magnesio y manganeso, nutrientes importantes para la salud ósea.

Contiene compuestos vegetales beneficiosos

Las nueces y las semillas se consideran potencias de antioxidantes, y los anacardos no son una excepción.

Los antioxidantes son compuestos vegetales beneficiosos que mantienen su cuerpo saludable al neutralizar las moléculas que causan daños conocidas como radicales libres. A su vez, esto ayuda a reducir la inflamación y aumenta la capacidad de su cuerpo para mantenerse saludable y libre de enfermedades.

Los anacardos son una rica fuente de polifenoles y carotenoides, dos clases de antioxidantes que también se encuentran en otros frutos secos. Los estudios relacionan los antioxidantes en nueces como nueces, nueces y almendras con niveles más bajos de daño celular oxidativo.

Debido a su perfil antioxidante similar, se puede esperar que los anacardos ofrezcan beneficios similares para combatir la oxidación. Esto puede ser particularmente cierto en el caso de los anacardos tostados, que parecen tener una mayor actividad antioxidante en comparación con sus contrapartes crudas.

Dicho esto, el número de estudios específicos sobre el anacardo es limitado y se necesita más investigación antes de poder sacar conclusiones sólidas.

Puede ayudarte a perder peso.

Las nueces son ricas en calorías y grasas. Por lo tanto, a las personas que desean perder peso tradicionalmente se les ha aconsejado que limiten la cantidad de nueces en su dieta. Sin embargo, la investigación está comenzando a vincular las dietas ricas en nueces con una mayor pérdida de peso y un peso corporal más bajo en general que las dietas sin nueces.

Esto puede explicarse en parte por el hecho de que los anacardos parecen proporcionar al cuerpo menos calorías de las que se pensaba. Según la base de datos FoodData Central del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), los anacardos proporcionan 157 calorías por porción de 1 onza (28 gramos).

Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que el cuerpo humano solo puede digerir y absorber alrededor del 84% de estas calorías. Esto probablemente se deba a que una parte de la grasa que contienen permanece atrapada dentro de la pared fibrosa del anacardo en lugar de ser absorbida durante la digestión.

Por otro lado, tostar o moler nueces puede aumentar la capacidad de su cuerpo para digerirlas por completo, aumentando así la cantidad de calorías absorbidas.

Como resultado, los beneficios de la pérdida de peso pueden ser más fuertes para los anacardos enteros y crudos, aunque se necesita más investigación para confirmarlo. Y es posible que esté sacrificando el beneficio antioxidante que se obtiene al tostar anacardos.

Además de proporcionar menos calorías de las esperadas, las nueces también son ricas en proteínas y fibra, que se sabe que reducen el hambre y promueven la sensación de saciedad, los cuales pueden promover aún más la pérdida de peso.

Puede mejorar la salud del corazón

Las dietas ricas en nueces, incluidos los anacardos, se han relacionado constantemente con un menor riesgo de enfermedades, como derrames cerebrales y enfermedades cardíacas.

Uno encontró que las personas con diabetes tipo 2 que consumían el 10% de sus calorías diarias de anacardos tenían proporciones más bajas de colesterol LDL (malo) a colesterol HDL (bueno) que aquellas que no consumían anacardos en absoluto.

Una proporción baja de LDL a HDL generalmente se considera un marcador de buena salud cardíaca.

Otros dos estudios relacionan el consumo de anacardos con niveles más altos de colesterol HDL y presión arterial más baja, así como con la reducción de los niveles de colesterol total y LDL.

Sin embargo, una revisión reciente muestra resultados contradictorios. Uno de los estudios incluidos sugiere que la ingesta regular de anacardos puede reducir la presión arterial y los niveles de triglicéridos. Sin embargo, no encuentra ningún efecto sobre los niveles de colesterol total, LDL o HDL.

De manera similar, otra revisión no pudo encontrar cambios significativos en los niveles de colesterol o triglicéridos luego del consumo de 1 a 3,8 onzas (28 a 108 gramos) de anacardos por día durante 4 a 12 semanas.

Los investigadores sugieren que estos resultados inconsistentes pueden deberse al número limitado de estudios y al pequeño tamaño de los participantes. Concluyen que aunque los anacardos tienen la misma probabilidad de beneficiar la salud del corazón que otros frutos secos, se necesita más investigación para confirmarlo.

También puede haber diferencias en función de si los participantes en estos estudios reemplazaron bocadillos más poco saludables con anacardos o simplemente agregaron anacardos a sus patrones de alimentación actuales.

Puede ser beneficioso para las personas con diabetes tipo 2.

Las personas con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse al agregar anacardos a su dieta. Esto se debe en parte a que los anacardos son una buena fuente de fibra, un nutriente que ayuda a prevenir los picos de azúcar en la sangre y que se cree que ofrece protección contra la diabetes tipo 2.

Los estudios que analizan los efectos de los anacardos en los niveles de azúcar en sangre son limitados. Sin embargo, en un estudio, las personas con diabetes tipo 2 que consumían el 10% de sus calorías diarias de anacardos tenían niveles generales de insulina más bajos, un marcador del control del azúcar en la sangre, que aquellos que no consumían anacardos en absoluto.

Además, los anacardos solo contienen 8 gramos de carbohidratos netos por porción, de los cuales menos de 2 gramos provienen de azúcares. Los carbohidratos netos se refieren a la cantidad total de carbohidratos en un alimento, menos la cantidad de fibra que contiene, lo que proporciona un valor para la cantidad neta de carbohidratos que su cuerpo realmente puede absorber.

Es probable que la sustitución de alimentos con más carbohidratos netos y azúcar por anacardos ayude a reducir los niveles de azúcar en sangre. Dicho esto, se necesita más investigación para examinar los efectos de las dietas ricas en anacardos en personas con diabetes tipo 2.

Fácil de agregar a tu dieta.

Los anacardos son muy fáciles de agregar a su dieta. Se pueden comer crudos o asados, y son un refrigerio portátil fácil. Los anacardos enteros o molidos también se pueden incorporar en una variedad de platos, que van desde tofu revuelto y salteados hasta sopas, ensaladas y guisos.

La mantequilla de anacardo es otra forma de agregar anacardos a su dieta. Extiéndalo sobre una tostada o revuélvalo con yogur o avena. También puede procesar mantequilla de anacardo junto con avena y sus frutos secos favoritos para hacer bolas energéticas caseras y sin hornear.

Los anacardos también se pueden remojar y mezclar con vinagre de sidra de manzana o jugo de limón para hacer su propia crema agria o queso crema sin lácteos. Úselos para agregar sabor a las comidas o para hacer versiones sin lácteos de sus postres favoritos.

Solo tenga en cuenta que algunos anacardos tostados y salados pueden contener cantidades significativas de aceites y sal agregados. Si su objetivo es limitar el exceso de sal o grasas agregadas, considere elegir variedades de anacardos tostados secos o crudos sin sal siempre que sea posible.

Conclusiones

Los anacardos son ricos en fibra , proteínas y grasas saludables. También contienen una variedad de vitaminas, minerales y compuestos vegetales beneficiosos que protegen la salud.

Al igual que las nueces, los anacardos pueden promover la pérdida de peso, el control del azúcar en la sangre y la salud del corazón. Sin embargo, hay menos investigación sobre anacardos que sobre otros frutos secos. Por lo tanto, se necesitan más estudios específicos sobre el anacardo para confirmar estos beneficios.

Dicho esto, hay pequeñas desventajas de agregar más anacardos a su dieta. Solo recuerde elegir variedades crudas o tostadas en seco sin sal siempre que sea posible.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

Efecto de las condiciones de almacenamiento y el encerado en el estatus hídrico y la calidad poscosecha en frutos de pepino de mesa y mango

mango y pepino

El estrés de agua provocado por una transpiración excesiva al almacenar los frutos en condiciones deficientes de humedad, provoca frutos marchitos y flácidos, acelera los procesos de maduración y acorta la vida de anaquel.

El estado hídrico presente en las células vegetales es uno de los factores principales que determinan la calidad y la vida de anaquel de los productos perecederos. El estrés de agua provocado por una transpiración excesiva al almacenar los frutos en condiciones deficientes de humedad, provoca frutos marchitos y flácidos, acelera los procesos de maduración y acorta la vida de anaquel.

A pesar de que el contenido de agua en las frutas es considerado primordial para mantener frutos turgentes con calidad aceptable, aún se desconoce la relación que existe entre el estado hídrico del producto hortofrutícola, el manejo poscosecha y las condiciones de almacenamiento. Ahora bien, el estado hídrico está definido por el contenido de agua y el potencial hídrico de los tejidos.

La pérdida de agua de los frutos ocurre principalmente, vía permeabilidad, así como también a través de los estomas y las lenticelas localizadas en la cutícula de los frutos. Este fenómeno, se puede reducir de manera significativa en función de las condiciones óptimas de almacenamiento del producto (temperatura y humedad relativa), así como con la aplicación de ceras, las cuales reducen la velocidad de transpiración.

Dado que las frutas y hortalizas continúan perdiendo agua aún después de ser cosechados, desarrollar modelos que permitan predecir la calidad y la vida de anaquel, utilizando los cambios que ocurren en los parámetros de agua de los frutos en función de las diferentes condiciones de almacenamiento (Déficit de Presión de Vapor, DPV) y manejo poscosecha (encerado) permitirá establecer estrategias de comercialización, enfocadas en mantener la calidad (apariencia y turgencia del fruto.

Por tal motivo, el objetivo de este estudio fue, investigar el efecto que tienen las condiciones de almacenamiento y el encerado en el estatus hídrico y la calidad poscosecha, de tal manera que esta información permitiera generar modelos matemáticos para predecir la vida de anaquel de frutos de pepino y mango.

Para lo anterior, los frutos fueron inicialmente divididos en dos lotes. A un lote se le aplicó cera comercial (Decco para pepino y Britex para mango) y el otro lote fue dejado como testigo (sin cera). Posteriormente, los frutos fueron almacenados bajo diferentes DPV, desde 0.19 hasta 1.26 KPa. Se monitoreó la pérdida de peso diaria y acumulativa, la firmeza, los potenciales hídrico (Ψw), osmótico (Ψs) y de presión (Ψp); así como los sólidos solubles totales (°Brix) y el contenido relativo de agua (CRA).

En pepino, los primeros síntomas de pérdida de calidad (marchitamiento, ilustrado con flechas) se mostraron cuando los frutos alcanzaron un 6 % de pérdida de peso, independiente de las condiciones de DPV o la aplicación de cera. La aplicación de cera redujo la pérdida de peso en las distintas condiciones de almacenamiento (Figura 1).

La pérdida de peso diaria de frutos con y sin cera en función de las condiciones de almacenamiento (DPV) permitió generar modelos para predecir la pérdida de peso (Figura 2). Frutos encerados en condiciones de baja humedad relativa (DPV=1.26 KPa), alcanzaron el 6 % de pérdida de peso a los seis días. Los frutos (con o sin cera) bajo condiciones de alta humedad relativa (DPV=0.2 KPa), nunca alcanzaron estos valores (Figura 1).

Los potenciales hídrico, osmótico y de presión iniciales en el fruto mostraron valores de -0.4 MPa, 0.6 MPa y 0.2 MPa, respectivamente. Durante almacenamiento los frutos generaron valores más negativos en el Ψw y Ψs, particularmente en condiciones de baja humedad relativa.

El contenido relativo de agua (CRA) disminuyó más del 10% durante el almacenamiento. Valores inferiores al 88 % de CRA, indicaron plasmólisis celular, al disminuir el Ψp a valores negativos. Valores más negativos de Ψs estuvieron asociados con incrementos en los sólidos solubles totales.

Figura 1. Porcentaje de pérdida de peso acumulado en (a) frutos de pepino testigo; y (b) frutos de pepino encerado, durante el almacenamiento a 24ºC /- 2ºC con diferentes condiciones de DPV /- Error estándar de 10 repeticiones.


Figura 2. Porcentaje de pérdida de peso diaria en frutos de pepino almacenado bajo diferentes condiciones de DPV durante 14 días a 24ºC /- 2ºC.

Figura 3. Pérdida de peso en frutos de mango cv. Keitt testigos y encerados almacenado bajo diferentes condiciones de DPV. Misma letra entre frutos testigo o tratados son significativamente diferentes a un infinito del 5 por ciento.

En los frutos de mango, la aplicación de cera fue más efectiva en reducir la pérdida de peso de los frutos almacenados en condiciones altas de DPV. (Figura 3). A diferencia de los resultados generados para pepino, en mango, los modelos para predecir pérdida de peso en función de las condiciones de almacenamiento (DPV), presentaron interceptos similares entre frutos con y sin cera, pero pendientes diferentes y significativas a través del tiempo (Figura 4).

A pesar de que los valores de CRA del 88 % estuvieron asociados a un potencial de presión negativo (plasmólisis), los frutos de mango mantuvieron su calidad comercial hasta que los valores de CRA fueron inferiores al 84 %. El comportamiento del Ψw en los frutos de mango mostró cambios más drásticos durante su almacenamiento variando desde -1.0 hasta -2.8 MPa dependiendo de las condiciones de DPV y la aplicación de cera.

Esto fue debido, principalmente, a la acumulación de solutos, característico de frutas dulces, observándose una estrecha relación entre el contenido de sólidos solubles y el Ψs (Ψs= -0.1031 MPA* – 0.3262 °Brix).

Figura 4. Porcentaje de pérdida de peso diario en frutos de mango cv. Keitt testigos y encerados bajo diferentes condiciones de DPV.

Las ecuaciones de regresión del porcentaje de pérdida de peso diaria en función al déficit de presión de vapor durante almacenamiento, pueden ser utilizadas para predecir la vida de anaquel de los frutos. De la misma manera, esta pérdida de calidad está asociada a cambios en los potenciales hídricos y el contenido relativo de agua.

Este estudio ofrece información nueva acerca del estatus hídrico en poscosecha de frutos de pepino y mango y demuestra claramente la importancia del encerado en los frutos, así como la necesidad de mantener valores bajos de DPV (alta humedad relativa) para extender la vida de anaquel de los frutos.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

Factores que influyen en el proceso de compostaje de residuos

compostaje

El compostaje es un proceso biooxidativo, en el que intervienen numerosos y variados microorganismos, que requiere una humedad adecuada y sustratos orgánicos heterogéneos en estado sólido. Dicho proceso implica el paso por una etapa termofílica y una producción temporal de fitotoxinas, dando al final como productos de los procesos de degradación, dióxido de carbono, agua y minerales, así como una materia orgánica estabilizada, libre de fitotoxinas y dispuesta para su empleo en agricultura sin que provoque fenómenos adversos.

En este proceso, se observan dos etapas o fases bien distintas: por un lado, la propia fase de compostaje, durante la cual la actividad de los microorganismos que intervienen en el proceso es máxima, como consecuencia de tener disponible gran cantidad de compuestos fácilmente biodegradables, procedentes de los materiales de partida. Durante toda esta fase el pricipal proceso que se produce es la mineralización de la fracción orgánica.

Posteriormente tiene lugar la fase de maduración o estabilización en la que la actividad de los microorganismos está ralentizada, pues disponen de poco material biodegradable, mineralizado durante la fase anterior. En esta segunda fase predomina la humidificación de los componentes orgánicos con reacciones de policondensación y polimerización, dando lugar al final a la formación de un producto similar al humus, que se conoce con el nombre genérico de compost.

1. Factores que influyen en el proceso de compostaje

Al considerar los diferentes factores que intervienen en el proceso de compostaje, conviene hacer distinción entre aquellos que se refieren al proceso industrial en sí (maquinaria, construcción y equipos) y los que se refieren al propio compostaje (Costa et al., 1995).

Los principios teóricos del compostaje son simples, pero deben de ser seguidos escrupulosamente durante el mismo si se quiere alcanzar un producto bien estabilizado y con suficiente garantía de calidad. Desafortunadamente, a veces no se tienen en cuenta dichos principios, situación que se ha visto agravada hasta hace muy poco por la falta de una legislación precisa; esto ha favorecido la salida al mercado de productos de baja calidad que, aunque todos son llamados compost, tienen muy poco en común entre ellos.

Puesto que el proceso de compostaje es fundamentalmente biológico se ve afectado por, todos los factores que influyen, directa o indirectamente, en el metabolismo microbiano.

La optimización del proceso en sí mismo debe consistir en realizarlo de forma adecuada y en el menor tiempo posible. Esto será factible si se controlan determinados parámetros. En gran medida, el control dependerá del sistema de compostaje empleado y, por ello, resulta difícil definir niveles óptimos de parámetros sin tener en cuenta el sistema utilizado en su elaboración.

1.1. Características relativas a la naturaleza del sustrato.

Los principales residuos o subproductos que se utilizan actualmente para la producción de composts son de orígenes diversos: agrícola, ganadero, urbano (basura y lodos), forestales y algunos industriales.

Los sustratos que intervienen en el compostaje juegan un papel importante en el mismo en función de sus propias características físicas y químicas.

Físicas:

El tamaño de las partículas es fundamental en el proceso de compostaje, ya que cuanto mayor sea la superficie expuesta al ataque microbiano, más rápida y completa será la reacción (mayor actividad química por unidad de masa). Por lo tanto, el desmenuzamiento del material facilitará el ataque por parte de los microorganismos e influirá sobre la velocidad del proceso, pudiendo hasta duplicarla si se muele el material (Poincelot, 1974).

La preparación de los materiales orgánicos que se emplean en el compostaje, en particular cuando se trata de los residuos sólidos urbanos, se puede hacer de dos maneras: mecánicamente, que consiste en reducir el tamaño de las partículas mediante molienda seguido de una separación de materiales inertes por diversos métodos (corriente de aire, electromagnéticos, etc.), o por un proceso de cambiador biológico y mecánico, en el cual los desechos se depositan en un reactor biológico de uno a tres días, en donde comienza un proceso de degradación biológica junto con la reducción del tamaño de las partículas.

Después de esto, la fracción orgánica del residuo sólido urbano ha sufrido un cambio drástico y emerge por flotación en el reactor, separándose entonces fácilmente los materiales inertes. Gracias a este sistema, la materia orgánica se reduce a un tamaño conveniente y además se inicia el ataque por los microorganismos, siendo éste muy homogéneo.

El conjunto de la masa orgánica puesta a “compostar” consta de una parte sólida, otra líquida y una tercera gaseosa de tal manera que existe un constante intercambio entre las tres.

La transformación microbiológica de la fracción orgánica en el compostaje es un proceso oxidativo aerobio; por ello, la relación superficie/volumen de las partículas tiene una influencia directa en la forma y velocidad de la degradación. La relación aire/agua en los intersticios de las partículas es igualmente importante; agua y oxígeno son indispensables para la actividad microbiológica y cuando la proporción es menor del nivel crítico, el metabolismo microbiano y la respiración disminuyen y se paralizan.

Químicas:

Las características químicas más importantes, en relación al sustrato, son su condición molecular y su composición elemental. La utilidad de los residuos que se emplean en el compostaje varía en función de la disponibilidad de elementos nutritivos que posean.

Los microorganismos sólo pueden aprovechar compuestos simples y, por ello, las moléculas complejas han de romperse en otras más sencillas (por ejemplo, las proteínas en aminoácidos y éstos en amoníaco), para poder ser asimiladas. Para conseguir estas rupturas en sus unidades constituyentes se necesitan reacciones enzimáticas, que serán más complejas cuanto mayor sea la estructura molecular.

Los microorganismos que intervienen en el proceso de compostaje precisan elementos esenciales para su nutrición, desarrollo y reproducción. Entre éstos, están algunos micronutrientes (boro, manganeso, zinc, cobre, hierro, molibdeno y cobalto) que deben de estar presentes en poca cantidad, pues pueden llegar a ser tóxicos a concentracciones altas.

Macronutrientes como nitrógeno, carbono y fósforo son fundamentales para la formación de compost. El primero de ellos, debido a la naturaleza proteínica del protoplasma, es un elemento esencial para la reproducción celular. No conviene que esté presente en exceso, pues podría pasar a ión amonio y perderse.

El carbono es necesario en la sínteis celular para la formación del protoplasma, así como de lípidos, grasas y carbohidratos. Durante el metabolismo se oxida para producir energía y anhídrido carbónico. Es el elemento que debe estar presente en mayor cantidad, puesto que constituye el 50% de las células de los microorganismos y el 25% del anhídrido carbónico que se desprende en la respiración. El fósforo desempeña un papel transcendental en la formación de compuestos celulares ricos en energía, siendo necesario para el metabolismo microbiano.

1.2. Factores relativos al propio proceso de compostaje.

Entre los factores relativos al propio proceso de compostaje se incluyen los siguientes (Costa et al., 1995): temperatura, pH, aireación, humedad y relación C/N.

Temperatura:

Los restos de animales y plantas se descomponen por la acción de los microorganismos mesófilos que utilizan los hidratos de carbono y proteínas más fácilmente asimilables.

Cuando los restos orgánicos se amontonan, el efecto aislante del material tiende a guardar el calor y elevar la temperatura, alcanzándose un máximo en un tiempo determinado, el cual va a depender de una serie de factores que se comentan a continuación.

Como se observa este proceso se divide en cuatro etapas: mesofílica, termofílica, enfriamiento y maduración. Al comienzo del proceso la masa está a temperatura ambiente y, por lo general, es ligeramente ácida. Conforme la población mesofílica indígena se multiplica, la temperatura crece rápidamente. Entre los productos que se forman en esta etapa inicial, existen ácidos orgánicos sencillos que causarán un descenso del pH.

A temperaturas superiores a 40ºC, la actividad mesofílica cesa y la degradación entra en la fase termofílica. A 60ºC los hongos termófilos mueren y la reacción se lleva a cabo por las bacterias formadoras de esporas y los actinomicetos. Aunque a estas temperaturas la celulosa y la lignina se atacan muy poco, las ceras, proteínas y hemicelulosas se degradan rápidamente. Conforme se consumen los materiales fácilmente degradables, la reacción se ralentiza y el calor que se genera es menor que el que se pierde, comenzándose a enfriar la masa.

Cuando la temperatura desciende de 60ºC, los hongos termófilos de los lugares menos calientes de la pila reinvaden la masa y comienza el ataque de la celulosa. La hidrólisis y subsiguiente asimilación de polímeros por los microorganismos es un proceso relativamente lento y, por tanto, la generación de calor decrece hasta alcanzar la temperatura del medio ambiente. Alrededor de los 40ºC los organismos mesófilos reemprenden su actividad.

Las tres etapas del ciclo de compostaje tienen lugar en un tiempo relativamente corto (de días a semanas), pero la etapa de madurez requiere períodos mayores (meses). Esta última tiene lugar a temperatura ambiente, predominando los organismos mesófilos y apareciendo la mesofauna. En esta etapa, la producción de calor y la pérdida de peso son escasas, y se producen complejas reacciones secundarias de condensación y de polimerización, que dan lugar al “humus” como producto final.

Muchas veces este parámetro se ha considerado como indicativo de la evolución del proceso de compostaje dado que se ha demostrado que existe uma correlación directa entre el pH y la calidad y cantidad del humus.

En los primeros momentos del proceso de compostaje, el pH inicial puede sufrir un descenso, debido a que los microorganismos actúan sobre la materia orgánica más lábil, produciéndose una liberación de ácidos orgánicos. Posteriormente tiene lugar una subida del pH como consecuencia de un aumento en la concentración del ión amonio.

Conviene tener presente que un gran aumento del pH, acompañado de fuertes subidas de temperatura, puede suponer la pérdida de nitrógeno en forma de amoníaco. Conforme se estabiliza el material, los valores de pH suelen situarse entre 7 y 8 (Carnes y Lossin, 1970; Nogales et al., 1982).

En general, se pueden compostar materiales dentro de un amplio rango de valores de pH (desde 3 hasta 11) sin embargo, los comprendidos entre 5 y 8 son los que se consideran óptimos. Mientras que las bacterias prefieren un pH cercano al neutro, los hongos se desarrollan mejor en medio ácido.

Aireación:

Para conseguir que las diferentes etapas del compostaje se desarrollen en condiciones aerobias, los microorganismos existentes deben tener oxígeno suficiente, ya que de no ser así son sustituidos por los anaerobios con el consiguiente retardo del proceso de compostaje y producción de H2S en el medio; además, los procesos de reducción anaerobios se desarrollan mediante rutas metabólicas y con poblaciones microbianas diferentes a los aerobios.

Por tanto, en el compostaje es necesaria la aireación de las pilas, pero siempre dentro de unos límites, ya que un exceso de ventilación podría provocar el enfriamiento de la masa con la consiguiente reducción de la actividad metabólica de los microorganismos.

El consumo de oxígeno está relacionado con la temperatura, la humedad, los materiales de partida y el tamaño de los mismos. En la masa de compostaje, el dióxido de carbono se incrementa gradualmente, mientras que el oxígeno decae. La suma de los dos suele estar entorno al 20% del total de la masa, siendo mayoritario el oxígeno (15-20%). Cuando el oxígeno baja de estos niveles, los microorganismos anaerobios comienzan a sustituir a algunos aerobios.

El oxígeno no sólo es necesario para la respiración de los microorganismos y el metabolismo aerobio, sino también para oxidar algunas moléculas orgánicas presentes en la masa que se desea compostar. El consumo de oxígeno es directamente proporcional a la actividad microbiana y por tanto existe una relación directa entre éste y la temperatura. En el rango de 28-55ºC se alcanza el máximo de actividad microbiana y el mayor consumo de oxígeno.

Humedad:

Cuando este parámetro es escaso, la actividad de los microorganismos disminuye. La humedad y la aireación están íntimamente relacionadas, pues el aire de los intersticios es desplazado por el agua, pudiendo alterar el estado de agregación y estructura del material de partida. Resulta muy difícil establecer una humedad óptima, ya que en este factor, al igual que en los considerados antes, influye el tamaño y estado físico de las partículas, así como el sistema empleado en la realización del compostaje.

La humedad debe de ser alta durante la etapa de descomposición, en la que prevalecen las bacterias. Si esta humedad desciende por debajo del 35-40%, la actividad microbiana desciende, pudiendo llegar hasta la inhibición. En la etapa de estabilización, el contenido en humedad requerido es menor, puesto que lo que prevalecen son actinomicetos y hongos.

Por encima del 60%, el agua desplaza al aire de los espacios libres existentes y las condiciones se hacen anaerobias, produciéndose la emisión de malos olores y disminuyendo la velocidad del proceso. Se cree que una humedad óptima oscila entre el 50-60%, dependiendo del material empleado. En la práctica, el exceso de humedad puede ser reducido con la aireación por volteos.

De acuerdo con Golueke (1975), una humedad menor del 40% reduce la actividad de los microorganismos, principalmente de las bacterias, y si es menor del 30% se convierte en un factor limitante para la descomposición; por debajo del 12% cesa, prácticamente, toda la actividad biológica, siendo el proceso extremadamente lento.

Relación C/N:

Para el buen desarrollo del proceso de compostaje, se considera de interés que el material de partida tenga una relación C/N adecuada. Según la mayoría de los investigadores, éste es un aspecto muy importante y teniendo en cuenta que los microorganismos utilizan generalmente treinta partes de carbono por una de nitrógeno, esta relación (30:1) debe considerarse óptima en los materiales que se van a compostar (Kiehl, 1985).

Hay autores que señalan los umbrales de 26-35 como los más recomendables para un rápido y eficiente compostaje. Si éstos son inferiores se producen pérdidas de nitrógeno en forma amoniacal mientras que si, por el contrario, la relación inicial es muy elevada, el proceso se prolonga y es preciso rebajarla añadiendo alguna fuente nitrogenada.

2. SISTEMAS DE COMPOSTAJE.

En la naturaleza se pueden distinguir dos grandes sistemas de compostaje para el tratamiento de un mismo tipo de residuo: los sistemas abiertos (en pilas al aire) y los sistemas cerrados (en fermentadores), en función de si las condiciones en las que se lleva a cabo el proceso de compostaje son aerobias o anaerobias. En EE.UU., los sistemas abiertos son los más frecuentes, mientras que los sistemas en fermentador son denominados con frecuencia “europeos” por su origen (Costa et al., 1995).

2.1. Sistemas abiertos.

En ellos, tiene lugar una reacción microbiológica de mineralización junto a una reacción parcial de humidificación de la fracción orgánica en unos períodos de tiempo mínimos (3 meses), que son difíciles de acortar (3-4 semanas), ya que los procesos están sometidos a los ciclos biológicos de los microorganismos que intervienen.

Dentro de éstos conviene distinguir tres tipos diferentes: apilamiento estático, apilamiento con volteo y, por último, apilamiento con volteo y aireación forzada por ventilación (Costa et al., 1995).

2.2. Sistemas cerrados.

Con ellos, se pretende la obtención de un producto final (compost) que sea útil como fertilizante, para lo cual no se permite que este proceso de compostaje transcurra de forma espontánea, sino que han de controlarse todos aquellos parámetros que sean necesarios para garantizar un bajo coste, y la mayor brevedad posible del proceso (≤ 2 semanas).

Para lograrlo se debe actuar directamente sobre el crecimiento y metabolismo de los microorganismos que intervienen en el proceso de compostaje. En función del tipo de reactor empleado para tal fin se pueden distinguir entre reactores verticales (continuos o discontinuos) y horizontales (estáticos o con rotación).

A continuación, se exponen algunas de las ventajas e inconvenientes que presentan estos dos sistemas de compostaje para su empleo en la obtención de un compost estable y maduro adecuado para su uso agrícola.

Digestión aerobia:

Entre las ventajas de la digestión aerobia cabe destacar, las siguientes:

  • Es un proceso conocido que se ha venido utilizando desde hace muchos años.
  • En algunos casos, las tecnologías pueden ser muy sencillas, lo que hace disminuir los costes de inversión y operación.
  • No se generan residuos, exceptuando el propio compost si éste está contaminado.
  • El compost mejora la textura y estructura del suelo, favoreciendo la retención de agua, oxígeno y nutrientes.
  • Promueve el desarrollo de una buena estructura, que ayuda a mantener un balance adecuado de aire y agua en el suelo.
  • Ayuda a luchar contra la erosión, la cual provoca una desagregación estructural y pérdida progresiva de los suelos y su fertilidad.
  • Aumenta la permeabilidad del suelo y evita la formación de costra superficial, permitiendo la infiltración lenta de la lluvia, sin que se produzcan corrientes de agua superficial que erosionen el suelo.
  • El compost, obtenido de este modo, contiene los nutrientes que las plantas requieren para conseguir un adecuado desarrollo.

Entre los inconvenientes destacan:

  • Los malos olores producidos en determinadas ocasiones.
  • Aunque existe un consumo neto de energía que contribuye al efecto invernadero, éste es muy inferior al que produciría la fermentación natural de los biorresiduos en un vertedero sin captación ni tratamiento del biogás.

Digestión anaerobia:

Entre las ventajas de la digestión anaerobia cabe destacar:

  • Producción neta de energía, parte de la cual puede servir para el funcionamiento de la propia planta y parte para su comercialización como energía eléctrica.
  • Reducción de malos olores.
  • El compostaje del material digerido reduce las emisiones de compuestos orgánicos volátiles.
  • Requiere menos exigencias en cuanto a calidad del material de partida en comparación con el compostaje aerobio.
  • El compost que se obtiene es de menor salinidad.
  • El tiempo de permanencia en el reactor junto con el compostaje posterior del material digerido (20-30 días, 15 en reactor y el resto de ellos de “curado” posterior para mejorar la calidad higiénica del compost) es inferior al tiempo de compostaje de los biorresiduos de forma aerobia (60-90 días dependiendo del sistema empleado).

Entre las desventajas destacan:

  • La inversión económica a realizar es elevada.
  • Los costes de operación son altos.
  • Las aguas residuales tienen una elevada carga orgánica y salina con lo que es necesario someterlas a un tratamiento posterior.
  • Las instalaciones son complejas y el resultado es muy sensible a la composición de los materiales tratados.

Otra forma de realizar el compostaje aerobio de los residuos sólidos urbanos y de los restos de poda es mediante el vermicompostaje que está teniendo un gran auge en los últimos años, se trata de una técnica de compostaje que utiliza la capacidad de las lombrices para transformar los residuos orgánicos generando un producto, el humus de lombriz, que es muy apreciado como abono natural para las plantas.

3. BIBLIOGRAFÍA.

Carnes, R. y Lossin, R. (1970). An investigation of the pH characteristics of compost. Compost Sci. 5.
Costa, F; García, C; Hernández, T. y Polo, A. (1995). Residuos orgánicos urbanos. Manejo y utilización. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura. Murcia. 181 pp.
Dalzell, H.W.; Gray, K. R. y Biddlestone, A. J. (1981). Composting in tropical agriculture. 2ª Ed. International Institute of Biological Husbandry. England. 36 pp.
Golueke, C. (1975). Composting. A Review of rationales principles and Public health. Compost Sci. 17: 11-14 pp.
Kiehl, E. (1985). Fertilizantes orgánicos. Ed. Agronómica Ceres Ltda. São Paulo (Brasil). 492 pp.
Nogales, R.; Gallardo-Lara, F. y Delgado, M. (1982). Aspectos físico-químicos y microbiológicos del compost de basura urbana. Anal. Edaf. y Agrobiol. 41: 1159-1174.
Poincelot, R. (1974). A scientific examination of the principles and practice of composting. Compost Sci. 15: 24-31 pp.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

Control biológico de plagas: Estrategias de control de agentes causantes de daños

Plagas

La importancia de las plagas viene determinada por las características propias del insecto y por el cultivo. La estrategia puede consistir, por tanto, en introducir modificaciones sobre el insecto, sobre el cultivo o sobre ambos.

1. INTRODUCCIÓN

La “estrategia” es la elaboración de un plan para controlar la plaga. La importancia de la plaga viene determinada por las características propias del insecto y por el cultivo. La estrategia puede consistir, por tanto, en introducir modificaciones sobre el insecto, sobre el cultivo o sobre ambos.

La elección de la estrategia más apropiada para el control de agentes causantes de daño, desde el punto de vista económico y ambiental, se determina en función de la posición relativa de la densidad característica de la población del agente causante de daño y su correspondiente Umbral Económico de Daños (UED).

Las estrategias más habituales en el control de artrópodos plaga son las siguientes:

2. ESTRATEGIA DE CONSERVACIÓN

Se emplea para aquellas especies fitófagas cuya densidad de población nunca llega a rebasar el UED. Consiste en la aplicación de medidas de control biológico (conservación de enemigos naturales) y de métodos culturales. Este caso suele ocurrir con fitófagos que originan daños indirectos, es decir, que no atacan directamente al órgano cosechable.

Para tomar esta decisión, es necesario realizar un programa muestreo riguroso que nos confirme que se está produciendo una satisfactoria regulación de la densidad de población del fitófago como resultado de os factores naturales de mortalidad y que confirme que lo más apropiado es no tomar medidas.

3. Estrategia de reducción de la susceptibilidad del cultivo al daño físico.

Se emplea para aquellas especies fitófagas cuyas densidades poblacionales se mantienen por encima del UED o lo rebasan muy habitualmente. En esta estrategia no se modifica la densidad media (DM) de la población característica del fitófago sino que se aumenta su UED de manera tal que la densidad poblacional del fitófago se mantiene por debajo del UED sin que llegue a rebasarlo.

Es una estrategia efectiva y deseable para conservar el medio. Para su aplicación es preciso introducir cambios en la planta hospedadora, pero no en el fitófago: utilización de variedades tolerantes o resistentes, mejora del vigor de la planta, cambios en la fecha de siembra o plantación, variedades transgénicas, etc.

4. Estrategia de reducción de la densidad poblacional del Fitófago

Es la estrategia más frecuente en control de plagas. Se utiliza como medida curativa, cuando la población del insecto alcanza el UED, o como medida preventiva. Se lleva a cabo en dos tipos de situaciones que requieren distintos tipos de tratamientos.

En especies que poseen una Posición General de Equilibrio (PGE) baja en comparación con el UED la mejor estrategia es reducir los picos poblacionales. Esta acción prevé el daño, pero no cambia la PG. En especies con la PGE próxima o superior al UED la mejor estrategia es:

1) Bajar el valor de la PGE. Esto se puede hacer reduciendo la capacidad del medio para soportar la población, lo que se consigue reduciendo los hábitats favorables del medio, por ejemplo con la rotación de cultivos.

2) Otra alternativa consiste en reducir el potencial biótico de la población (capacidad de multiplicación o supervivencia), por ejemplo con la lucha autocida (suelta de individuos estériles) o la confusión sexual (impidiendo el encuentro entre sexos).

Las tácticas utilizadas en la estrategia de reducción de la densidad poblacional son numerosas y variadas: enemigos naturales, insecticidas, cultivares resistentes, modificaciones del medio, productos reguladores del crecimiento de los insectos, productos inhibidores del crecimiento de los insectos, métodos autocidas, feromonas, etc.

Artículos Destacados

Poda de producción en los frutales de pepita

La mayoría de las variedades comerciales tienen tendencia a vegetar con más vigor en las partes altas del árbol en detrimento de las partes bajas, que son las más accesibles para la recolección de la fruta.

1. INTRODUCCIÓN.

Para realizar una buena poda de producción en el manzano y en el peral, es preciso tener en cuenta:

  • Conocer bien los distintos órganos de fructificación.
  • Realizar la poda en la época más conveniente.
  • Asegurar al árbol una forma piramidal, más ancha en la base para disminuir hacia la copa.

La mayoría de las variedades comerciales tienen tendencia a vegetar con más vigor en las partes altas del árbol en detrimento de las partes bajas, que son las más accesibles para la recolección de la fruta, quedando éstas sombreadas y con disminución en la producción frutal.

2. MANZANO.

2.1. Órganos de fructificación.

Yema de flor: Yema redonda y globosa a diferencia de las de madera, que son puntiagudas.

Brindilla coronada: Ramita débil y corta, terminando en una yema de flor.

Lamburda: Es un dardo alargado (madera de dos o más años) que termina en una yema de flor.

Lamburda y dardo: Lamburda acompañada de dardo en el centro.

Bolsa: Engrosamiento de sustancias de reservas que a veces va unida a una lamburda.

2.2. Época de poda.

Se realiza en invierno durante la parada vegetativa de la planta, evitando los días de heladas, para que no se quemen los cortes efectuados.

2.3. Poda de producción.

La poda en los árboles jóvenes comienza al iniciarse la producción de las ramas más viejas en la parte baja de la planta, cuando las yemas de madera (puntiagudas) evolucionan a flor (redondas), normalmente al tercer año de la plantación. Solo a partir de entonces y no antes, la entrada en fructificación de las distintas partes del árbol sirve de freno a la emisión de ramas vigorosas, limitándose el crecimiento en altura de la planta.

Para ello, se desvía sobre una rama de vigor reducido en la copa o zona alta, a la vez que se recortan las ramas laterales por una yema de flor o mejor por una brindilla coronada para dar al conjunto de la planta una forma piramidal más ancha en las ramas de la base para disminuir hacia la cima o copa.

La poda de producción tiene como principales objetivos:

  • Renovar sistemáticamente las ramas fructíferas a fin de asegurar una producción abundante de fruta de buen tamaño.
  • Favorecer la fructificación lo más cerca posible del tronco o ramas estructurales.
  • Reducir el número de yemas de flor para evitar o disminuir la alternancia de cosechas (vecería).
  • Favorecer la llegada de la luz solar y la ventilación a todas las partes del árbol para la buena formación de las yemas de flor, la coloración de los frutos y para disminuir los ataques de parásitos y enfermedades.
  • Asegurar anualmente la emisión de ramas nuevas de reemplazo.

2.4. Renovación de las ramas fructíferas.

Las ramas fructíferas deben estar lo más cerca posible del tronco-guía en el sistema de Eje Central o de las ramas principales o pisos en el Vaso, Palmeta, etc. y con cierta inclinación (como paneles solares).

Estas ramas se renuevan sustituyéndolas por la rama nueva que suele salir en la parte curvada como consecuencia del peso de la fruta.

Sino es así hay que cortarlas por la base, dejando un par de yemas para obtener otras nuevas.

2.5. Recorte de las yemas de flor.

Las ramas fructíferas se recortan, deteniendo así su crecimiento, sobre una yema de flor o mejor por una brindilla coronada si la hubiere, en los casos de que haya un exceso de botones florales o las ramas se alarguen excesivamente o para evitar el roce con otras ramas. Ello daría lugar a menor calidad de fruta al alejarse de la rama principal o del tronco-guía que la sustenta, lo que induciría todo ello, a la vez, a la alternancia de cosechas o vecería.

2.6. Iluminación y aireación de la planta.

Para favorecer la llegada de la luz y la ventilación a todas las partes del árbol, se deben eliminar las ramas que queden debajo o superpuestas, las ramas que hubiere en exceso, así como los chupones, ya que éstos perjudicarían la insolación al resto del ramaje.

2.7. Cómo realizar la poda.

En el caso de las variedades del grupo “Golden”, Elstar, Gala, Jonagold, etc. de vigor débil y con tendencia a trasladar el vigor hacia la parte alta de la planta, la fructifiación tiene lugar en ramas de madera de uno a tres años y sobre brindillas coronadas. Los mejores frutos se obtienen de ramas fructíferas de uno a dos años.

La renovación se efectúa de la siguente manera:

  • Se dejan crecer los ramos del año libremente.
  • Al año siguiente la parte de rama que tiene dos años se cubre de yemas de flor para dar cosecha y en la zona próxima a la punta de la rama aparecen ramificaciones coronadas.
  • Un año después, la rama de tres años, produce fruta de peor calidad. La punta de la rama se ha inclinado ya demasiado. Conviene renovarla sustituyéndola por la ramificación cercana a la base para comenzar de nuevo el ciclo.

En resumen, la poda la programaremos para tres años. Por un lado, seleccionaremos ramas de dos años y brindillas de uno para proporcionar la primera cosecha. Por otro lado, las ramas de un año para la segunda cosecha y finalmente, cortes de ramas dejando tocones a dos yemas que darán lugar a la tercera cosecha.

En la práctica para la renovación hay que tener cuidado, pues si se dejan demasiadas yemas de flor se induce a vecería y si se corta demasiado provocaría la emisión de brotes vegetativos, chupones, con descenso de la producción.

Las variedades del grupo de la “Granny Smith”, Fuji, etc. fructifican sobre madera de un año aunque también lo hacen, en menor medida, en la de dos y tres años. En este caso plantearemos la renovación de la madera en un ciclo de dos años manteniendo las ramas de un año y eliminando las formaciones fructíferas que hayan superado los dos años.

Las variedades tipo “Reinetas” presentan flor en formaciones de tres años, aunque se pueden diferenciar en las de dos y cuatro años. Por ello la producción de las ramas fructíferas se prolonga más tiempo, de tres a cuatro años dando fruta sobre la misma rama. Estas se despuntan largas sobre un botón de flor o por una brindilla coronada.

Las Reinetas tienen menos tendencia a trasladar la vegetación hacia la copa, dando buenas ramas de renovación en la zona baja de la planta.

Al tratarse de variedades vigorosas no conviene podar fuerte pues se estimularía la actividad vegetativa, traduciéndose en una fuerte emisión de chupones.

A este grupo de “Reinetas” le conviene inclinar los brotes de 1-2 años que sean vigorosos, para de este modo facilitar antes la entrada en producción.

2.8. Poda de renovación de la planta.

Con los años la planta decae vegetativamente floreciendo abundante, pero sin emitir madera nueva.

Para ello, hay que efectuar una poda severa, eliminando ramas gruesas envejecidas, cortándolas no a ras sino a unos pocos centímetros, lo que facilitará la emisión de brotes nuevos de reemplazo, para proseguir la producción de fruta.

También se pueden conseguir estos brotes de reemplazo a partir de chupones, cortándolos sobre las yemas de la base, las cuales darán lugar a brotes poco vigorosos y algo inclinados, para constituirse en ramas de fructificación.

2.9. Aclareo de fruta.

Como complemento a la poda de producción, es obligado en los años de abundante producción realizar un aclareo de frutos para obtener mejor calidad de la fruta, además de regular la producción del año siguiente.

Se puede realizar este aclareo manualmente o mediante aclareo químico.

Poda de producción en los frutales de pepita (Parte II)

La mayoría de las variedades comerciales tienen tendencia a vegetar con más vigor en las partes altas del árbol en detrimento de las partes bajas, que son las más accesibles para la recolección de la fruta.

3. PERAL.

Tiene los mismos objetivos que para el manzano, es decir, mantener el equilibrio entre todas las zonas del árbol, facilitar la radiación solar, renovar la madera fructífera y contener el desarrollo lateral y en altura de la planta. Es una especie con tendencia a envejecer prematuramente, por lo que las podas deben ser algo más severas que en el manzano.

3.1. Órganos de fructificación.

3.2. Época de poda.

Al igual que el manzano, en la parada vegetativa del invierno.

3.3. Poda de producción.

A diferencia con el manzano, las variedades más comerciales, Comice, Manteca Hardy, Conferencia y Moretini, fructifican en lamburdas insertas en madera de dos a tres años. Las tres últimas variedades también en brindillas coronadas. Es típica de esta especie la presencia de dardos, yemas de madera, que pueden evolucionar bien a madera o a flor según el mayor o menor flujo de savia que reciban.

3.4. Renovación de las ramas fructíferas.

Se puede resumir la poda de fructificación en los pasos siguientes:

Las ramas de un año se dejan alargar sin podarlas.

Al segundo año estarán cubiertas de flor, siendo necesario acortarlas a un tercio o a la mitad de su longitud sobre botones florales y no sobre dardos, puesto que prolongaría la rama.

Con ello se favorece el cuajado de la flor, el tamaño del fruto y la regularidad de producción en los años sucesivos, especialmente en la variedad Comice, que es bastante vecera.

* La renovación de las ramas fructíferas se inicia al cuarto-quinto año, cuando aparecen en las partes bajas de la planta, lamburdas insertas en bolsas que dan frutos pequeños y de mal sabor. Esto es síntoma de envejecimiento de las ramas que es necesario renovar.

La mayoría de las variedades, a diferencia con el manzano, no emiten tan intensamente ramos de renuevo, al inclinarse la rama fructífera por el peso de la fruta.

En este caso, se procedería a la eliminación de las ramas fructíferas envejecidas, cortándolas por la base, sobre una yema de madera bien visible para dar una rama de renuevo y así iniciar de nuevo el ciclo de producción.

En las variedades de escaso vigor, es preciso despuntar algunas lamburdas y eliminar antes, las ramas fructíferas, las de más de dos años.

3.5. Poda de renovación.

Al igual que en el manzano, con los años hay que eliminar las ramas gruesas envejecidas, cortándolas, dejando un tocón de unos pocos centímetros, lo que facilitará la emisión de brotes nuevos de reemplazo para proseguir la producción de frutos.

  • La poda debe ser realizada a ser posible por la misma persona los años sucesivos, para observar la respuesta de los árboles a las operaciones efectuadas el año anterior y a las condiciones de cultivo.
  • En todas las operaciones de poda es recomendable el uso de gafas como medida de seguridad.

Artículos Destacados

Tecnología del envasado en atmósferas modificadas

envasado

Con el envasado en atmósfera controlada, la composición de la atmósfera se controla a través de la vida de almacenamiento mediante la elección adecuada de las propiedades de permeabilidad del material usado para envasar.

1. INTRODUCCIÓN.

A lo largo de este documento se tratará de diferenciar dos técnicas de envasado de frutas y hortalizas que permiten alargar la vida útil de los productos sin detrimento de sus cualidades organolépticas. Estas dos técnicas son el envasado en atmósferas controladas (EAC) y el envasado en atmósferas modificadas (EAM).

Ambas técnicas suponen el cambio de la atmósfera que rodea a los alimentos por aire con una composición distinta a la del aire normal. Generalmente se reduce el contenido de oxígeno y se aumenta el contenido de CO2. Los métodos que se utilizan para ello son los de flujo de gas (métodos de barrido) y la evacuación seguida de introducción de gas nuevo.

Con el envasado en atmósfera controlada (EAC) la composición de la atmósfera se controla a través de la vida de almacenamiento mediante la elección adecuada de las propiedades de permeabilidad del material usado para envasar. En el caso del envasado en atmósfera modificada (EAM), la atmósfera se cambia en el punto de envasado y ya no se realizan otros intentos para controlar su composición.

2. DEFINICIÓN DE ATMÓSFERA CONTROLADA.

La atmósfera controlada es una técnica frigorífica de conservación en la que se interviene modificando la composición gaseosa de la atmósfera en una cámara en frigoconservación, en la que se realiza un control de regulación de las variables físicas del ambiente (temperatura, humedad y circulación del aire).

Se entiende como atmósfera controlada (AC) la conservación de un producto hortofrutícola, generalmente, en una atmósfera empobrecida en oxígeno (O2) y enriquecida en carbónico (CO2). En este caso, la composición del aire se ajusta de forma precisa a los requerimientos del producto envasado, manteniéndose constante durante todo el proceso.

Esta técnica asociada al frío, acentúa el efecto de la refrigeración sobre la actividad vital de los tejidos, evitando ciertos problemas fisiológicos y disminuir las pérdidas por podredumbres. La acción de la atmósfera sobre la respiración del fruto es mucho más importante que la acción de las bajas temperaturas.

Esta atmósfera controlada ralentiza las reacciones bioquímicas provocando una mayor lentitud en la respiración, retrasando la maduración, estando el fruto en condiciones latentes, con la posibilidad de una reactivación vegetativa una vez puesto el fruto en aire atmosférico normal.

2.1. Ventajas e inconvenientes de la atmósfera controlada.

a) Ventajas:

  • Prolongación del periodo óptimo de la conservación entre un 40 y 60 %, respecto de la conservación en atmósfera normal.
  • Reducción de alteraciones y podredumbres típicas del frío, de la conservación frigorífica a 0º C, ya que permite elevar temperaturas.
  • Ofrece Reducción de las mermas por peso.
  • Reducción de fisiopatías.
  • Mayor resistencia del producto después de la conservación en cuanto al reinicio del metabolismo.
  • Permite el empleo de temperaturas elevadas, necesitando menos frigorías respecto a la frío Normal.
  • Efecto fungicida debido a la elevada concentración de CO2.
  • Se reduce el calor de respiración del fruto como consecuencia de la mínima intensidad respiratoria debido al bajo contenido en O2 y la elevada concentración de CO2.

b) Inconvenientes:

  • Inversión inicial elevada.
  • Mantener la adecuada composición de la atmósfera.
  • Necesidad de un instrumental tecnológico elevado para su control.
  • Limitaciones de apertura de la cámara.
  • Aumento de la problemática de incompatibilidades entre variedades a consecuencia de las diferentes condiciones de conservación.
  • Nuevas fisiopatías y desórdenes propios de la AC.

3. ENVASADO EN ATMÓSFERA CONTROLADA (EAC).

La tecnología de EAC deriva de la tecnología de atmósfera controlada (AC) utilizada para ampliar la vida útil de las frutas y verduras almacenadas a granel. Estos almacenes herméticos están equipados con sistemas que controlan escrupulosamente la composición de la atmósfera gaseosa en el interior.

Con el envasado en atmósfera controlada (EAC), el empleo de películas para envasar selectivamente permeables en asociación con una composición conocida del gas introducido en el envase proporciona una atmósfera interna con la composición deseada durante la vida útil del producto.

En el envase cerrado descenderá el nivel de oxígeno y aumentará el nivel de CO2, debido a los efectos de la respiración natural del vegetal crudo. Si el envase fuese totalmente impermeable, se alteraría el producto con bastante rapidez como resultado de la glucolisis anaerobio con bajas presiones de oxígeno.

El empleo de una película semipermeable idónea permite la entrada de oxígeno en una cuantía controlada para sustituir el oxígeno captado por el producto fresco. Cuanto menor sea la permeabilidad de la película, menor será el nivel final de oxígeno. La estabilidad se alcanzará a una determinada temperatura cuando la captación de oxígeno por el producto sea la misma que la reposición desde la atmósfera exterior. El valor de la presión estable del oxígeno depende de las variables tales como el producto, la película, la temperatura y la composición gaseosa de las atmósferas interna y externa.

4. ENVASADO EN ATMÓSFERA MODIFICADA (EAM).

El envasado en atmósfera modificada (EAM) para ampliar la vida útil de productos vegetales sometidos a tratamiento térmico marginal es una técnica algo más moderna que la aplicación del EAC de productos crudos preparados. La técnica se basa en el empleo de nitrógeno sólo o mezclado con dióxido de carbono, y en la reducción del contenido en oxígeno hasta niveles normalmente inferiores al 1%.

La atmósfera modificada se consigue realizando vacío y posterior reinyección de la mezcla adecuada de gases, de tal manera que la atmósfera que se consigue en el envase va variando con el paso del tiempo en función de las necesidades y respuesta del producto.

En la técnica del envasado en atmósfera modificada se deben tener en cuenta cuatro componentes básicos: el envase empleado, la mezcla de gases, los materiales de envase y los equipos de envasado; todos ellos condicionados a su vez por la naturaleza del producto a envasar.

La composición normal del aire utilizad en el EAM es de 21% de oxígeno, 78 % de nitrógeno y menos del 0,1 % de dióxido de carbono. El CO2 es un gas altamente soluble en agua y con propiedades bacterioestáticas y fungiestáticas, lo que retarda el crecimiento de hongos y bacterias aeróbicas. El CO2 actúa alargando la fase vegetativa del crecimiento microbiano. El dióxido de carbono no es totalmente inerte y puede influir sobre el color, la consistencia y otros atributos de la calidad de las hortalizas.

Las concentraciones de CO2 han de estar comprendidas entre el 20 y 60%, siendo más efectiva su ación a bajas temperaturas. En el envasado en atmósfera modificada se procura reducir al máximo el contenido en oxígeno para disminuir el deterioro de los productos por oxidación. El nitrógeno se caracteriza por ser un gas inerte. La utilización del N2 evita el colapso de los envases en aquellos casos en los que el producto absorbe CO2.

Los factores que afectan a la intensidad de estos procesos y las condiciones de manipulación y comercialización, deben ser tenidos en cuenta para diseñar las características del sistema: producto-envase-entorno. Por ello, para efectuar el envasado en atmósfera modificada, debe seleccionarse una película polimérica con características de permeabilidad adecuadas.

El empleo de películas de diferente permeabilidad dará lugar a la formación de atmósfera de equilibrio distintas y por tanto la evolución de los frutos también será diferente. La envoltura individual de los frutos con una película retráctil conforma una segunda lámina externa de protección y una microatmósfera alrededor del fruto. Esta barrera evita la pérdida de humedad, protege frente a la propagación de podredumbres y mejor las condiciones higiénicas en la manipulación.

5. EL ENVASADO MEDIANTE PELÍCULAS PLÁSTICAS.

El material de envasado elegido debe ser capaz de mantener constante la mezcla de gasess, impidiendo la entrada de oxígeno y la fuga de dióxido de carbono. Además es importante que posea las características de antivaho y de pelabilidad. Con la cualidad del antivaho evitamos que las gotas de agua procedentes del vapor de agua se condensen en la superficie interna del envase. La soldadura de los envases además de ser resistentes e impermeables, deben facilitar la apertura de la bolsa.

A continuación se van a describir de forma resumida los distintos tipos de películas plásticas que se emplean actualmente en el envasado de frutas y hortalizas frescas.

5.1. Películas laminadas.

Estas películas están conformadas por láminas de diferentes materiales unidas mediante un adhesivo, en forma de sandwich. Las películas laminadas ofrecen una mejor calidad de grabado ya que la superficie impresa es incorporada entre las numerosas láminas que las constituyen y esto evita el desgaste durante la manipulación. La desventaja de este tipo de películas es que el proceso de elaboración es caro lo que hace que este tipo de materiales no sea muy empleado.

Las películas laminadas tienen una excelente calidad de grabado al ser impresas generalmente por el reverso sobre el polipropileno y embebidas en la película. Suelen emplearse con productos de baja o media actividad respiratoria, ya que las capas interfieren en la movilidad del oxígeno hacia el interior del envase.

Tecnología del envasado en atmósferas modificadas (Parte II)

5.2. Películas coextruidas.

Se caracterizan por ser láminas producidas simultáneamente que se unen sin necesidad de adhesivo. Son más económicas que las películas laminadas, sin embargo éstas últimas sellan mejor, pues el polietileno se funde y se reconstruye de forma más segura.

Las películas coextruidas son grabadas en la superficie y tienden a desgastarse con la maquinaria durante el llenado y el sellado. La velocidad de transmisión de oxígeno hacia el interior del envase es mayor que en las películas laminadas.

5.3. Películas microperforadas.

Se emplean en aquellos productos que precisan de una velocidad de transmisión de oxígeno elevada. Se trata de películas que contienen pequeños agujeros de aproximadamente 40-200 micras de diámetro que atraviesan la película. La atmósfera dentro del envase es determinada por el área total de perforaciones en la superficie del envase.

Las películas microperforadas mantienen unos niveles de humedad relativa altos y son muy efectivas para prolongar la vida media de productos especialmente sensibles a las pérdidas por deshidratación y de deterioro por microorganismos.

5.4. Membranas microporosas.

La membrana microporosa se emplea en combinación con otras películas flexibles. Se coloca sobre una película impermeable al oxígeno la cual tiene una gran perforación. De esta forma se consigue que todos los intercambios gaseosos se produzcan a través de la membrana microporosa, que tiene unos poros de 0,2-3 micras de diámetro. La velocidad de transmisión de oxígeno se puede variar cambiando su espesor o modificando el número y tamaño de los microporos que conforman la membrana.

5.5. Películas inteligentes.

Englobadas dentro de los llamados envases activos, son aquellas que están formadas por membranas que crean una atmósfera modificada dentro del mismo y que aseguran que el producto no consuma todo el oxígeno del interior y se convierta en una atmósfera anaerobia.

Estas membranas o películas inteligentes impiden la formación de sabores y olores desagradables, así como la reducción del riesgo de intoxicaciones alimentarias debido a la producción de toxinas por microorganismos anaerobios. Estas láminas son capaces de soportar variaciones de la temperatura de almacenamiento de hasta 3-10º C e incrementan la permeabilidad a los gases (velocidad de transmisión de oxígeno) mil veces cuando la temperatura aumenta por encima de la temperatura límite establecida, evitando la aparición de procesos de anaerobiosis.

6. EL FLOW-PACK

El flow-pack es un sistema de envasado que se aplica a numerosos productos. El envase está formado por una lámina de film, normalmente polipropileno, que la máquina conforma y sella para formar el envase.

Se caracteriza por una sutura longitudinal en el centro y sendas suturas en los extremos delantero y trasero. En los productos hortícolas, este tipo de envase puede emplearse con o sin bandeja, como es el caso de las fresas y de los pimientos tricolores respectivamente.

El flow-pack reúne una serie de ventajas:

  • Perfecta visibilidad del producto.
  • Potenciación del aspecto por la transparencia y brillo del polipropileno.
  • Posibilidad de identificar el producto, tanto por impresión del mismo film, como por la adhesión de etiquetas, con el agregado de una dispensadora a la máquina de flow-pack.
  • Inviolabilidad del empaquetado; una vez abierto el envase no puede dejarse como estaba.
  • Altas producciones en empaquetado, a costes moderados.
  • Fácil e higiénica manipulación en el punto de venta. El cliente puede tomar el producto sin ensuciarse las manos y sabiendo que nadie lo ha podido manipular.
  • Adecuación al tipo de producto. El polipropileno puede ser perforado con diferentes tamaños de orificio, dependiendo de las necesidades de ventilación de la especie envuelta.

7. EQUIPOS Y MAQUINARIA DE ENVASADO.

7.1. Envasadoras de vacío o campana.

Consiste en una cámara que cierra herméticamente y de la que se extrae totalmente el aire atmosférico, reinyectándose seguidamente la mezcla de gases adecuada a toda la cámara. La inyección de gas se realiza mediante boquillas situadas en uno o varios de los laterales de la cámara.

El envase es siempre una bolsa flexible prefabricada, soldada por todas las partes, salvo por una para la introducción del producto y de las boquillas inyectoras. Una vez realizado el vacío y la inyección de gas, se suelda el lado abierto de la bolsa. A continuación se ventila la cámara, pudiéndose retirar los envases ya acabados. El sellado de las bolsas que se consigue es de muy buena calidad.

Son muy recomendables y utilizadas para bajas producciones y envases de poco valor añadido. Son las envasadoras más sencillas y económicas. Existe gran variedad de envasadoras de vacío, en función de las dimensiones de la cámara y de la longitud de las barras de soldadura. Son equipos muy lentos, por lo que no pueden alcanzarse producciones superiores a 2-3 ciclos/min.

7.2. Selladoras de barquetas.

Está compuesta por una cámara o molde que cierra herméticamente y que consta de dos partes de las que la inferior se desliza horizontalmente para poder colocar en los alvéolos correspondientes las barquetas preformadas, previamente cargadas con producto. Una vez introducida esta parte inferior del molde bajo la parte superior, esta última desciende acoplándose ambas perfectamente. Se realiza el vacío, la inyección de gas, el sellado y el corte del film superior de tapa, siempre flexible, siguiéndose perfectamente el contorno de las barquetas.

Se pueden encontrar dos tipos de selladoras de barquetas:

  • Selladoras semiautomáticas. Los ciclos de trabajo suelen durar entre 20 y 30 segundos, a los que debe añadirse el tiempo de carga t descarga de las barquetas, por lo que se alcanzan rendimientos finales de 2-3 ciclos/min.
  • Selladoras automáticas. La llegada de las barquetas con el producto a la selladora es automática, por lo que se alcanzan mayores velocidades de trabajo. Puede llegarse hasta rendimientos de 15-20 ciclos/min, según el tipo de equipo, necesidades de vacío y requerimientos del producto.

7.3. Envasadoras verticales.

Son las envasadoras más difundidas en el envasado de determinados productos. Los principios de funcionamiento son muy parecidos en todos los modelos, diferenciándose fundamentalmente en el sistema de arrastre del film que formará la bolsa, a través de la máquina. Por lo general, se trata de máquinas muy rápidas y de elevado rendimiento.

La lámina de film de envase procedente de una bobina pasa por unas aletas que la guían a través del tubo de formado. Este tubo actúa como una caja formadora, y los dos bordes del film se sueldan por mediación de rodillos calientes o por medio de una barra térmica aplicando presión en la zona de la costura.

El producto dosificado se introduce dentro de las bolsas formadas a través de un tubo concéntrico con el tubo que forma el envase. Para realizar el vacío y la modificación de atmósfera se utilizan dos tubos concéntricos: el film se guía alrededor del tubo exterior, el producto cae por el tubo interior y el gas expulsa por barrido el aire atmosférico del envase. Este gas se introduce entre las paredes de los dos tubos.

7.4. Líneas Flow-Pack y Bdf.

Su funcionamiento es muy similar al de las envasadoras verticales, pero trabajando en horizontal. Se caracterizan por trabajar de una forma continuada, lo que permite la obtención de altos rendimientos de producción.

Partiendo de una bobina de film flexible se forma una bolsa en forma de tubo con tres soldaduras. El vacío se realiza por barrido. Son líneas muy rápidas y versátiles, recomendables para gran número de productos y formatos.

Las líneas Flow-pack se conocen generalmente por su aplicación en bollería, pero cada vez se emplean más en el envasado de hortalizas frescas. Se consiguen envases económicos y muy atractivos para el consumidor.

Las líneas BDF utilizan las mismas envasadoras que para el flow-pack tradicional pero con un retractilado a continuación. El BDF es un film alta barrera con una elevada retractibilidad y un brillo que hace especialmente atractivos a los envases. Este film rodea a la barqueta que contiene el producto. Dentro de la bolsa se inyecta gas por barrido, pero la bolsa a la salida de la máquina es muy holgada, por lo que es necesario hacerla pasar por el túnel de retractilado para que el film se adapte perfectamente a la barqueta.

8. BIBLIOGRAFÍA.

CHEFTEL, J.C.; CHEFTEL, H; BESANÇON, P. 1977. Introducción a la bioquímica y tecnología de los alimentos. Ed. Acribia. Zaragoza. 404 pp.
COLOMÉ, E. 1998. Tecnología de envasado en atmósfera modificada. Alimentación. Equipos y tecnología nº 5. Junio 1998. Año XVII. 95-99.
COLOMÉ, E. 1999. Tecnología del envasado de alimentos perecederos en atmósferas modificadas. Alimentación. Equipos y tecnología nº 5. Junio 1999. Año XVIII. 109-113.
GUIL, J.L. 2000. Tecnología de la Postrecolección (sin publicar). Universidad de Almería. Almería.
PAINE, F. & PAINE, H. 1994. Manual de envasado de alimentos. Ed. A. Madrid Vicente. Madrid. 498 pp.
PAPASEIT, P. 1999. Flow-pack, de mano de un protagonista. Horticultura Internacional nº 25. pp. 88-89
PARRY, R.T. 1995. Envasado de alimentos en atmósfera modificada. 331 pp.
SIMÓN, A. 2000. Fisiología y tecnología postrecolección del champiñón fresco (Agaricus bisporus). Alimentación. Equipos y tecnología nº 3. Abril 2000. Año XIX. 147-151.
VARIOS, 1996. Nuevas tecnologías de conservación de frutas y hortalizas. Atmósferas modificadas. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 221 pp.

Artículos Relacionadas

Tipos de sustratos de cultivo. Guía detallada

sustratos

1. ¿QUÉ ES UN SUSTRATO?

Los sustratos son todo material sólido distinto del suelo, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que, colocado en un contenedor, en forma pura o en mezcla, permite el anclaje del sistema radicular de la planta, desempeñando, por tanto, un papel de soporte para la planta. El sustrato puede intervenir o no en el complejo proceso de la nutrición mineral de la planta.

2. PROPIEDADES DE LOS SUSTRATOS DE CULTIVO.


2.1. Propiedades físicas

A) POROSIDAD.

Es el volumen total del medio no ocupado por las partículas sólidas, y por tanto, lo estará por aire o agua en una cierta proporción. Su valor óptimo no debería ser inferior al 80-85 %, aunque sustratos de menor porosidad pueden ser usados ventajosamente en determinadas condiciones.

La porosidad debe ser abierta, pues la porosidad ocluida, al no estar en contacto con el espacio abierto, no sufre intercambio de fluidos con él y por tanto no sirve como almacén para la raíz. El menor peso del sustrato será el único efecto positivo. El espacio o volumen útil de un sustrato corresponderá a la porosidad abierta.

El grosor de los poros condiciona la aireación y retención de agua del sustrato. Poros gruesos suponen una menor relación superficie/volumen, por lo que el equilibrio tensión superficial/fuerzas gravitacionales se restablece cuando el poro queda solo parcialmente lleno de agua, formando una película de espesor determinado.

El equilibrio aire/agua se representa gráficamente mediante las curvas de humectación. Se parte de un volumen unitario saturado de agua y en el eje de ordenadas se representa en porcentaje el volumen del material sólido más el volumen de porosidad útil. Se le somete a presiones de succión crecientes, expresadas en centímetros de columnas de agua, que se van anotando en el eje de abcisas.

A cada succión corresponderá una extracción de agua cuyo volumen es reemplazado por el equivalente de aire. De modo que a un valor de abcisas corresponde una ordenada de valor igual al volumen del material sólido más el volumen de aire. El volumen restante hasta el 100 % corresponde al agua que aún retiene el sustrato.

B) DENSIDAD.

La densidad de un sustrato se puede referir bien a la del material sólido que lo compone y entonces se habla de densidad real, o bien a la densidad calculada considerando el espacio total ocupado por los componentes sólidos más el espacio poroso, y se denomina porosidad aparente.

La densidad real tiene un interés relativo. Su valor varía según la materia de que se trate y suele oscilar entre 2,5-3 para la mayoría de los de origen mineral. La densidad aparente indica indirectamente la porosidad del sustrato y su facilidad de transporte y manejo. Los valores de densidad aparente se prefieren bajos (0,7-01) y que garanticen una cierta consistencia de la estructura.

C) ESTRUCTURA.

Puede ser granular como la de la mayoría de los sustratos minerales o bien fibrilar. La primera no tiene forma estable, acoplándose fácilmente a la forma del contenedor, mientras que la segunda dependerá de las características de las fibras. Si son fijadas por algún tipo de material de cementación, conservan formas rígidas y no se adaptan al recipiente pero tienen cierta facilidad de cambio de volumen y consistencia cuando pasan de secas a mojadas.

D) GRANULOMETRÍA.

El tamaño de los gránulos o fibras condiciona el comportamiento del sustrato, ya que además de su densidad aparente varía su comportamiento hídrico a causa de su porosidad externa, que aumenta de tamaño de poros conforme sea mayor la granulometría.

2.2. Propiedades químicas.

La reactividad química de un sustrato se define como la transferencia de materia entre el sustrato y la solución nutritiva que alimenta las plantas a través de las raíces. Esta transferencia es recíproca entre sustrato y solución de nutrientes y puede ser debida a reacciones de distinta naturaleza:

a) Químicas.

Se deben a la disolución e hidrólisis de los propios sustratos y pueden provocar:

  • Efectos fitotóxicos por liberación de iones H+ y OH- y ciertos iones metálicos como el Co+2.
  • Efectos carenciales debido a la hidrólisis alcalina de algunos sustratos que provoca un aumento del pH y la precipitación del fósforo y algunos microelementos.
  • Los Efectos osmóticos provocados por un exceso de sales solubles y el consiguiente descenso en la absorción de agua por la planta.

b) Físico-químicas.

Son reacciones de intercambio de iones. Se dan en sustratos con contenidos en materia orgánica o los de origen arcilloso (arcilla expandida) es decir, aquellos en los que hay cierta capacidad de intercambio catiónico (C.I.C.). Estas reacciones provocan modificaciones en el pH y en la composición química de la solución nutritiva por lo que el control de la nutrición de la planta se dificulta.

c) Bioquímicas.

Son reacciones que producen la biodegradación de los materiales que componen el sustrato. Se producen sobre todo en materiales de origen orgánico, destruyendo la estructura y variando sus propiedades físicas. Esta biodegradación libera CO2 y otros elementos minerales por destrucción de la materia orgánica.

Normalmente se prefieren son sustratos inertes frente a los químicamente activos. La actividad química aporta a la solución nutritiva elementos adicionales por procesos de hidrólisis o solubilidad.

Si éstos son tóxicos, el sustrato no sirve y hay que descartarlo, pero aunque sean elementos nutritivos útiles entorpecen el equilibrio de la solución al superponer su incorporación un aporte extra con el que habrá que contar, y dicho aporte no tiene garantía de continuidad cuantitativa (temperatura, agotamiento, etc). Los procesos químicos también perjudican la estructura del sustrato, cambiando sus propiedades físicas de partida.

2.3. Propiedades biológicas.

Cualquier actividad biológica en los sustratos es claramente perjudicial. Los microorganismos compiten con la raíz por oxígeno y nutrientes. También pueden degradar el sustrato y empeorar sus características físicas de partida. Generalmente disminuye su capacidad de aireación, pudiéndose producir asfixia radicular. La actividad biológica está restringida a los sustratos orgánicos y se eliminarán aquellos cuyo proceso degradativo sea demasiado rápido.

Así las propiedades biológicas de un sustrato se pueden concretar en:

a) Velocidad de descomposición.
La velocidad de descomposición es función de la población microbiana y de las condiciones ambientales en las que se encuentre el sustrato. Esta puede provocar deficiencias de oxígeno y de nitrógeno, liberación de sustancias fitotóxicas y contracción del sustrato. La disponibilidad de compuestos biodegradables (carbohidratos, ácidos grasos y proteínas) determina la velocidad de descomposición.

b) Efectos de los productos de descomposición.
Muchos de los efectos biológicos de los sustratos orgánicos se atribuyen a los ácidos húmicos y fúlvicos, que son los productos finales de la degradación biológica de la lignina y la hemicelulosa. Una gran variedad de funciones vegetales se ven afectadas por su acción.

c) Actividad reguladora del crecimiento.
Es conocida la existencia de actividad auxínica en los extractos de muchos materiales orgánicos utilizados en los medios de cultivo.

3. CARACTERÍSTICAS DEL SUSTRATO IDEAL.



El mejor medio de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material vegetal con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, etc.), especie vegetal, condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización, aspectos económicos, etc.

Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de las plantas, se requieren las siguientes características del medio de cultivo:

a) Propiedades físicas:

  • Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
  • Suficiente suministro de aire.
  • Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones anteriores.
  • Baja densidad aparente.
  • Elevada porosidad.
  • Estructura estable, que impida la contracción (o hinchazón del medio).

b) Propiedades químicas:

  • Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
  • Suficiente nivel de nutrientes asimilables.
  • Baja salinidad.
  • Elevada capacidad tampón y capacidad para mantener constante el pH.
  • Mínima velocidad de descomposición.

c) Otras propiedades.

  • Libre de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias fitotóxicas.
  • Reproductividad y disponibilidad.
  • Bajo coste.
  • Fácil de mezclar.
  • Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
  • Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.

4. TIPOS DE SUSTRATOS.

Existen diferentes criterios de clasificación de los sustratos, basados en el origen de los materiales, su naturaleza, sus propiedades, su capacidad de degradación, etc.

4.1. Según sus propiedades.
– 
Sustratos químicamente inertes. Arena granítica o silícea, grava, roca volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de roca, etc.
– Sustratos químicamente activos. Turbas rubias y negras, corteza de pino, vermiculita, materiales ligno-celulósicos, etc.

Las diferencias entre ambos vienen determinadas por la capacidad de intercambio catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes por parte del sustrato. Los sustratos químicamente inertes actúan como soporte de la planta, no interviniendo en el proceso de adsorción y fijación de los nutrientes, por lo que han de ser suministrados mediante la solución fertilizante. Los sustratos químicamente activos sirven de soporte a la planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los nutrientes aportados mediante la fertilización. almacenándolos o cediéndolos según las exigencias del vegetal.

Tipos de sustratos de cultivo (Parte II)

Un sustrato es todo material sólido distinto del suelo, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que, colocado en un contenedor, que permite el anclaje del sistema radicular de la planta.

4.2. Según el origen de los materiales.

4.2.1. Materiales orgánicos.

  • De origen natural. Se caracterizan por estar sujetos a descomposición biológica (turbas).
  • De síntesis. Son polímeros orgánicos no biodegradables, que se obtienen mediante síntesis química (espuma de poliuretano, poliestireno expandido, etc.).
  • Subproductos y residuos de diferentes actividades agrícolas, industriales y urbanas. La mayoría de los materiales de este grupo deben experimentar un proceso de compostaje, para su adecuación como sustratos (cascarillas de arroz, pajas de cereales, fibra de coco, orujo de uva, cortezas de árboles, serrín y virutas de la madera, residuos sólidos urbanos, lodos de depuración de aguas residuales, etc.).

4.2.2. Materiales inorgánicos o minerales.

  • De origen natural. Se obtienen a partir de rocas o minerales de origen diverso, modificándose muchas veces de modo ligero, mediante tratamientos físicos sencillos. No son biodegradables (arena, grava, tierra volcánica, etc.).
  • – Transformados o tratados. A partir de rocas o minerales, mediante tratamientos físicos, más o menos complejos, que modifican notablemente las características de los materiales de partida (perlita, lana de roca, vermiculita, arcilla expandida, etc.).
  • – Residuos y subproductos industriales. Comprende los materiales procedentes de muy distintas actividades industriales (escorias de horno alto, estériles del carbón, etc.).

5. DESCRIPCIÓN GENERAL DE ALGUNOS SUSTRATOS.

5.1. Sustratos naturales

A) AGUA.

Es común su empleo como portador de nutrientes, aunque también se puede emplear como sustrato.

B) GRAVAS.

Suelen utilizarse las que poseen un diámetro entre 5 y 15 mm. Destacan las gravas de cuarzo, la piedra pómez y las que contienen menos de un 10% en carbonato cálcico. Su densidad aparente es de 1.500-1.800 kg/m3. Poseen una buena estabilidad estructural, su capacidad de retención del agua es baja si bien su porosidad es elevada (más del 40% del volumen). Su uso como sustrato puede durar varios años. Algunos tipos de gravas, como las de piedra pómez o de arena de río, deben lavarse antes de utilizarse. Existen algunas gravas sintéticas, como la herculita, obtenida por tratamiento térmico de pizarras.

C) ARENAS.

Las que proporcionan los mejores resultados son las arenas de río. Su granulometría más adecuada oscila entre 0,5 y 2 mm de diámetro. La densidad aparente es similar a la grava. Su capacidad de retención del agua es media (20 % del peso y más del 35 % del volumen); La capacidad de aireación disminuye con el tiempo a causa de la compactación; su capacidad de intercambio catiónico es nula.

Es relativamente frecuente que su contenido en caliza alcance el 8-10 %. Algunos tipos de arena deben lavarse previamente. Su pH varía entre 4 y 8. Su durabilidad es elevada. Es bastante frecuente su mezcla con turba, como sustrato de enraizamiento y de cultivo en contenedores.

D) TIERRA VOLCÁNICA.

Son materiales de origen volcánico que se utilizan sin someterlos a ningún tipo de tratamiento, proceso o manipulación. Están compuestos de sílice, alúmina y óxidos de hierro. También contiene calcio, magnesio, fósforo y algunos oligoelementos. Las granulometrías son muy variables al igual que sus propiedades físicas.

El pH de las tierras volcánicas es ligeramente ácido con tendencias a la neutralidad. La C.I.C. es tan baja que debe considerarse como nulo. Destaca su buena aireación, la inercia química y la estabilidad de su estructura. Tiene una baja capacidad de retención de agua, el material es poco homogéneo y de difícil manejo.

E) TURBAS.

Las turbas son materiales de origen vegetal, de propiedades físicas y químicas variables en función de su origen. Se pueden clasificar en dos grupos: turbas rubias y negras. Las turbas rubias tienen un mayor contenido en materia orgánica y están menos descompuestas, las turbas negras están más mineralizadas teniendo un menor contenido en materia orgánica.

Es más frecuente el uso de turbas rubias en cultivo sin suelo, debido a que las negras tienen una aireación deficiente y unos contenidos elevados en sales solubles. Las turbias rubias tiene un buen nivel de retención de agua y de aireación, pero muy variable en cuanto a su composición ya que depende de su origen.

La inestabilidad de su estructura y su alta capacidad de intercambio catiónico interfiere en la nutrición vegetal, presentan un pH que oscila entre 3,5 y 8,5. Se emplea en la producción ornamental y de plántulas hortícolas en semilleros.

Propiedades de las turbas (Fernández et al. 1998)
PropiedadesTurbas rubiasTurbas negras
Densidad aparente (gr/cm3)0,06 – 0,10,3 – 0,5
Densidad real (gr/cm3)1,351,65 – 1,85
Espacio poroso (%)94 o más80 – 84
Capacidad de absorción de agua (gr/100 gr m.s.)1.049287
Aire (% volumen)297,6
Agua fácilmente disponible (% volumen)33,524
Agua de reserva (% volumen)6,54,7
Agua difícilmente disponible (% volumen)25,347,7
C.I.C. (meq/100 gr)110 – 130250 o más

F) CORTEZA DE PINO.

Se pueden emplear cortezas de diversas especies vegetales, aunque la más empleada es la de pino, que procede básicamente de la industria maderera. Al ser un material de origen natural posee una gran variabilidad. las cortezas se emplean en estado fresco (material crudo) o compostadas. Las cortezas crudas pueden provocar problemas de deficiencia de nitrógeno y de fitotoxicidad.

Las propiedades físicas dependen del tamaño de sus partículas, y se recomienda que el 20-40% de dichas partículas sean con un tamaño inferior a los 0,8 mm. es un sustrato ligero, con una densidad aparente de 0,1 a 0,45 g/cm3. La porosidad total es superior al 80-85%, la capacidad de retención de agua es de baja a media, siendo su capacidad de aireación muy elevada. El pH varía de medianamente ácido a neutro. La CIC es de 55 meq/100 g.

G) FIBRA DE COCO.

Este producto se obtiene de fibras de coco. Tiene una capacidad de retención de agua de hasta 3 o 4 veces su peso, un pH ligeramente ácido (6,3-6,5) y una densidad aparente de 200 kg/m3. Su porosidad es bastante buena y debe ser lavada antes de su uso debido al alto contenido de sales que posee.

5.2. Sustratos artificiales.

A) LANA DE ROCA.

Es un material obtenido a partir de la fundición industrial a más de 1600 ºC de una mezcla de rocas basálticas, calcáreas y carbón de coke. Finalmente al producto obtenido se le da una estructura fibrosa, se prensa, endurece y se corta en la forma deseada. En su composición química entran componentes como el sílice y óxidos de aluminio, calcio, magnesio, hierro, etc.

Es considerado como un sustrato inerte, con una C.I.C. casi nula y un pH ligeramente alcalino, fácil de controlar. Tiene una estructura homogénea, un buen equilibrio entre agua y aire, pero presenta una degradación de su estructura, lo que condiciona que su empleo no sobrepase los 3 años.

Es un material con una gran porosidad y que retiene mucha agua, pero muy débilmente, lo que condiciona una disposición muy horizontal de las tablas para que el agua se distribuya uniformemente por todo el sustrato.

Propiedades de la lana de roca (Fernández et al. 1998)
Densidad aparente (gr/cm3)0,09
Espacio poroso (%)96,7
Material sólido (% volumen)3,3
Aire (% volumen)14,9
Agua fácilmente disponible + agua de reserva (% volumen)77,8
Agua difícilmente disponible (% volumen)4

B) PERLITA.

Material obtenido como consecuencia de un tratamiento térmico a unos 1.000-1.200 ºC de una roca silícea volcánica del grupo de las riolitas. Se presenta en partículas blancas cuyas dimensiones varían entre 1,5 y 6 mm, con una densidad baja, en general inferior a los 100 kg/m3.

Posee una capacidad de retención de agua de hasta cinco veces su peso y una elevada porosidad; su C.I.C. es prácticamente nula (1,5-2,5 meq/100 g); la durabilidad está limitada al tipo de cultivo, pudiendo llegar a los 5-6 años. Su pH está cercano a la neutralidad (7-7,5) y se utiliza a veces, mezclada con otros sustratos como turba, arena, etc.

Propiedades de la perlita (Fernández et al. 1998)
Propiedades físicasTamaño de las partículas (mm de diámetro)
0-15
(Tipo B-6)
0-5
(Tipo B-12)
3-5(Tipo A-13)
Densidad aparente (Kg/m3)50-60105-125100-120
Espacio poroso (%)97,89494,7
Material sólido (% volumen)2,265,3
Aire (% volumen)24,437,265,7
Agua fácilmente disponible (% volumen)37,624,66,9
Agua de reserva (% volumen)8,56,72,7
Agua difícilmente disponible (% volumen)27,325,519,4

C) VERMICULITA.

Se obtiene por la exfoliación de un tipo de micas sometido a temperaturas superiores a los 800 ºC. Su densidad aparente es de 90 a 140 kg/m3, presentándose en escamas de 5-10 mm. Puede retener 350 litros de agua por metro cúbico y posee buena capacidad de aireación, aunque con el tiempo tiende a compactarse. Posee una elevada C.I.C. (80-120 meq/l). Puede contener hasta un 8% de potasio asimilable y hasta un 12% de magnesio asimilable. Su pH es próximo a la neutralidad (7-7,2).

D) ARCILLA EXPANDIDA.

Se obtiene tras el tratamiento de de nódulos arcillosos a más de 100 ºC, formándose como unas bolas de corteza dura y un diámetro, comprendido entre 2 y 10 mm. La densidad aparente es de 400 kg/m3 y posee una baja capacidad de retención de agua y una buena capacidad de aireación. Su C.I.C. es prácticamente nula (2-5 meq/l). Su pH está comprendido entre 5 y 7. Con relativa frecuencia se mezcla con turba, para la elaboración de sustratos.

E) POLIESTIRENO EXPANDIDO.

Es un plástico troceado en flóculos de 4-12 mm, de color blanco. Su densidad es muy baja, inferior a 50 Kg/m3. Posee poca capacidad de retención de agua y una buena posibilidad de aireación. Su pH es ligeramente superior a 6. Suele utilizarse mezclado con otros sustratos como la turba, para mejorar la capacidad de aireación.

Artículos Relacionados

Artículos Destacados

Problemática, clasificación y gestión de los residuos sólidos urbanos

Residuos sólidos urbanos

Los residuos sólidos urbanos siempre han formado parte de los sistemas ecológicos cerrando los ciclos biogeoquímicos existentes en la naturaleza, por lo que se puede considerar que una gestión eficiente de dichos residuos resulta imprescindible para el desarrollo de la vida en nuestro planeta. A través del proceso de compostaje de los residuos sólidos urbanos se obtiene el compost, un producto catalogado como fertilizante o enmienda orgánica de suelos por sus múltiples propiedades físicas, químicas y biológicas.

1. PROBLEMÁTICA DE LOS RESIDUOS EN EL MUNDO ACTUAL.

Los residuos existen desde que nuestro planeta tiene seres vivos, hace unos 4.000 millones de años. Antiguamente, la eliminación de los residuos humanos no planteaba un problema significativo, ya que la población era pequeña y la cantidad de terreno disponible para la asimilación de los residuos era grande.

Sin embargo, la problemática de los residuos comienza con el desarrollo de la sociedad moderna en la que vivimos, no sólo en el aspecto referido a la cantidad de residuos que ésta genera (difícilmente asimilable por la naturaleza), sino, y de manera importantísima, a la calidad de los mismos (Garrigues, 2003).

Este problema de la gestión de nuestros residuos existe y se agrava año tras año. Ante tal situación, resulta importante analizar los factores que han incrementado de manera tan alarmante el problema de los residuos urbanos.

En general, pueden señalarse cuatro causas principales (MOPT, 1992):

  1. El rápido crecimiento demográfico.
  2. La concentración de la población en los centros urbanos.
  3. La utilización de bienes materiales de rápido deterioro.
  4. El uso cada vez más generalizado de envases sin retorno, fabricados con materiales no degradables.

La gestión incorrecta de los residuos sólidos urbanos genera entre otros, los siguientes problemas (FICYT, 1998):

  • La presencia de residuos abandonados produce una sensación de suciedad a la vez que deterioran el paisaje.
  • Los depósitos incontrolados de residuos sólidos urbanos producen, al fermentar, olores muy molestos.
  • Los residuos fermentables son fácilmente autoinflamables por lo que pueden provocar incendios que ocasionan una contaminación atmosférica muy desagradable para la vecindad y, en ocasiones, peligrosa para la circulación y para la seguridad de los bosques cercanos.
  • Un vertido de residuos realizado sin ningún tipo de control, presenta un grave riesgo de contaminación de las aguas tanto superficiales como subterráneas, con el consiguiente peligro para la salud si son utilizadas para el abastecimiento de agua potable a la población.
  • Los residuos orgánicos favorecen la existencia de gran cantidad de roedores e insectos que son agentes portadores de enfermedades y algunas contaminaciones bacterianas.

2. CLASIFICACIÓN DE LOS RESIDUOS.

Los residuos han sido clasificados de diversas formas. Según su estado físico éstos pueden ser: sólidos, líquidos, gaseosos o pastosos. Si bien, desde el punto de vista de su estructura química, el origen y el destino final potencial de los residuos éstos se pueden clasificar en (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000):

  1. Residuos sólidos orgánicos: Son aquellos que en algún momento formaron parte de un ser vivo o derivan de los procesos de transformación de los combustibles fósiles.
  2. Residuos sólidos inertes: Son no biodegradables e incombustibles. Proceden normalmente de la extracción, procesamiento o utilización de los recursos minerales, como los de la construcción, demolición, etc.
  3. Residuos sólidos peligrosos: Son residuos orgánicos o inertes que por sus características físicas, químicas o biológicas no pueden ser acoplados a procesos de recuperación o transformación convencionales.

Según el uso que se les puede dar a los residuos, éstos se clasifican en (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000): agrícolas, forestales, ganaderos, industriales y residuos urbanos, considerando dentro de estos últimos a los residuos sólidos urbanos (basuras urbanas) y a los lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales.

En general, el conjunto formado por los residuos agrícolas, forestales y ganaderos representa el 80% del volumen total de residuos, correspondiendo el 20% restante a los industriales y de ciudad. A continuación, se describen con más detalle los residuos urbanos.

De forma que, por residuos sólidos urbanos se entiende todos aquellos residuos que son generados por cualquier actividad en los núcleos de población o sus zonas de influencia y constituyen un problema para el hombre desde el momento de su producción ya que alcanzan grandes volúmenes.

La naturaleza de dichos residuos es muy variada debido a la diversidad tecnológica e industrial que se centra en torno a las ciudades. Dentro de ellos, se pueden citar los siguientes (Tchobanoglous et al., 1994; Costa et al., 1995; Hontoria García y Zamorano Toro, 2000):

  • Residuos sólidos de origen doméstico, de mataderos, mercados de alimentación, etc.
  • Aguas residuales, cuando no existen sistemas de depuración, o lodos, si se aplican los sistemas adecuados.
  • Gases de diversa procedencia expulsados a la atmósfera en el proceso de incineración de residuos sólidos y que además incluyen escorias y cenizas.

Es frecuente también englobar los distintos componentes de los residuos en tres grandes grupos, en función del tratamiento final (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000): inertes, fermentables y combustibles.

3. RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS (RSU)

3.1. Definición.

El concepto de residuos sólidos urbanos ha sido definido a lo largo del tiempo de formas muy diversas. Así, la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) define los residuos como aquellas materias generadas en las actividades de producción y consumo que no alcanzan, en el contexto en que son producidas, ningún valor económico; ello puede ser debido tanto a la falta de tecnología adecuada para su aprovechamiento, como a la inexistencia de un mercado para los productos recuperados (MOPT, 1992; Tchobanoglous et al., 1994; Costa et al., 1995; FICYT, 1998; Hontoria García y Zamorano Toro, 2000; Garrigues, 2003).

La CEE, en su directiva 75/442, especifica que se entenderá por residuo cualquier sustancia u objeto del cual se desprenda su poseedor o tenga la obligación de desprenderse, en virtud de las disposiciones nacionales vigentes. Los residuos urbanos comprenden todos los residuos que provienen de actividades animales y humanas, que normalmente se encuentran en estado sólido y son desechados como inútiles o superfluos.

Genéricamente se entiende por residuos urbanos los que son producidos por cualquier actividad en los núcleos de población o en su zona de influencia; esto implica que los residuos urbanos son algo más que los residuos generados en el ámbito domiciliario, ya que se debe contemplar el conjunto de otras actividades generadoras de residuos dentro del ámbito urbano (MOPT, 1992; FICYT, 1998; Garrigues, 2003).

La Ley 42/1975, de 19 de Noviembre, sobre desechos y residuos sólidos urbanos, define como tales los producidos como consecuencia de las siguientes actividades (MOPT, 1992; Costa et al., 1995): domiciliarias, comerciales y de servicios, limpieza viaria, zonas verdes y recreativas, abandono de muebles y enseres, industriales y de la construcción, así como los agrícolas y ganaderos que se produzcan en las zonas clasificadas, con arreglo a la ley del suelo, como urbanas y urbanizables.

La Ley 10/1998, de 21 de Abril, define los residuos urbanos como los generados en los domicilios particulares, comercios, oficinas y servicios, así como todos aquellos que no tengan la calificación de peligrosos y que por su naturaleza o composición puedan asimilarse a los producidos en los anteriores lugares o actividades.

3.2. Producción de Residuos Sólidos Urbanos.

El conocimiento de las cantidades de residuos sólidos generadas es fundamental para seleccionar la maquinaria, el diseño de los itinerarios, las instalaciones de recuperación de materiales y las instalaciones de disposición final (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000).

La cantidad de residuos producidos por una colectividad varía en función de un gran número de parámetros. Esta producción depende principalmente de (FICYT, 1998; Garrigues, 2003): el nivel de vida, el modo de vida y la movilidad de la población, la época del año, el clima y las nuevas tendencias de comercialización de mercancías.

3.3. Composición de los Residuos Sólidos Urbanos.

La mayoría de los sistemas de tratamiento, en especial los que hacen referencia a la incineración y al compostaje, se diseñan a partir de una composición tipo de residuos, de ahí la enorme importancia que tiene el conocer la composición de los residuos dado que su conocimiento permite dimensionar las instalaciones de una forma lo más adecuada posible; además constituye una información de partida para conocer el valor de los productos que pueden ser reutilizados en plantas de reciclaje (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000).

Al igual que en el caso de la producción de residuos, en la composición y características de los mismos influyen numerosos factores, tales como: las características de la población, el clima, la estación del año, el modo y nivel de vida de la población y sus hábitos de consumo (MOPT, 1992; FICYT, 1998; Garrigues, 2003).

3.4. Características de los Residuos Sólidos Urbanos.

Las características generales de los residuos sólidos urbanos son, las siguientes (Costa et al., 1995):

1. La densidad:

Parámetro variable en función de la heterogeneidad de los residuos. Es mayor en los países menos desarrollados, por lo que varía en sentido inverso al nivel de vida de tal forma que en lugares con alto nivel de vida se desechan menos envases sin retorno, voluminosos y de poco peso, lo que hace que los residuos tengan una densidad baja.

2. El contenido en agua de los RSU:

Tiene una gran influencia sobre el poder calorífico de las basuras, así como en la transformación biológica de las materias fermentables. Es menor en las zonas céntricas de las ciudades, y en las más desarrolladas, con mayor concentración de comercios.

3. El poder calorífico inferior de las basuras españolas:

Se puede considerar que oscila entre los 1.000-1.600 kcal/kg. Siendo, mayor el poder calorífico de las basuras en los países más industrializados y en aquellos residuos con humedad baja.

4. La relación C/N:

Depende fundamentalmente del aporte al residuo de la fracción papel-cartón, que hace que dicha relación aumente; en países desarrollados tiene valores superiores a 35, mientras que en los demás es inferior a 28. Como valor óptimo para una transformación biológica adecuada se considera entre 20-35.

El estudio de los diversos componentes de los residuos demuestra cómo en los países desarrollados, en general, la materia orgánica animal y vegetal biodegradable es mucho menor que en aquellos en vías de desarrollo, constituyendo para éstos en algunos casos más del 70% del total.

3.5. Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos.

Se entiende por destino final de los residuos al conjunto de operaciones encaminadas a su eliminación o al aprovechamiento de determinados recursos contenidos en ellos (Costa et al., 1995).

A la hora de enfocar este apartado conviene tener muy presente que desgradaciadamente, hoy en día, aún existen en nuestro país vertederos incontrolados de residuos sobre todo en algunas zonas rurales, no pudiendo éstos ser considerados como una solución o sistema de tratamiento de residuos, sino como un simple abandono de los mismos; que puede desencadenar a largo plazo graves problemas medioambientales tanto de contaminación como de infección de consecuencias imprevisibles.

Probablemente, el primer método que se utilizó para tratar residuos sólidos consistió en arrojarlos al suelo o al mar, tal vez porque resultaba ser el más cómodo. Al progresar la civilización y distribuirse la población en grupos más o menos numerosos, la práctica de arrojar indiscriminadamente los residuos al suelo fue haciéndose cada vez más incómoda y nociva para el medio ambiente.

Aunque los aspectos sanitarios del tratamiento de residuos no se han ido conociendo hasta hace poco, las cantidades y la naturaleza desagradable de los mismos han creado condiciones en la mayoría de las ciudades que resultan insatisfactorias para la población. Así pues, los molestos basureros se sacaron de las ciudades y se encontraron para ellos terrenos más aislados. Sin embargo, se comprobó que transportar los residuos largas distancias resulta caro e incómodo y que, incluso en zonas poco pobladas surge una violenta oposición ciudadana a los vertederos.

Entre los diferentes métodos empleados en la actualidad para el tratamiento de los residuos sólidos urbanos destacan, los siguientes (MOPT, 1992; Costa et al., 1995; FICYT, 1998; Hontoria García y Zamorano Toro, 2000):

1. Vertido controlado:

Consiste en un principio en la colocación de los residuos sobre el terreno, extendiéndolos en capas de poco espesor y compactándolos para disminuir su volumen. Se suele realizar su recubrimiento diario con suelo para minimizar los riesgos de contaminación ambiental y para favorecer la transformación biológica de los materiales fermentables. La elección adecuada del terreno es fundamental, en especial para preservar a las aguas superficiales y subterráneas de la contaminación por lixiviados. El tratamiento que se puede seguir es el de compactación ligera y recubrimiento con mayor periodicidad o compactación intensa sin recubrimiento.

Este sistema presenta la ventaja de tener unos costes reducidos de instalación y funcionamiento, alta capacidad de absorber variaciones de producción, escaso impacto ambiental si está bien gestionado y posibilidad de ser utilizado, una vez colmatado, como zona deportiva, ajardinada, etc.

Como desventajas pueden citarse el necesitar de grandes superficies, tener que ubicarse lejos de los núcleos urbanos con el consiguiente gasto que supone el transporte, la colmatación y necesidad de cambio de lugar, y, sobre todo, la imposibilidad de aprovechar los recursos contenidos en los residuos. Por otro lado, no está definida cuál va a ser la posible evolución de los residuos dentro de este sistema cerrado, es decir, los fenómenos físicos, químicos y biológicos que pueden alterar con el tiempo estos vertederos.

2. Incineración:

Durante la década de los años 1960 la eliminación de los residuos sólidos urbanos mediante incineración se mostraba como el sistema definitivo de tratamiento. Se encargaron muchos proyectos y la implantación de instalaciones de incineración adquirió un gran auge. Esto se mantuvo hasta 1975, momento a partir del cual disminuyeron considerablemente las obras de construcción y los proyectos que se llevaban a cabo en referencia a este método de gestión de los residuos. El éxito del sistema fue especialmente importante en el norte y centro de Europa así como en EE.UU.

La incineración consiste en un proceso de combustión controlada que transforma los residuos en materiales inertes (cenizas) y gases.

Como ventaja está el necesitar poco terreno para su implantación y poder situar sus instalaciones en zonas próximas a los núcleos urbanos; además, puede incinerarse cualquier tipo de residuo con poder calorífico y adecuarse incluso para la gestión de los lodos de depuradora.

Su principal desventaja radica en el hecho de no ser un sistema de eliminación total de residuos, pues si bien se reduce su peso en un 70% y su volumen en un 80-90%, genera cenizas, escorias y gases. Además necesita una alta inversión económica, ya que requiere un elevado aporte de energía externa, puesto que estos residuos tienen un poder calorífico bastante bajo. Asimismo, es preciso prever la posible contaminación derivada de los gases de combustión.

3. Reciclaje:

La nueva política actual de gestión de residuos está destinada a reducir el volumen de los mismos que se elimina en vertedero. La producción de residuos actual es muy elevada, por lo que la vida útil de estas instalaciones está reduciéndose de forma considerable, además de encarecerse como consecuencia de las cada vez más estrictas exigencias para la protección del medio ambiente. Esto ha traído consigo la tendencia a buscar otros sistemas de tratamiento basados en la recuperación y reutilización de fracciones contenidas en los mismos (Hontoria García y Zamorano Toro, 2000).

El reciclaje es un proceso que tiene por objeto la recuperación de forma directa o indirecta de determinados componentes contenidos en los residuos. Está basado en la conservación de los recursos naturales. Este sistema supone una reducción apreciable del volumen de residuos a tratar y, por supuesto, favorece la protección del medio ambiente.

El reciclaje se puede llevar a cabo por recuperación directa de los componentes presentes en el residuo (mediante recogida selectiva) o bien partiendo del conjunto bruto, por trituración, cribado, separación de las fracciones ligeras y clasificación del resto por vía húmeda, electromagnética, electrostática y flotación por espumas, para la obtención y depuración de metales y vidrio.

4. Compostaje:

El compostaje consiste, básicamente, en la transformación, mediante fermentación controlada, de la materia orgánica fermentable presente en los residuos urbanos con la finalidad de obtener un producto inocuo y con buenas propiedades como fertilizante o enmienda orgánica de suelos que recibe el nombre de compost. El proceso lleva consigo la separación de la mayor parte de los metales, vidrios y plásticos, y la posterior fermentación de la materia orgánica. Esta fermentación puede ser natural al aire libre o acelerada en digestores.

Se puede definir el compost como el producto que resulta del proceso de compostaje y maduración, constituido por una materia orgánica estabilizada, en cierto modo similar al humus, con poco parecido con el material original, puesto que se ha degradado dando como resultado partículas más finas y oscuras. Se trata de un producto inocuo y libre de sustancias fitotóxicas, cuya aplicación al suelo no provoca daños a las plantas, y que permite su almacenamiento sin posteriores tratamientos ni alteraciones. Por tanto, siguiendo esta definición, el compost debería presentar las siguientes características (Costa et al., 1995):

– Es un producto estabilizado:

La estabilización es un requisito previo al empleo agrícola del compost como enmienda de suelos. Debe lograrse mediante procesos biológicos y no confundirse con otros procesos como desecación y esterilización. Si las condiciones volviesen a ser favorables para la fermentación del producto, ésta podría producirse (gracias al metabolismo latente).

– Es un producto inocuo:

La destrucción de organismos patógenos se consigue con el efecto continuado de la alta temperatura, el tiempo y la competencia de la población microbiana no patógena con la patógena, condiciones que se dan preferentemente en la etapa termófila.

– Debe haberse sometido a una etapa inicial de descomposición:

La degradación se incluye en la primera fase de compostaje y una vez finalizada ésta comienza la fase de estabilización, en la que los compuestos orgánicos solubles y catabolitos orgánicos se encuentran en un nivel bajo.

– Es el resultado de un proceso de humificación:

Durante la fase de estabilización del producto (maduración) se producirá una humificación, acompañada de un lento proceso de mineralización. Por todas estas razones, los productos “no terminados” (no humificados o que contengan sustancias fitotóxicas) no deberían denominarse compost, aunque algunos de ellos puedan tener usos especiales.

Cuando estos productos salen al mercado para su uso agrícola es necesario que se especifique su origen, así como su composición y su grado de estabilización. Si se ha mezclado con algún otro producto durante su proceso de compostaje deberá expresarse el porcentaje de peso seco de estos productos en orden de concentración decreciente.

Asimismo, cuando al compost se le añade, durante su fase de estabilización, otra materia orgánica distinta de la original, el producto final debería llamarse “acondicionador orgánico de suelos” y no compost.

4. CONCLUSIONES.

Gestionar adecuadamente los residuos sólidos urbanos que generamos es esencial para un aprovechamiento eficiente de sus potencialidades dado que a través de un apropiado proceso de tratamiento como el compostaje, éstos pueden llegar a convertirse en compost (considerado como fertilizante o enmienda orgánica de suelos).

Artículos Destacados