Tipos de sustratos de cultivo. Guía detallada

sustratos

1. ¿QUÉ ES UN SUSTRATO?

Los sustratos son todo material sólido distinto del suelo, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que, colocado en un contenedor, en forma pura o en mezcla, permite el anclaje del sistema radicular de la planta, desempeñando, por tanto, un papel de soporte para la planta. El sustrato puede intervenir o no en el complejo proceso de la nutrición mineral de la planta.

2. PROPIEDADES DE LOS SUSTRATOS DE CULTIVO.


2.1. Propiedades físicas

A) POROSIDAD.

Es el volumen total del medio no ocupado por las partículas sólidas, y por tanto, lo estará por aire o agua en una cierta proporción. Su valor óptimo no debería ser inferior al 80-85 %, aunque sustratos de menor porosidad pueden ser usados ventajosamente en determinadas condiciones.

La porosidad debe ser abierta, pues la porosidad ocluida, al no estar en contacto con el espacio abierto, no sufre intercambio de fluidos con él y por tanto no sirve como almacén para la raíz. El menor peso del sustrato será el único efecto positivo. El espacio o volumen útil de un sustrato corresponderá a la porosidad abierta.

El grosor de los poros condiciona la aireación y retención de agua del sustrato. Poros gruesos suponen una menor relación superficie/volumen, por lo que el equilibrio tensión superficial/fuerzas gravitacionales se restablece cuando el poro queda solo parcialmente lleno de agua, formando una película de espesor determinado.

El equilibrio aire/agua se representa gráficamente mediante las curvas de humectación. Se parte de un volumen unitario saturado de agua y en el eje de ordenadas se representa en porcentaje el volumen del material sólido más el volumen de porosidad útil. Se le somete a presiones de succión crecientes, expresadas en centímetros de columnas de agua, que se van anotando en el eje de abcisas.

A cada succión corresponderá una extracción de agua cuyo volumen es reemplazado por el equivalente de aire. De modo que a un valor de abcisas corresponde una ordenada de valor igual al volumen del material sólido más el volumen de aire. El volumen restante hasta el 100 % corresponde al agua que aún retiene el sustrato.

B) DENSIDAD.

La densidad de un sustrato se puede referir bien a la del material sólido que lo compone y entonces se habla de densidad real, o bien a la densidad calculada considerando el espacio total ocupado por los componentes sólidos más el espacio poroso, y se denomina porosidad aparente.

La densidad real tiene un interés relativo. Su valor varía según la materia de que se trate y suele oscilar entre 2,5-3 para la mayoría de los de origen mineral. La densidad aparente indica indirectamente la porosidad del sustrato y su facilidad de transporte y manejo. Los valores de densidad aparente se prefieren bajos (0,7-01) y que garanticen una cierta consistencia de la estructura.

C) ESTRUCTURA.

Puede ser granular como la de la mayoría de los sustratos minerales o bien fibrilar. La primera no tiene forma estable, acoplándose fácilmente a la forma del contenedor, mientras que la segunda dependerá de las características de las fibras. Si son fijadas por algún tipo de material de cementación, conservan formas rígidas y no se adaptan al recipiente pero tienen cierta facilidad de cambio de volumen y consistencia cuando pasan de secas a mojadas.

D) GRANULOMETRÍA.

El tamaño de los gránulos o fibras condiciona el comportamiento del sustrato, ya que además de su densidad aparente varía su comportamiento hídrico a causa de su porosidad externa, que aumenta de tamaño de poros conforme sea mayor la granulometría.

2.2. Propiedades químicas.

La reactividad química de un sustrato se define como la transferencia de materia entre el sustrato y la solución nutritiva que alimenta las plantas a través de las raíces. Esta transferencia es recíproca entre sustrato y solución de nutrientes y puede ser debida a reacciones de distinta naturaleza:

a) Químicas.

Se deben a la disolución e hidrólisis de los propios sustratos y pueden provocar:

  • Efectos fitotóxicos por liberación de iones H+ y OH- y ciertos iones metálicos como el Co+2.
  • Efectos carenciales debido a la hidrólisis alcalina de algunos sustratos que provoca un aumento del pH y la precipitación del fósforo y algunos microelementos.
  • Los Efectos osmóticos provocados por un exceso de sales solubles y el consiguiente descenso en la absorción de agua por la planta.

b) Físico-químicas.

Son reacciones de intercambio de iones. Se dan en sustratos con contenidos en materia orgánica o los de origen arcilloso (arcilla expandida) es decir, aquellos en los que hay cierta capacidad de intercambio catiónico (C.I.C.). Estas reacciones provocan modificaciones en el pH y en la composición química de la solución nutritiva por lo que el control de la nutrición de la planta se dificulta.

c) Bioquímicas.

Son reacciones que producen la biodegradación de los materiales que componen el sustrato. Se producen sobre todo en materiales de origen orgánico, destruyendo la estructura y variando sus propiedades físicas. Esta biodegradación libera CO2 y otros elementos minerales por destrucción de la materia orgánica.

Normalmente se prefieren son sustratos inertes frente a los químicamente activos. La actividad química aporta a la solución nutritiva elementos adicionales por procesos de hidrólisis o solubilidad.

Si éstos son tóxicos, el sustrato no sirve y hay que descartarlo, pero aunque sean elementos nutritivos útiles entorpecen el equilibrio de la solución al superponer su incorporación un aporte extra con el que habrá que contar, y dicho aporte no tiene garantía de continuidad cuantitativa (temperatura, agotamiento, etc). Los procesos químicos también perjudican la estructura del sustrato, cambiando sus propiedades físicas de partida.

2.3. Propiedades biológicas.

Cualquier actividad biológica en los sustratos es claramente perjudicial. Los microorganismos compiten con la raíz por oxígeno y nutrientes. También pueden degradar el sustrato y empeorar sus características físicas de partida. Generalmente disminuye su capacidad de aireación, pudiéndose producir asfixia radicular. La actividad biológica está restringida a los sustratos orgánicos y se eliminarán aquellos cuyo proceso degradativo sea demasiado rápido.

Así las propiedades biológicas de un sustrato se pueden concretar en:

a) Velocidad de descomposición.
La velocidad de descomposición es función de la población microbiana y de las condiciones ambientales en las que se encuentre el sustrato. Esta puede provocar deficiencias de oxígeno y de nitrógeno, liberación de sustancias fitotóxicas y contracción del sustrato. La disponibilidad de compuestos biodegradables (carbohidratos, ácidos grasos y proteínas) determina la velocidad de descomposición.

b) Efectos de los productos de descomposición.
Muchos de los efectos biológicos de los sustratos orgánicos se atribuyen a los ácidos húmicos y fúlvicos, que son los productos finales de la degradación biológica de la lignina y la hemicelulosa. Una gran variedad de funciones vegetales se ven afectadas por su acción.

c) Actividad reguladora del crecimiento.
Es conocida la existencia de actividad auxínica en los extractos de muchos materiales orgánicos utilizados en los medios de cultivo.

3. CARACTERÍSTICAS DEL SUSTRATO IDEAL.



El mejor medio de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material vegetal con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, etc.), especie vegetal, condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización, aspectos económicos, etc.

Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de las plantas, se requieren las siguientes características del medio de cultivo:

a) Propiedades físicas:

  • Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
  • Suficiente suministro de aire.
  • Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones anteriores.
  • Baja densidad aparente.
  • Elevada porosidad.
  • Estructura estable, que impida la contracción (o hinchazón del medio).

b) Propiedades químicas:

  • Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
  • Suficiente nivel de nutrientes asimilables.
  • Baja salinidad.
  • Elevada capacidad tampón y capacidad para mantener constante el pH.
  • Mínima velocidad de descomposición.

c) Otras propiedades.

  • Libre de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias fitotóxicas.
  • Reproductividad y disponibilidad.
  • Bajo coste.
  • Fácil de mezclar.
  • Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
  • Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.

4. TIPOS DE SUSTRATOS.

Existen diferentes criterios de clasificación de los sustratos, basados en el origen de los materiales, su naturaleza, sus propiedades, su capacidad de degradación, etc.

4.1. Según sus propiedades.
– 
Sustratos químicamente inertes. Arena granítica o silícea, grava, roca volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de roca, etc.
– Sustratos químicamente activos. Turbas rubias y negras, corteza de pino, vermiculita, materiales ligno-celulósicos, etc.

Las diferencias entre ambos vienen determinadas por la capacidad de intercambio catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes por parte del sustrato. Los sustratos químicamente inertes actúan como soporte de la planta, no interviniendo en el proceso de adsorción y fijación de los nutrientes, por lo que han de ser suministrados mediante la solución fertilizante. Los sustratos químicamente activos sirven de soporte a la planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los nutrientes aportados mediante la fertilización. almacenándolos o cediéndolos según las exigencias del vegetal.

Tipos de sustratos de cultivo (Parte II)

Un sustrato es todo material sólido distinto del suelo, natural, de síntesis o residual, mineral u orgánico, que, colocado en un contenedor, que permite el anclaje del sistema radicular de la planta.

4.2. Según el origen de los materiales.

4.2.1. Materiales orgánicos.

  • De origen natural. Se caracterizan por estar sujetos a descomposición biológica (turbas).
  • De síntesis. Son polímeros orgánicos no biodegradables, que se obtienen mediante síntesis química (espuma de poliuretano, poliestireno expandido, etc.).
  • Subproductos y residuos de diferentes actividades agrícolas, industriales y urbanas. La mayoría de los materiales de este grupo deben experimentar un proceso de compostaje, para su adecuación como sustratos (cascarillas de arroz, pajas de cereales, fibra de coco, orujo de uva, cortezas de árboles, serrín y virutas de la madera, residuos sólidos urbanos, lodos de depuración de aguas residuales, etc.).

4.2.2. Materiales inorgánicos o minerales.

  • De origen natural. Se obtienen a partir de rocas o minerales de origen diverso, modificándose muchas veces de modo ligero, mediante tratamientos físicos sencillos. No son biodegradables (arena, grava, tierra volcánica, etc.).
  • – Transformados o tratados. A partir de rocas o minerales, mediante tratamientos físicos, más o menos complejos, que modifican notablemente las características de los materiales de partida (perlita, lana de roca, vermiculita, arcilla expandida, etc.).
  • – Residuos y subproductos industriales. Comprende los materiales procedentes de muy distintas actividades industriales (escorias de horno alto, estériles del carbón, etc.).

5. DESCRIPCIÓN GENERAL DE ALGUNOS SUSTRATOS.

5.1. Sustratos naturales

A) AGUA.

Es común su empleo como portador de nutrientes, aunque también se puede emplear como sustrato.

B) GRAVAS.

Suelen utilizarse las que poseen un diámetro entre 5 y 15 mm. Destacan las gravas de cuarzo, la piedra pómez y las que contienen menos de un 10% en carbonato cálcico. Su densidad aparente es de 1.500-1.800 kg/m3. Poseen una buena estabilidad estructural, su capacidad de retención del agua es baja si bien su porosidad es elevada (más del 40% del volumen). Su uso como sustrato puede durar varios años. Algunos tipos de gravas, como las de piedra pómez o de arena de río, deben lavarse antes de utilizarse. Existen algunas gravas sintéticas, como la herculita, obtenida por tratamiento térmico de pizarras.

C) ARENAS.

Las que proporcionan los mejores resultados son las arenas de río. Su granulometría más adecuada oscila entre 0,5 y 2 mm de diámetro. La densidad aparente es similar a la grava. Su capacidad de retención del agua es media (20 % del peso y más del 35 % del volumen); La capacidad de aireación disminuye con el tiempo a causa de la compactación; su capacidad de intercambio catiónico es nula.

Es relativamente frecuente que su contenido en caliza alcance el 8-10 %. Algunos tipos de arena deben lavarse previamente. Su pH varía entre 4 y 8. Su durabilidad es elevada. Es bastante frecuente su mezcla con turba, como sustrato de enraizamiento y de cultivo en contenedores.

D) TIERRA VOLCÁNICA.

Son materiales de origen volcánico que se utilizan sin someterlos a ningún tipo de tratamiento, proceso o manipulación. Están compuestos de sílice, alúmina y óxidos de hierro. También contiene calcio, magnesio, fósforo y algunos oligoelementos. Las granulometrías son muy variables al igual que sus propiedades físicas.

El pH de las tierras volcánicas es ligeramente ácido con tendencias a la neutralidad. La C.I.C. es tan baja que debe considerarse como nulo. Destaca su buena aireación, la inercia química y la estabilidad de su estructura. Tiene una baja capacidad de retención de agua, el material es poco homogéneo y de difícil manejo.

E) TURBAS.

Las turbas son materiales de origen vegetal, de propiedades físicas y químicas variables en función de su origen. Se pueden clasificar en dos grupos: turbas rubias y negras. Las turbas rubias tienen un mayor contenido en materia orgánica y están menos descompuestas, las turbas negras están más mineralizadas teniendo un menor contenido en materia orgánica.

Es más frecuente el uso de turbas rubias en cultivo sin suelo, debido a que las negras tienen una aireación deficiente y unos contenidos elevados en sales solubles. Las turbias rubias tiene un buen nivel de retención de agua y de aireación, pero muy variable en cuanto a su composición ya que depende de su origen.

La inestabilidad de su estructura y su alta capacidad de intercambio catiónico interfiere en la nutrición vegetal, presentan un pH que oscila entre 3,5 y 8,5. Se emplea en la producción ornamental y de plántulas hortícolas en semilleros.

Propiedades de las turbas (Fernández et al. 1998)
PropiedadesTurbas rubiasTurbas negras
Densidad aparente (gr/cm3)0,06 – 0,10,3 – 0,5
Densidad real (gr/cm3)1,351,65 – 1,85
Espacio poroso (%)94 o más80 – 84
Capacidad de absorción de agua (gr/100 gr m.s.)1.049287
Aire (% volumen)297,6
Agua fácilmente disponible (% volumen)33,524
Agua de reserva (% volumen)6,54,7
Agua difícilmente disponible (% volumen)25,347,7
C.I.C. (meq/100 gr)110 – 130250 o más

F) CORTEZA DE PINO.

Se pueden emplear cortezas de diversas especies vegetales, aunque la más empleada es la de pino, que procede básicamente de la industria maderera. Al ser un material de origen natural posee una gran variabilidad. las cortezas se emplean en estado fresco (material crudo) o compostadas. Las cortezas crudas pueden provocar problemas de deficiencia de nitrógeno y de fitotoxicidad.

Las propiedades físicas dependen del tamaño de sus partículas, y se recomienda que el 20-40% de dichas partículas sean con un tamaño inferior a los 0,8 mm. es un sustrato ligero, con una densidad aparente de 0,1 a 0,45 g/cm3. La porosidad total es superior al 80-85%, la capacidad de retención de agua es de baja a media, siendo su capacidad de aireación muy elevada. El pH varía de medianamente ácido a neutro. La CIC es de 55 meq/100 g.

G) FIBRA DE COCO.

Este producto se obtiene de fibras de coco. Tiene una capacidad de retención de agua de hasta 3 o 4 veces su peso, un pH ligeramente ácido (6,3-6,5) y una densidad aparente de 200 kg/m3. Su porosidad es bastante buena y debe ser lavada antes de su uso debido al alto contenido de sales que posee.

5.2. Sustratos artificiales.

A) LANA DE ROCA.

Es un material obtenido a partir de la fundición industrial a más de 1600 ºC de una mezcla de rocas basálticas, calcáreas y carbón de coke. Finalmente al producto obtenido se le da una estructura fibrosa, se prensa, endurece y se corta en la forma deseada. En su composición química entran componentes como el sílice y óxidos de aluminio, calcio, magnesio, hierro, etc.

Es considerado como un sustrato inerte, con una C.I.C. casi nula y un pH ligeramente alcalino, fácil de controlar. Tiene una estructura homogénea, un buen equilibrio entre agua y aire, pero presenta una degradación de su estructura, lo que condiciona que su empleo no sobrepase los 3 años.

Es un material con una gran porosidad y que retiene mucha agua, pero muy débilmente, lo que condiciona una disposición muy horizontal de las tablas para que el agua se distribuya uniformemente por todo el sustrato.

Propiedades de la lana de roca (Fernández et al. 1998)
Densidad aparente (gr/cm3)0,09
Espacio poroso (%)96,7
Material sólido (% volumen)3,3
Aire (% volumen)14,9
Agua fácilmente disponible + agua de reserva (% volumen)77,8
Agua difícilmente disponible (% volumen)4

B) PERLITA.

Material obtenido como consecuencia de un tratamiento térmico a unos 1.000-1.200 ºC de una roca silícea volcánica del grupo de las riolitas. Se presenta en partículas blancas cuyas dimensiones varían entre 1,5 y 6 mm, con una densidad baja, en general inferior a los 100 kg/m3.

Posee una capacidad de retención de agua de hasta cinco veces su peso y una elevada porosidad; su C.I.C. es prácticamente nula (1,5-2,5 meq/100 g); la durabilidad está limitada al tipo de cultivo, pudiendo llegar a los 5-6 años. Su pH está cercano a la neutralidad (7-7,5) y se utiliza a veces, mezclada con otros sustratos como turba, arena, etc.

Propiedades de la perlita (Fernández et al. 1998)
Propiedades físicasTamaño de las partículas (mm de diámetro)
0-15
(Tipo B-6)
0-5
(Tipo B-12)
3-5(Tipo A-13)
Densidad aparente (Kg/m3)50-60105-125100-120
Espacio poroso (%)97,89494,7
Material sólido (% volumen)2,265,3
Aire (% volumen)24,437,265,7
Agua fácilmente disponible (% volumen)37,624,66,9
Agua de reserva (% volumen)8,56,72,7
Agua difícilmente disponible (% volumen)27,325,519,4

C) VERMICULITA.

Se obtiene por la exfoliación de un tipo de micas sometido a temperaturas superiores a los 800 ºC. Su densidad aparente es de 90 a 140 kg/m3, presentándose en escamas de 5-10 mm. Puede retener 350 litros de agua por metro cúbico y posee buena capacidad de aireación, aunque con el tiempo tiende a compactarse. Posee una elevada C.I.C. (80-120 meq/l). Puede contener hasta un 8% de potasio asimilable y hasta un 12% de magnesio asimilable. Su pH es próximo a la neutralidad (7-7,2).

D) ARCILLA EXPANDIDA.

Se obtiene tras el tratamiento de de nódulos arcillosos a más de 100 ºC, formándose como unas bolas de corteza dura y un diámetro, comprendido entre 2 y 10 mm. La densidad aparente es de 400 kg/m3 y posee una baja capacidad de retención de agua y una buena capacidad de aireación. Su C.I.C. es prácticamente nula (2-5 meq/l). Su pH está comprendido entre 5 y 7. Con relativa frecuencia se mezcla con turba, para la elaboración de sustratos.

E) POLIESTIRENO EXPANDIDO.

Es un plástico troceado en flóculos de 4-12 mm, de color blanco. Su densidad es muy baja, inferior a 50 Kg/m3. Posee poca capacidad de retención de agua y una buena posibilidad de aireación. Su pH es ligeramente superior a 6. Suele utilizarse mezclado con otros sustratos como la turba, para mejorar la capacidad de aireación.

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El cultivo del Granado. Aumenta la productividad

Granado

1. TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaPunicaceae
GéneroPunica
EspecieP. granatum
Nombre CientíficoPunica granatum

El origen del granado se extiende desde los Balcanes hasta el Himalaya; es considerado uno de los frutales más cultivados desde tiempos más remotos por lo que existe una gran diversidad genética como consecuencia de su propagación por semillas que germinan con facilidad. Se introdujo hace mucho tiempo en la región mediterránea, se supone que los cartagineses llevaron la planta al sur de Europa.

Teofrasto describió este árbol alrededor del año 300 a.C. y Plinio se refirió a él como uno de los frutales más valiosos.

Actualmente este árbol se encuentra naturalizado en la región del Mediterráneo, Sudamérica y sur de Estados Unidos.

2. IMPORTANCIA ECONÓMICA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

La importancia económica del granado en España es muy notable, ya que es uno de los principales países productores de granado del mundo, cuyos frutos además de abastecer al mercado interior, se exporta al centroeuropeo, pues es el mayor productor y exportador europeo; haciendo el cultivo más o menos rentable.

Actualmente la superficie de granado en España supera las 2.500 ha, con una producción próxima a las 20.000 t. Esta producción se concentra en la provincia de Alicante principalmente.

Se trata de un frutal alternativo para muchas zonas, especialmente donde las malas condiciones del suelo o la escasa calidad del agua de riego impiden la explotación rentable de otros frutales; ello no implica que si el granado se cultiva en mejores condiciones los resultados obtenidos no sean buenos. Sin embargo, estas características no deben llevarnos a confusión pues en realidad el cultivo del granado presenta una problemática específica que debe ser considerada para obtener frutos de calidad y cosechas abundantes.

En España es frecuente que el granado se asocie a otros frutales como la higuera y la palmera datilera, ocupando la mayoría de las veces los peores terrenos.

La comercialización de la granada como producto de cuarta gama y su uso en la fabricación de mermeladas, jaleas, confituras, zumos, etc., están adquiriendo cada día mayor interés.

3. MORFOLOGÍA

  • Pequeño árbol caducifolio, a veces con porte arbustivo, de 3 a 8m, con el tronco retorcido. Madera dura y corteza escamosa de color grisáceo.
  • Tallos: Cuadrangulares o angostos y de cuatro alas que posteriormente se vuelven redondos con corteza de color café grisáceo. Especialmente las ramas pequeñas axilares son en forma de espina o terminan en una aguda espina.
  • Hojas: Oblongas y simples de color verde brillante con peciolo corto y ligeramente correosas. Nacen opuestas o casi opuestas sobre las ramas o bien agrupadas. Tienen un nectario apical que segrega azúcares; las estípulas son rudimentarias y difíciles de apreciar.
  • Flores: hermafroditas, solitarias o reunidas en grupos de 2-5 al final de las ramas nuevas y de 3-4 cm de diámetro. Son grandes y de color rojo brillante y lustrosas, acampanadas, subsentadas, con 5-8 pétalos y sépalos, persistiendo el cáliz en el fruto.
  • En algunas variedades las flores son abigarradas e incluso matizadas en blanco. Florece en mayo-julio, aunque algunas variedades lo hacen más tarde.
  • Fruto: baya globosa denominada balausta, de color rojo brillante, verde amarillento, o blanquizco, rara vez violeta, cuando madura, estando coronado por el cáliz, de 5-8 cm de diámetro, lleno de semillas y cuenta con una cáscara coriácea.
  • Las semillas son angulares y duras por dentro, la capa externa de la testa está cubierta por una capa delgada o pulpa jugosa, roja, rosa o blanco amarillenta, astringente, subácida o ácida.

4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

4.1. Clima

El clima que más conviene al granado es el clima subtropical e incluso el tropical por lo que en estas condiciones climáticas es donde se consiguen los frutos de más calidad. En estas latitudes coincide el período de temperaturas elevadas con el de maduración del fruto del granado.

Temperatura: El óptimo de temperatura para el granado se encuentra entre los 18-25ºC prefiriendo un clima caluroso antes que un clima frío. Por lo general, como todos los frutales subtropicales o tropicales, no resisten el frío pero dentro de este género existen algunas especies que pueden llegar a soportar los -15ºC. Las heladas causan más daños cuanto más tardías son.

Iluminación:
 Se debe garantizar una buena iluminación que permita a los frutos desarrollar plenamente su coloración. Por tanto, prefiere lugares soleados y protegidos de los vientos.

4.2. Suelo

El granado no es exigente en suelo pero en suelos arcillosos o compactos no crece. Sin embargo, da mejores resultados en suelos profundos; le conviene las tierras de aluvión. Los terrenos alcalinos le son favorables; incluso los excesos de humedad favorecen su desarrollo. El suelo ideal debe ser ligero, permeable, profundo y fresco. Le es indiferente la alcalinidad o acidez del suelo. En estas condiciones es cuando sus frutos son de máxima calidad.

Es tolerante a la sequía, a la salinidad, a la clorosis férrica y a caliza activa. En tierras de secano, la sequía en el momento de la floración puede provocar la caída de la flor y reducir la cosecha al mínimo. En las tierras de regadío, sus necesidades hídricas son muy reducidas, y de abusar de los riegos poco antes de entrar el fruto en envero puede ser causa de su agrietamiento.

5. PROPAGACIÓN

La propagación del granado se hace por semilla, por estaca, por acodo, por retoño del pie del árbol y por injerto.

– Propagación por semilla.

El semillero tiene lugar en primavera, en vivero, con la semilla recolectada el mismo año. Hay que elegir para esta operación los granos de las variedades de frutos ácidos y de maduración tardía. Estas variedades son más rústicas que las de frutos dulces.

Aunque las semillas del granado germinan fácilmente y sin gran retraso, este modo de multiplicación es poco usado y no se recomienda debido al largo tiempo que necesita y no todas las variedades se adaptan al mismo.

– Propagación vegetativa.

La estaca es la forma de multiplicación más empleada en granado. Es estaquillado es simple y da buenos resultados. En febrero o marzo se cortan las estaquillas de 20 a 25 cm de longitud y de 0,50 cm de grueso. Se ponen en vivero, de tal manera que quede solamente una yema encima de la tierra, todas las demás quedarán enterradas. Las estaquillas enraízan fácil y rápidamente, y a la primavera siguiente ya podrán transplantarse, aunque se recomienda dejarlas en el vivero durante dos temporadas.

A veces las estaquillas se cortan en otoño, se conservan en arena durante el invierno y en primavera se ponen en el vivero. Con ello se consigue promover un mayor vigor y un crecimiento de la parte aérea pero en detrimento de las raíces, que quedan menos desarrolladas.

El acodo se emplea raramente, siendo en acodo simple y en acodo en cepa.

La multiplicación por retoño del pie del árbol es bastante fácil de obtener, ya que el granado la produce en abundancia.

Al año siguiente de la plantación se realiza el injerto. La época idónea es desde mediados de abril hasta junio. En el granado se hace normalmente el injerto de chapa. Se toman dos yemas con un poco de corteza de una vareta de la variedad a injertar. En el patrón se abre una ventana con solapa única o doble; se coloca la chapa con las dos yemas y se ata con una rafia, pudiendo quedar las yemas incluso tapadas. A los 15 o 20 días se corta la rafia y se quita la corteza o solapa, dejando las dos yemas vistas.

6. MATERIAL VEGETAL

La diversidad genotípica de la especie es muy grande. Los procesos de selección son realtivamente recientes. Las características exigibles al granado:

  • Productividad.
  • Escaso número de flores estaminadas.
  • Periodo de floración y recolección agrupados.
  • Frutos con pocas semillas.
  • Con pequeños ramos anticipados.
  • De vigor medio-alto.
  • Elevada superficie foliar.

Los patrones se clasifican en:

  • Agrios: los frutos obtenidos son agrios; se trata del patrón más valorado por los agricultor.
  • Bordes: se utilizan como variedades habitualmente: procedente del estaquillado de las sierpes emitidos por el granado, que se corta a ras de suelo.
  • Dulces.

Requisitos exigibles a los patrones de granado:

  • Resistencia a la sequía y a la salinidad.
  • Tolerante a la asfixia radicular y a la caliza activa.
  • Resistencia a nemátodos.
  • Capacidad de enraizamiento elevada.
  • Escasa producción de sierpes.

Hay tres tipos de granados que se cultivan:

  • Granado común de frutos dulces.
  • Granado agrio. Cuyas flores se emplean en ornamentación.
  • Granado de frutos sin pepita. Esta variedad se produce en Oriente Medio.

Comercialmente destacan las siguientes variedades:

Mollar de Elche. Árbol muy vigoroso, de rápido desarrollo, fruto de tamaño grande, grano grueso, rojo oscuro y pepitilla (semilla) muy reducida y blanda. madura entre octubre y noviembre. Es de mayor calidad, de mayor calibre y más productiva que las del grupo de las Valencianas; presenta importantes pérdidas por abardado de frutos, mayor posibilidad de rajado y de ataque de plagas. La variedad que más se cultiva es Mollar Elche.

Mollar valenciana. Árbol vigoroso, fruto de tamaño grande, forma redondeada y aplanada, granado grueso y pepitilla muy reducida. Se caracteriza por ser de recolección temprana. Los precios de venta suelen ser significativamente más elevados, debido a la escasez de producto en la época de recolección.

Wonderful. Una variedad de las más cultivadas a nivel mundial. Presenta semillas agridulces, con piñón duro, de color rojo atractivo siendo utilizable para su uso industrial, no fresco. Productividad relativamente baja.

– Clones autóctonos del Sureste español: PTO1, PTO7, CRO1 y ME14.

7. TÉCNICAS DE CULTIVO

7.1. Plantación

La mejor época de plantación es la primavera, concretamente entre febrero y marzo, en el estado de plantón de dos años.

Primero se hace una labor profunda de unos 50 cm para airear el terreno donde se va a efectuar la plantación, manteniendo al mismo tiempo la humedad del suelo. Más tarde se añade estiércol con una fresadora.

El marco tradicional es de 6 x 4, pero en las nuevas plantaciones se tiende a marcos de 4 x 2 metros.

Una vez marcado el terreno, se hacen hoyos con una profundidad aproximada de 40 cm y en cada uno se coloca un patrón, arrancado el día anterior del plantel o vivero, y además con la raíz desnuda. Antes de colocarlo en el hoyo se poda la parte superior para equilibrar las dos partes.

7.2. Riego

Durante los primeros años de cultivo hasta la entrada en plena producción se riega por surcos con dotaciones de 600 a 800 m3/ha. Cuando el árbol entra en plena producción, a los 6 o 7 años de edad después del injerto, el riego a manta o por inundación es el más empleado (con una dosis de 900 a 1200 m3/ha), en este caso se suele dar una labor tras cada riego, aportando con anterioridad los fertilizantes. Normalmente se dan cuatro riegos a lo largo de todo el año. En las plantaciones modernas se emplea el riego por goteo con un caudal de 4 litros/hora.

Los riegos deben suprimirse por completo a partir de la entrada del fruto en envero para evitar posibles agrietamientos en la corteza del fruto, que los depreciarán para el mercado.

7.3. Fertilización

El granado no es muy exigente en cuanto al abonado; a la caída de la hoja es el momento óptimo para aportar abonos fosfatados y potásicos, y en el momento de entrar en vegetación, los nitrogenados en fórmulas equilibradas.

Las necesidades medias en elementos fertilizantes, para una producción próxima a los 30.000 kg/ha y año:
– 216 U.F. de N.
– 150 U.F. de P2O5.
– 416 U.F. K20.

Los aportes de materia orgánica son muy empleados en las zonas tradicionales de cultivo.

Se suelen realizar aportaciones de quelatos de hierro en el caso de tener suelos con elevado contenido en caliza activa y salinidad.

Hay que tener en cuenta que un exceso de nitrógeno en árboles jóvenes, suele ser perjudicial, ya que provoca formaciones muy largas y débiles, que por su propio peso pueden quedar arqueadas en exceso, y en otras ocasiones puede producir incluso la rotura del nuevo ramo. Además, si el exceso de nitrógeno va acompañado de desequilibrios hídricos puede incrementar el rajado de los frutos antes de la época de madurez. También puede influir negativamente en el desarrollo del color.

En árboles con poca cosecha, un abonado nitrogenado excesivo provoca un incremento del crecimiento vegetativo, llegando incluso a reducir la cosecha del año siguiente.

El potasio ejerce un efecto favorable en la disminución del rajado de los frutos.

7.4. Malas hierbas

La primera labor de cultivo se hace en los meses de invierno, normalmente en enero, con el cultivador, para obtener un suelo más esponjoso, cuyo objetivo es la eliminación de las malas hierbas y la preparación del terreno para el riego. A veces se da una pasada con la fresadora para enterrar el estiércol y los abonos que se incorporan al terreno.

En primavera se realizan pasadas con el motocultor para eliminar malas hierbas y conseguir una mejor evapotranspiración. También se utilizan herbicidas.

Cada vez son menos necesarias estas actividades debido a la introducción del riego por goteo.

7.5. Poda

Poda de formación.

Partimos de un plantón del cual se han eliminado las yemas del tronco hasta una altura de unos 50 cm del suelo. Previamente se han elegido 2 o 3 yemas para que desarrollen sus ramas y éstas al crecer, den al granado la forma de vaso.

El árbol produce brotes y chupones verticales en el centro de la copa y brotes en la base, que deberán ser eliminados para favorecer el desarrollo del árbol y de los frutos.

Poda de fructificación.

Consiste en un simple aclareo de ramas que se entrecruzan a causa de la gran cantidad que aparecen cada año. También se cortan los brotes crecidos ese año, si no hay la necesidad de suprimir alguna rama rota o atacada por barrena. En este caso habría que elegir uno de los brotes que por su posición puedan sustituir la rama rota o enferma. Esta poda pretende aumentar la producción, favoreciendo que el árbol no sólo fructifique en la periferia y mejorando la calidad de la fruta.

Poda de rejuvenecimiento.

Con esta poda se consigue el rejuvenecimiento del granado. Se practica cuando se observa que baja la producción hasta conseguir una renovación total de las ramas. Por lo general, no debería ser más de 3 años. Por esta razón cada año se le va quitando 1/3 de la madera vieja al frutal.

Eliminación de brotes y chupones.

El granado debido a su gran vigor, desarrolla alrededor de su tronco muchos brotes e hijuelos que deben ser eliminados cuando aparezcan, no dejando que aumenten de grosor, ya que son brotes improductivos y consumidores de savia.

Poda en verde.

Se realiza de junio-julio para mejorar la iluminación de los frutos que mejorará su coloración, reducirá costes de poda de invierno, mejorará la aplicación fitosanitaria, eliminará la competencia de nutriente…

7.6. Aclareo

Es imprescindible para obtener frutos de calidad, tiene como finalidad eliminar los frutos que puedan estar afectados por el sol, ya que si éste les da directamente se ensolanan, pierden sabor y por lo tanto valor comercial, por lo que conviene eliminarlos y ahorrarle al árbol su crecimiento. Con el aclareo de frutos también se controla su tamaño ya que si dejamos un gran número de granadas formando pomos se obtienen frutos de pequeño tamaño y menos comerciales. Normalmente se dejan una o dos granadas por pomo. El aclareo suele ser manual, después del cuajado durante el mes de julio y se suelen dar dos pasadas, con un intervalo entre ambas de 20-25 días.

8. PLAGAS Y ENFERMEDADES

8.1. Plagas

Barrena (Zeuzera pyrina)
Los daños que produce al granado son perforaciones del tronco, formando galerías que llegan al cilindro central e incluso provoca la muerte del árbol. Su tratamiento se realiza en invierno (diciembre, enero) con aceites fosforados.

Barreneta o barrenillo (Anisandrus dispar).
Son pequeños insectos que excavan galerías en la corteza del granado.

Pulgones (Aphis laburoi).
Ataca las brotaciones, a las flores y a los frutos; provoca la caída de las flores y frutos debilitando al árbol que se hace propenso al ataque de otras plagas.

Caparreta negra (Ceroplastes sinensis) y cotonet (Planococus citri).
Sus ataques no son económicamente muy importantes. Aparecen en los pomos de granadas y en la corona de la fruta.

Cochinilla de la tizne (Saissetia oleae).
Su ataque se aprecia por el color del hollín que deja en el granado. Su tratamiento se realiza en invierno (diciembre, enero) con aceites fosforados.

8.2. Enfermedades

Podredumbre del fruto (Botrytis cinerea)
La podredumbre del fruto es la enfermedad más importante del granado. Es una enfermedad criptogámica que provoca podredumbre de la pulpa, afecta también a los tabiques y membranas, torneándose todo el interior de la granada de un color negro, y la piel queda intacta, dado que esta enfermedad penetra al interior por el pistilo.

No hay ningún remedio para combatir la enfermedad, aunque se pueden hacer pulverizaciones con productos fungicidas a base de cobre y Zineb para prevenirla.

Cribado (Clasterosporium carpophilum)
Los síntomas de la enfermedad se manifiestan con manchas necróticas en la superficie del fruto, rodeadas de un halo de color más o menos rosa. El desarrollo de esta enfermedad se ve favorecido por las lluvias primaverales y de verano.

9. FISIOPATÍAS


Ambas fisiopatías pueden causar pérdidas de hasta el 30% de la cosecha.

Granadas bardeadas o soleadas.

Este accidente se produce por una fuerte insolación del fruto. Aparecen en la corteza pequeñas grietas y una mancha de color marrón a negro en la zona afectada. En el interior del fruto los granados toman un sabor agrio desagradable.

Granadas abiertas.

Se cree que el agrietado de los frutos se produce como consecuencia del desequilibrio hídrico entre la fase de crecimiento y maduración del fruto; este problema se acentúa en años secos. Con el riego por goteo, al evitar estos desequilibrios hídricos, las frutas son de mejor calidad y más uniformes. El potasio ejerce un efecto favorable en la disminución del rajado de los frutos.

10. RECOLECCIÓN

La recolección comienza a mediados de septiembre (para las variedades más tempranas) al aparecer los cambios de color en el fruto y finaliza a mediados de noviembre (para las variedades más tardías). Se dan dos o tres pases debido a la maduración no uniforme de la granada, ya que la floración es escalonada.

La recolección se realiza manualmente, utilizando tijeras de podar de hoja más pequeña y teniendo el mayor cuidado, ya que los frutos son muy sensibles a los golpes.

La recolección puede adelantarse o retrasarse según las oportunidades del mercado pero esto puede acarrear algunos inconvenientes:
– Al adelantar la recolección la granada todavía está verde, siendo de menor calidad y acabarán por arrugarse.
– Si se retrasa la recolección se tendrá un mayor número de granadas abiertas y por tanto menos comerciales.

Los rendimientos medios por hectárea son de 3 kg/árbol al tercer año y de 30 a 40 kg/árbol en plena producción.

11. CALIDAD

  • Ausencia de grietas de crecimiento, cortes, magulladuras y pudrición.
  • Color y lisura de piel.
  • El sabor depende del cociente azúcar/acidez, que varía entre los cultivares. Es deseable un contenido de sólidos solubles mayor al 17%.
  • Es deseable un contenido de taninos inferior a 0,25%.

13. POSTCOSECHA

Temperatura óptima.
A 5°C por un máximo de 2 meses; para un almacenamiento más prolongado, se debe usar una temperatura de 10°C para evitar daños por frío.

Humedad relativa óptima.
90-95%; las granadas son muy susceptibles a la pérdida de agua que produce arrugamiento de la piel. El almacenamiento de la fruta en un revestimiento o forro de plástico o el uso de ceras pueden disminuir pérdidas de agua, especialmente en condiciones de humedad relativa baja.

Tasa de respiración.
2-4 mL CO2/kg·h a 5° C, 4-8 mL CO2/kg·h a 10°C, y 8-18 mL CO2/kg·h a 20°C.
Para calcular el calor producido, multiplique mL CO2/kg·h por 440 para obtener BTU/ton/día o por 122 para obtener kcal/ton métrica/día.

Tasa de producción de etileno.
Menos de 0.1 µL/kg·h a 10°C y menos de 0.2 µl/kg·h a 20°C.

Efectos del etileno.
La exposición a una concentración igual o mayor a 1 ppm de etileno, estimula la respiración y la tasa de producción del etileno, pero no afecta las características cualitativas de la fruta. Las granadas no maduran tras la cosecha, por lo que deben cosecharse completamente maduras para asegurar la mejor calidad para el consumo.

Efectos de las atmósferas controladas.
Se han efectuado muy pocos estudios sobre el efecto de la AC en las granadas. Si se almacenan a menos de 5°C, las concentraciones del 2% O2 ayudan a disminuir los daños por frío. En un estudio, se pudo almacenar granadas exitosamente a 6°C en un atmósfera de 3% O2 + 6% CO2 por 6 meses.

13. VALOR NUTRICIONAL

Valor nutricional de la granada por 100g de materia seca
Agua (%)80.6
Hidratos de carbono (g)12.6
Grasas (g)2.3
Proteínas (g)0.7
Minerales (g)2.01

14. APLICACIONES

La pulpa, que envuelve las semillas, mitiga el ardor y la sed, porque tiene un sabor azucarado agriecito, muy agradable. El jugo es refrescante y grato, llamado «granadina» , posiblemente sea su producto comercial más conocido. Se emplea para hacer jarabes, confituras y helados.

El pericarpio, rico en taninos y en materias colorantes, se emplea en tenería y sirve para teñir. Se usa también en farmacia, por sus propiedades astringentes, con el nombre de malicorium.

Las bebidas preparadas con el jugo de la pulpa tegumental de las semillas, diluida en agua, son muy higiénicas y refrescantes.

La corteza de la raíz posee alcaloides como la peletierina de propiedades vermífugas, que se usa para expulsar las tenias y otros gusanos intestinales.

El granado también se emplea en jardinería como árbol ornamental o para la formación de setos muy espesos y de bello aspecto; para dicho fin se emplea Punica granatun cv. Nana. Se trata de una variedad enana, que normalmente no produce fruta, pero si cuenta con numerosas y hermosas flores.

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Aplicación terrestre de plaguicidas: Cambiando la forma de trabajar

Plaguicidas

1. INTRODUCCIÓN

La tecnología para la aplicación de plaguicidas con pulverizadores terrestres (mochilas, montados, de arrastre, automotrices) ofrece en la actualidad una serie de alternativas para hacer más eficiente la práctica de control de plagas, minimizando los efectos colaterales por las pérdidas de productos.

Sin embargo, predomina una forma de trabajar heredada de los productores históricos, descripta claramente por la terminología utilizada. Son varios los términos que conforman el “léxico popular “relacionado con la práctica de pulverización de agroquímicos (Massaro, 2007).

Fumigar: hacer y/o esparcir humo (o gas). Se realiza con productos fumigantes (líquidos o sólidos) que se gasifican y actúan en ese estado. Hay productos que se esparcen con agua y se volatilizan (2,4-D éster, dimetoato, endosulfán. clorpirifos).

También cabe esta palabra cuando se hace una pulverización de gotas tan pequeñas que el líquido se “hace humo”. La tendencia actual es reemplazar y evitar el uso de productos volátiles, porque el gas es incontrolable en un espacio abierto.

Pulverizar: fraccionar una masa sólida o líquida en partículas o gotas. Es el proceso que realiza un equipo pulverizador: fracciona la masa líquida contenida en el tanque, mediante un chorro proyectado por cañerías, que se “rompe” en las boquillas hidráulicas o pastillas generando gotas de diferentes tamaños.

Para pulverizaciones en cultivos extensivos, la forma de trabajar “fumigando” debería ser erradicada, ya que mucho producto se pierde dañando así a otros cultivos o contaminando recursos naturales (agua, suelo, atmósfera) como consecuencia, generalmente, de alta deriva.

El concepto más correcto e integrador de la tecnología para el uso de plaguicidas es el siguiente:

Aplicar: práctica definida como “el empleo de todos los conocimientos científicos necesarios para que un determinado fitoterápico llegue al blanco, en cantidad suficiente para cumplir su cometido sin provocar contaminación ni derivas (Etiennot, 2005, citado en Massaro, 2005).

2. LA DERIVA EN LAS PULVERIZACIONES

La deriva ha sido definida como el “desplazamiento de un plaguicida fuera del blanco determinado, transportado por masas de aire o por difusión (Norma ASAE S-327.1 de la American Society for Agricultural Engineers Standard). Es muy frecuente que se entienda como deriva sólo a “lo que se va fuera del lote pulverizado” y cause daño a algún cultivo cercano.

Es necesario considerar que la deriva puede ser interna en el lote o cultivo pulverizado (endoderiva) o externa al mismo (exoderiva). Este último tipo de deriva preocupa cuando se causa algún daño directo (fitotoxicidad a otros cultivos) o se afecta la salud de animales o personas a los que llega un plaguicida.

Muchas veces se pulveriza con exoderiva pero el producto utilizado no permite visualizar fácilmente su efecto (insecticidas, fungicidas); en cambio los herbicidas son los más fácilmente asociados con la exoderiva.

3. LOS PRODUCTOS Y SU RELACIÓN CON LA DERIVA

Los plaguicidas volátiles son los más propensos a derivar dentro y fuera del lote o cultivo tratado porque, “a cielo abierto”, el gas no se puede retener, y de esta manera queda expuesto al movimiento del aire horizontal (viento) o vertical (corrientes convectivas) (Celemín, A.H., 1984). En cambio, los productos no volátiles pueden derivar a través de las gotas que se pierden.

4. LAS GOTAS Y SU RELACIÓN CON LA DERIVA

El tamaño de las gotas producidas en la pulverización de una boquilla hidráulica o pastilla está directamente relacionado con la deriva. Así, la norma ASAE S-572 clasifica el riesgo de deriva de la aspersión de acuerdo con el tamaño de las gotas según tipo y número de pastilla y la presión de trabajo (Tabla 1).

El tamaño de las gotas producidas por cada tipo de pastilla (abanico plano, cono hueco, cono lleno) se encuentra en las tablas provistas por las empresas que originan el componente. En la actualidad es posible disponer de esa información por parte de numerosas marcas comerciales y casi todos los tipos de pastillas.

Tabla 1. Clasificación del tamaño de las gotas y su relación con la deriva según ASAE S-572.

CategoríaSímboloCódigo de ColorVMD aproximado
Muy finaVF<100
FinaF100-175
MedianaM175-250
GrandeC250-375
Muy grandeVC375-450
Extremadamente grandeXC>450

Tamaño de las gotas expresado en micrones (μm). 1 μm = 0,001 mm.

5. La evaporación: UN FENÓMENO NO DESEADO

En las pulverizaciones terrestres el vehículo utilizado para transportar a los plaguicidas hasta el blanco u objetivo, es el agua. Este compuesto químico está expuesto a la acción de agentes que provocan su evaporación (pasaje del estado líquido al vapor).

“El área superficial de un líquido asperjado se incrementa enormemente cuando se divide en gotitas pequeñas”; esto favorece la evaporación y provoca la reducción en el tamaño y el peso de las gotas, como así también se acorta su vida media (recorrido hacia el blanco) y se provoca la pérdida por las corrientes convectivas y/o el viento.

“Esta es la gran desventaja del agua. Los factores determinantes de la evaporación son la temperatura, la velocidad del viento y la humedad relativa” (Mattews, 1988).

Este proceso es el que debe ser considerado para no pulverizar con gotas finas, muy finas, y aún medianas, buscando un equilibrio entre la vida media de la gota en el ambiente meteorológico de trabajo y la necesidad de distribución del plaguicida aplicado (gotas/cm2). De esta manera se evitaría la pérdida de producto por endo o exoderiva y daños a otros (cultivos o personas) como también la contaminación de la atmósfera.

6. BARBECHOS QUÍMICOS: LA GRAN OPORTUNIDAD PARA PULVERIZAR DIFERENTE

6.a. En el periodo de tiempo durante el cual se realiza esta práctica, otoño-invierno-primavera, pueden presentarse diversas situaciones en cuanto a la existencia de malezas y su porte en el área pampeana:

– Ausencia de vegetación: sólo el rastrojo de los cultivos anteriores.
– Vegetación de porte rastrero, aún con plantas desarrolladas.
– Especies de malezas rastreras o con rosetas al principio de su crecimiento, y luego de porte semierec-to o erecto (Massaro, 2009).

Puede decirse, entonces, que es una situación de trabajo con follaje rastrero o ausencia del mismo (suelo) y por lo tanto, no es necesaria la penetración de las gotas a través de una barrera.

6.b. La penetración del plaguicida en las plantas y su movilidad en los tejidos de las mismas, o en la solución del suelo, es uno de los factores decisivos para definir la técnica de pulverización y su calidad, entendiéndose por esto último la cobertura a lograr (gotas/cm2), el tamaño de las gotas y la uniformidad de la pulverización en el ancho de trabajo. Según recomendaciones orientativas de la FAO y verificaciones en ensayos, sería suficiente lograr 20-30 gotas/cm2 en el rastrojo o malezas (Tabla 2) (Massaro, 2006).

La mayoría de los herbicidas utilizados en barbechos químicos se caracterizan por tener una alta movilidad en el suelo o en el follaje de las plantas. Esto constituye una gran ventaja en las pulverizaciones debido a que no es necesario lograr una alta cobertura con las gotas. Por este motivo se puede trabajar con gotas grandes, muy grandes y aun extremadamente grandes (ASAE S-572).

Como ejemplos, se describen dos situaciones de barbecho químico, definiendo la técnica de pulverización necesaria para lograr un resultado eficaz (Tabla 3).

Tabla 2. Características de algunos herbicidas utilizados en barbechos químicos y exigencia de cobertura en la pulverización.

HerbicidaMovilidad en las plantasFormulación*Cobertura (gotas/cm2)**
AtrazinaFoliar y desde el sueloSuspensión concentrada o gránulos dispersables20-30
Metsulfurón metilFoliar y desde el sueloGránulos dispersables, polvo mojable o polvo soluble20-30
DicambaFoliar y desde el sueloConcentrado soluble20-30
2,4-DFoliar y desde el sueloConcentrado emulsionante, suspensión de encapsulados y concentrado soluble20-30
GlifosatoFoliarConcentrado soluble20-30
ParaquatFoliar de contactoConcentrado soluble50-70
KixorFoliar de contactoGránulos dispersables50-70

* Fuente: Guía de Productos Fitosanitarios para la República Argentina, CASAFE, 2005. ** Según recomendaciones de la FAO.

Tabla 3. Alternativas de pulverización sin deriva o baja deriva para barbechos químicos.

Sit. de aplicaciónBlancoProductosAmbiente meteorológicoPenetrac. de las gotasGotas/cm2Tamaño gotaPastillasPresión
BarbechoSueloAtrazinaBuenas/MBNada20-30XC/VCAbanico Plano Aire Inducido2,5-3
BarbechoMalezasGlifosato+2,4-DBuenas/MBBaja20-30C/VCAbanico Palo Aire Inducido2/3

Como puede observarse en la Tabla 3, la propuesta es utilizar pastillas con Aire Inducido (AI) (o tipo Venturi) para aprovechar el gran beneficio de no producir deriva de las gotas. No sólo el mayor tamaño quita la deriva, sino también su diseño interior, con un sistema Venturi, que provoca un arrastre o succión de las gotas hasta el blanco. Este funcionamiento sin pérdida de gotas se mantiene aún con vientos de mayor velocidad que las recomendadas habitualmente de 10-12 km/hora como máximo.

En la Tabla 4 se puede ver claramente que para una misma presión de trabajo, el tamaño de las gotas depende del tipo de pastilla abanico plano que se utilice. El menor riesgo de deriva sólo se logra con pastillas AI.

Tabla 4. Pastillas, presiones recomendadas, gotas producidas según presión de trabajo y riesgo de deriva por la Norma ASAE S-572.

PastillaPresión (bar) RecomendadaPresión de trabajo y gotas producidas
BarDiámetro de las gotas
XR1100152-43Fina
XR110032-43Fina
TT1100151-63Media
AI1100152-83Muy gruesa
AI1100152-83Gruesa

Fuente: Spraying System Co.

Experimentos realizados durante las últimas campañas agrícolas nos permiten asegurar que las pulverizaciones en barbecho químico con las condiciones descriptas son eficaces y sin deriva de gotas (Massaro y otros, 2013, no publicado).

Una pulverización sin deriva es aquélla que –al observarla- parece que el equipo no estuviera pulverizando (Foto 1).

En una base de datos sobre pulverizaciones para barbecho químico se seleccionó el trabajo con pastillas AI (más de 300). Pulverizando con más de 30 litros/ha, siempre se logró una cobertura superior a las 20 gotas/cm2, suficientes para los herbicidas utilizados en barbechos químicos.

Foto 1. Pulverización sin deriva.

pulverización sin deriva
pulverización sin deriva

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Macro, micronutrientes y metales pesados presentes en el suelo

componentes del suelo

La presencia de cantidad suficiente de elementos nutritivos en el suelo no garantiza la correcta nutrición de las plantas, pues estos elementos han de encontrarse en formas moleculares que permitan su asimilabilidad por la vegetación.

1. MACRONUTRIENTES

Los macronutrientes son elementos necesarios en cantidades relativamente abundantes para asegurar el crecimiento y supervivencia de las plantas (Seoánez Calvo et al., 1999). La presencia de una cantidad suficiente de elementos nutritivos en el suelo no garantiza por sí misma la correcta nutrición de las plantas, pues estos elementos han de encontrarse en formas moleculares que permitan su asimilabilidad por la vegetación.

En síntesis, se puede decir que una cantidad suficiente y una adecuada disponibilidad de estos nutrientes en el suelo son fundamentales para el correcto desarrollo de la vegetación.

Cabe destacar la existencia, en los suelos, de grandes cantidades de elementos nutritivos en formas inalteradas, tanto formando parte de los minerales de la roca madre, como incorporados a moléculas orgánicas complejas, que constituyen una reserva a largo plazo de éstos, entre los que se encuentran los macronutrientes (Duchaufour, 1987).

Dentro del grupo de los macronutrientes, conviene distinguir entre elementos primarios (N, P y K) y secundarios (Ca, Mg y S) (Schachtschabel et al., 1992; Plaster, 2000).

1.1. Elementos primarios

En la mayoría de los cultivos, las necesidades de las plantas son superiores a las reservas existentes en forma asimilable de los elementos en el suelo, por lo que es necesario realizar aportes mediante el uso de fertilizantes.

1.1.1. Nitrógeno

Este elemento merece mención especial dado que es considerado el cuarto elemento más abundante en los vegetales tras el C, H y O (Barceló, 2001). Además, es el macronutriente que se suministra más frecuentemente como fertilizante, ya que las plantas lo requieren en grandes cantidades.

Los procesos de combinación del nitrógeno con otro elemento reciben el nombre de fijación del nitrógeno y se realizan, en la naturaleza, gracias a la acción de ciertos microorganismos y a las descargas eléctricas que tienen lugar en la atmósfera. Sin embargo, la cantidad de nitrógeno fijado suele ser pequeña en comparación con la que las plantas podrían utilizar.

Cerca del 99% del nitrógeno combinado en el suelo, se halla contenido en la materia orgánica. El nitrógeno orgánico, incluido en moléculas grandes y complejas, sería inaccesible a los vegetales superiores si no fuera, previamente, liberado por los microorganismos.

La actividad microbiana descompone, gradualmente, los materiales orgánicos complejos en iones inorgánicos simples, que pueden ser utilizados por las plantas. La rapidez con que, potencialmente, los cultivos serían capaces de utilizar el nitrógeno, suele exceder a la rapidez con que éste es liberado. En consecuencia, la cantidad de nitrógeno disponible en el suelo suele ser muy pequeña (Thompson y Troeh, 1982).

1.1.2. Fósforo

A diferencia del nitrógeno, que puede incorporarse a los suelos por medio de la fijación bioquímica por microorganismos, el fósforo no posee tal ayuda microbiana. El fósforo procede únicamente de la descomposición de la roca madre que tiene lugar durante el proceso de meteorización, y representa alrededor del 0,10% de la corteza terrestre.

Su contenido, bajo en las rocas primitivas o sedimentarias (0,03-0,08%), resulta notablemente más elevado en las rocas volcánicas (0,10-0,30%), que constituyen la fuente original del fósforo, que se encuentra principalmente como inclusiones apatíticas (Navarro García y Navarro Blaya, 2000). Schachtschabel et al. (1992) destacan que el contenido medio de P en la corteza terrestre es de 0,05%.

La cantidad de fósforo total del suelo, expresada como P2O5, en raras ocasiones sobrepasa el valor del 0,50% y puede clasificarse, en general, como inorgánico y orgánico (Tan, 1994). El fósforo inorgánico es casi siempre predominante, excepto en los suelos donde la materia orgánica se halla en una gran proporción.

El fósforo orgánico suele ser mayor en las capas superficiales que en el subsuelo, debido a la acumulación de materia orgánica en las mismas. Debe indicarse también, en cuanto al contenido total, que generalmente suele ser más alto en los suelos jóvenes vírgenes y en las áreas donde las lluvias no son excesivas.

En los suelos cultivados tiende a acumularse en las capas superficiales debido a que parte de este elemento se pierde por lixiviación y a que las eliminaciones por las cosechas son generalmente pequeñas. La proporción de fósforo que procede del material originario oscila, en general, entre el 40 y 80% del fósforo total siendo el resto de origen orgánico (Duchaufour, 1987).

El fósforo orgánico es de gran importancia en la fertilidad debido a que, por lo general, determinados compuestos orgánicos son una fuente indirecta de formas solubles (Bray y Kurtz, 1945). El humus y otros tipos de materia orgánica no humificada son la principal fuente de fósforo orgánico en el suelo.

El fósforo inorgánico es suministrado por la meteorización de minerales como el apatito Ca5(PO4)3F, mineral de fosfato de calcio constituyente de rocas ígneas, sedimentarias o metamórficas, y en menor proporción este fósforo inorgánico puede formar parte de la cadena de silicatos donde sustituye al silicio, o encontrarse en minerales neoformados (Schachtschabel et al., 1992; Tan, 1994; Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

1.1.3. Potasio

El potasio es, tal vez, el elemento mineral que se encuentra en mayor proporción en las plantas y es relativamente frecuente en las rocas. Con independencia del potasio que se añade como componente de diversos fertilizantes, el potasio presente en los suelos procede de la desintegración y descomposición de las rocas que contienen minerales potásicos.

Los minerales que se consideran fuentes originales de potasio son los feldespatos potásicos, la moscovita y la biotita. La disponibilidad del potasio en estos minerales, aunque baja, sigue el orden siguiente: biotita>moscovita>feldespatos potásicos. El potasio se halla también en el suelo bajo la forma de otros minerales como silvina, carnalita, silvinita, illita, vermiculita y clorita.

Junto a este potasio mineral debe incluirse el procedente de la descomposición de restos vegetales y animales (Navarro García y Navarro Blaya, 2000). A diferencia del fósforo, el potasio se halla en la mayoría de los suelos en cantidades relativamente grandes. En general, su contenido como K2O oscila entre 0,20-3,30% y depende de la textura. En suelos sódicos el contenido varía entre 2,50-6,70% (Schachtschabel et al., 1992).

La fracción arcillosa es la que presenta un mayor contenido de K, por lo que los suelos arcillosos y limo-arcillosos son más ricos que los limo-arenosos y arenosos, teniendo en cuenta también que la variación en el contenido de potasio está influenciada por la intensidad de las pérdidas debidas a extracción por los cultivos, lixiviación y erosión (Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

1.2. Elementos secundarios

Las cantidades de estos elementos presentes en el suelo suelen cubrir las necesidades de los cultivos, por lo que, en general, no es preciso realizar aportes de ningún tipo al suelo. Este grupo de elementos comprende Ca, Mg y S.

1.2.1. Calcio

Además de su esenciabilidad, puede decirse que ningún otro elemento, exceptuando hidrógeno y potasio, ha recibido tanta atención desde el punto de vista de la fertilidad del suelo. El estudio del Ca ha demostrado su papel fundamental, no sólo en la estructura del suelo, sino también en la mecánica y química del complejo adsorbente, y su influencia sobre la capacidad de asimilación de otros elementos considerados esenciales para la planta.

El calcio presente en el suelo, aparte del añadido como fertilizante o enmienda, procede de las rocas y de los minerales del suelo, y su contenido total puede variar ampliamente. En los suelos considerados no calizos oscila entre el 0,10 y 0,20%, mientras que en los calizos puede alcanzar hasta un 25% (Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

De forma general, se puede decir que el calcio proviene de la meteorización de minerales como plagioclasas, piroxenos, anfíboles, olivinos, feldespatos, caliza y yeso. Estos materiales son tan comunes que la mayoría de los suelos contienen suficiente calcio para cubrir gran parte de las necesidades de la planta.

Por efecto de la meteorización, estos minerales van liberando calcio, que al ser solubilizado puede tener diversos destinos: perdido por lixiviación, absorbido por los organismos del suelo, adsorbido por el complejo coloidal, o reprecipitado como compuestos cálcicos secundarios, especialmente en suelos situados en zonas áridas. En estas regiones, su contenido es alto, como consecuencia de una pluviometría débil y poca lixiviación.

Las concentraciones más bajas de calcio aparecen en suelos muy lavados, con capacidades de intercambio catiónico bajas, como sucede en algunos suelos tropicales. En regiones templadas, no es probable encontrar contenidos tan bajos de calcio de forma que este elemento suele representar del 75 al 85% del total de bases de cambio existentes (Thompson y Troeh, 1982).

1.2.2. Magnesio

El magnesio es un elemento químicamente muy activo pero que no aparece por sí solo como elemento libre en la naturaleza sino que se encuentra ampliamente distribuido en forma mineral. Según diversas estimaciones su contenido medio en la corteza terrestre puede situarse en un 2,30% (Navarro García y Navarro Blaya, 2000), mientras que en el suelo se aproxima a un 0,50% (Tan, 1994).

En las rocas el Mg se halla estrechamente asociado a numerosos minerales, mayoritariamente silicatos, como olivino, anfíbol, piroxeno y biotita, y a otros minerales de arcilla, como clorita y vermiculita (Schachtschabel et al., 1992). La secuencia de abundancia según Camberato y Pan (2000) es la siguiente: rocas ígneas básicas>rocas ígneas ácidas>rocas sedimentarias.

Además, conviene tener en cuenta que la dolomita (principal componente de la caliza) es la fuente más común de este elemento en suelos alcalinos (Thompson y Troeh, 1982; Tan, 1994). En general, ninguno de los minerales anteriormente mencionados son tan resistentes a la meteorización como feldespatos, cuarzo e hidróxidos, de manera que los suelos tienden a empobrecerse en minerales magnesianos, antes de que desaparezcan otros más resistentes como potasio, sodio y calcio (Thompson y Troeh, 1982).

Plaster (2000) ya indicó que la arcilla retiene el Mg de forma menos resistente que el Ca, por lo que es lixiviado más fácilmente del suelo. A consecuencia de esto, los suelos con bajo contenido en magnesio son más comunes que los suelos con bajo contenido de calcio.

2. MICRONUTRIENTES

Reciben el nombre de micronutrientes, aquellos elementos indispensables para que las plantas puedan completar su ciclo vital, aunque las cantidades necesarias de ellos sean muy pequeñas. Suelen también llamarse oligoelementos o elementos menores, pero es preferible el término de micronutrientes.

Los micronutrientes suelen ser componentes de los fertilizantes, a los cuales acompañan como impurezas. Actualmente, sin embargo, desciende la proporción de éstas últimas, ya que, tanto los fabricantes como los compradores, favorecen los fertilizantes con elevada concentración en los elementos principales.

La eliminación de estas impurezas hace que muchos fertilizantes incluyan adiciones deliberadas de micronutrientes. El contenido total de micronutrientes en el suelo es función del material de partida y de los procesos edafológicos (White y Zasoski, 1999). Aquellos elementos cuya concentración total en el suelo es inferior a 1.000 mg kg-1 son llamados elementos traza.

Dentro de este grupo podemos incluir a Cu, Mn y Zn, imprescindibles para las plantas y para los animales en baja concentración, pero que pueden volverse tóxicos al alcanzar determinados niveles. La excepción dentro de ellos está en el Fe, que es un micronutriente pero no estrictamente un elemento traza (White, 2000).

2.1. Hierro

A pesar de su abundancia en suelos y rocas, es uno de los micronutrientes más deficiente (Thompson y Troeh, 1982). El hierro es el cuarto elemento más abundante en la corteza continental después del oxígeno, silicio y aluminio, constituyendo alrededor del 15% en peso de la corteza terrestre (Kabata-Pendias, 2001).

Es, con diferencia, el microelemento más abundante en los suelos, ya sea como constituyente mineral o bien bajo la forma de óxidos e hidróxidos (Schachtschabel et al., 1992; White y Zasoski, 1999). No obstante, en suelos con horizontes enriquecidos en materia orgánica, el Fe aparece en forma de quelatos (Kabata-Pendias, 2001).

Su contenido en los suelos templados suele variar entre el 1 y 5%. Valores inferiores al 1% suelen encontrarse en suelos ácidos de textura gruesa, o en suelos de turbera. En casos aislados, latosoles y lateritas, pueden hallarse valores cercanos al 10% (Moreno Caselles et al., 2000). La cantidad total de hierro en los suelos no es, sin embargo, indicadora de su disponibilidad para las plantas.

Las deficiencias de este elemento, cuya razón aparente es su insuficiente cantidad en el suelo, son en realidad debidas a su tendencia a formar compuestos insolubles del ión férrico Fe3+ (Moreno Caselles et al., 2000). Tales compuestos se acumulan en suelos muy meteorizados y son uno de los principales constituyentes de los suelos rojos, típicos de las regiones tropicales.

Los restos fósiles de algunos suelos antiguos contienen tanto hierro que se explotan como mineral férrico (Thompson y Troeh, 1982). La mayor parte del Fe se halla en las estructuras de las rocas ígneas, al igual que en minerales secundarios, siendo un elemento esencial en un amplio grupo de minerales de arcilla (Bataglia, 1991).

En el suelo, el contenido de Fe fluctúa en el rango de 0,20 al 5%, en un orden de magnitud similar al de la roca subyacente. Se puede hallar como óxido en determinados Podzoles, mientras que en otros suelos como los hidromorfos y Ferralsoles se aprecia un enriquecimiento de Fe mediante la formación de concreciones. Éstas, en suelos tropicales, pueden alcanzar un contenido en Fe cercano al 40%.

Dentro de los óxidos, la goetita y la hematita, se caracterizan porque establecen enlaces con el Fe, extraordinariamente estables, de modo que éste se libera muy lentamente y prácticamente no está disponible para las plantas. Se admite que las fracciones que liberan Fe en cantidades más significativas son algunos óxidos como la ferrohidrita, de la que se extraen cantidades de Fe mediante oxalato (Schachtschabel et al., 1992).

2.2. Cobre

El cobre es uno de los elementos esenciales más importantes tanto para las plantas como para los animales; sin embargo, cantidades excesivas de éste pueden producir efectos tóxicos (Schachtschabel et al., 1992). Entre los diferentes tipos de rocas ígneas, el cobre prevalece en los basaltos. En las rocas sedimentarias es más abundante en los esquistos (Seoánez Calvo et al., 1999).

En general, su abundancia en rocas basálticas es más alta que en las graníticas, y muy baja en rocas carbonatadas (Kabata-Pendias, 2001). El origen del Cu en el suelo ha sido ampliamente discutido. Según Cox (1979) el rango de Cu en la corteza terrestre se encuentra entre los 24 y 55 mg/kg. Brun et al. (1998) y Mortvedt (2000), aseguran que la capa arable del suelo presenta cantidades de este elemento que oscilan entre 5 y 30 mg/kg.

Para Schachtschabel et al. (1992) el contenido medio de Cu en la corteza continental es de 35 mg/kg, oscilando entre 4-90 mg/kg, en tanto que en suelos naturales sus niveles fluctúan generalmente entre 2-20 mg/kg. De todos los valores propuestos, se concluye que la concentración media de cobre en la corteza terrestre se encuentra en un rango de variación comprendido entre los 24-55 mg/kg, y que la cantidad media de Cu total en los suelos oscila entre 20-30 mg/kg.

No obstante, autores como Graña et al. (1991) obtuvieron concentraciones de Cu total entre 16 y 93 mg/kg para muestras superficiales de suelo. Como componente de los minerales de la corteza terrestre, el cobre se encuentra fundamentalmente en forma de sulfuros de naturaleza simple, o junto a otros metales, formando sulfuros complejos (Seoánez Calvo et al., 1999).

Los más comunes son sulfuro cuproso o calcosita (CuS2), sulfuro-férrico-cuproso o calcopirita (CuFeS2) y sulfuro cúprico o covelita (CuS). Otras formas menos estables son óxido cuproso o cuprita (Cu2O) y óxido cúprico o tenorita (CuO). Aparece también como parte de determinados carbonatos y silicatos hidratados sustituyendo isomórficamente al Mg2+ y Fe2+ (Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

Como en la mayoría de los microelementos, el contenido de cobre que presenta el suelo es directamente proporcional a su abundancia en la roca madre (Seoánez Calvo et al., 1999). En su forma natural el cobre se presenta con dos valencias, Cu2+ o Cu+. La primera de ellas es la más frecuente, ya sea en forma de catión divalente o formando compuestos estables. La segunda forma, el ión cuproso Cu+, es inestable a altas concentraciones en condiciones de temperatura normal (Seoánez Calvo et al., 1999).

2.3. Manganeso

El manganeso presente en los suelos es originado principalmente por la descomposición de las rocas ferromagnésicas (Navarro García y Navarro Blaya, 2000). Es un microelemento similar al Fe, tanto en su química como en su geología y muy abundante en la litosfera, presentando una concentración media de 80 mg/kg, con un intervalo de 10-1600 mg/kg.

En las rocas, el contenido de manganeso varía entre 350 y 2.000 mg/kg, hallándose las concentraciones más elevadas en el basalto dentro de las rocas ígneas y, entre las sedimentarias en las calizas y en las dolomías (Seoánez Calvo et al., 1999). El contenido en el suelo muestra variaciones considerables, pero normalmente fluctúa entre 20 y 800 mg/kg.

Sin embargo, pueden existir horizontes enriquecidos en Mn debido a fenómenos edafogenéticos que poseen hasta 3.000 mg/kg (Borket, 1991; Schachtschabel et al., 1992). Valadares y Camargo (1983) a partir de estudios realizados por otros autores estiman que el contenido medio de Mn total en la litosfera es de 1.000 mg/kg, oscilando la mayoría de los suelos entre los 50 y 1.000 mg/kg.

No obstante, y al igual que en el caso del hierro, estos contenidos totales no pueden considerarse como una indicación de su disponibilidad para las plantas ya que existen muchos factores que afectan a su absorción (Navarro García y Navarro Blaya, 2000). El Mn en el suelo está asociado a óxidos [MnO2,Mn(OH)], silicatos (SiO3Mn) y carbonatos (MnCO3) (Seoánez Calvo et al., 1999).

De forma natural, el manganeso aparece con tres valencias dependiendo directamente de las condiciones de óxido-reducción del suelo: Mn2+, Mn3+ y Mn4+, lo que le permite formar compuestos de distinta estabilidad, siendo más estables, en condiciones reductoras, los compuestos con la forma Mn2+ y en condiciones oxidantes los que presentan Mn4+.

El divalente es la forma principal de Mn en el suelo y agua, y normalmente se encuentra adsorbido por las cargas negativas de la superficie de las arcillas. El trivalente existe como Mn2O3, y puede ser encontrado en cantidades considerables en suelos ácidos, en tanto que la forma tetravalente, MnO2, sólo está presente a pH muy bajo, inferior al existente en ambientes naturales (Tan, 1994).

2.4. Zinc

El zinc es un elemento ampliamente distribuido que se halla en cantidades pequeñas, pero suficientes, en la mayoría de los suelos y plantas. Algunos suelos sufren deficiencias de este elemento, ya sea por su escasez en los materiales parenterales o bien, por su reacción desfavorable. Las deficiencias de zinc ocurren en áreas ampliamente dispersas (Thompson y Troeh, 1982).

Su concentración en la litosfera así como en el suelo ha sido estudiada por varios autores. Souza y Ferreira (1991) afirman que la corteza terrestre contiene entre 65 y 80 mg/kg de este elemento, siendo de 40 mg/kg en el granito, 130 mg/kg en el basalto y muy variado en las rocas sedimentarias (20 mg/kg en las calcáreas, 16 mg/kg en las areniscas y 95 mg/kg en esquistos).

Por otro lado, en los suelos se proponen valores de 10 a 300 mg/kg. Graña et al. (1991) estiman que la concentración de Zn total en suelos oscila entre 35 y 422 mg/kg. Schachtschabel et al. (1992) destacan que el contenido medio de este elemento es función de los distintos tipos de roca, pero normalmente su rango de oscilación es de 15-100 mg/kg, con media de 70 mg/kg.

Estos autores manifiestan que en el suelo, el intervalo de Zn es de 10-80 mg/kg dependiendo, lógicamente, del tipo de suelo ya que matizan que en los suelos arenosos el Zn total se encuentra frecuentemente entre 10-32 mg/kg, mientras que en Chernozem el rango de Zn fluctúa entre 20-80 mg/kg. Kumar (2000) da el valor medio en la litosfera de 80 mg/kg y de 50 mg/kg en el suelo.

La cantidad de zinc que se puede encontrar en un suelo depende directamente de la naturaleza de la roca madre; si se trata de rocas ígneas de naturaleza básica (ferromagnesianas y magnetita) serán concentraciones altas. En rocas sedimentarias de carácter ácido (biotita y hornblenda), dichas concentraciones serán sensiblemente menores (Seoánez Calvo et al., 1999).

Entre las rocas, las sedimentarias, concretamente los esquistos arcillosos, contienen mayor cantidad de Zn (hasta 300 mg/kg o incluso más) que la caliza o arenisca. Hay, no obstante, un aspecto importante que es necesario resaltar en relación con el contenido de zinc útil en los suelos. La parte superficial de muchos de ellos, es decir, los horizontes superiores, contienen siempre más zinc que los horizontes inferiores (Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

Se cree que este hecho se debe por una parte a que los residuos de las plantas, al quedar depositados en la superficie del suelo, proporcionan tras su descomposición, aunque en pequeña proporción, cierta cantidad del elemento; por otra, el zinc no presenta una emigración descendente en el perfil, como ocurre normalmente con otros elementos, ya que tiende a quedar adsorbido por las arcillas y la materia orgánica.

Es explicable, por las razones apuntadas, que la eliminación de la parte superficial del suelo, por ejemplo, por erosión o por nivelación del mismo, pueda ocasionar la deficiencia de zinc en los suelos con escaso contenido de este elemento.

3. METALES PESADOS

Además de macro y micronutrientes en el perfil del suelo, están presentes otros elementos, de modo que la cantidad y variedad de éstos es grande destacando, por su importante papel, algunos metales pesados como Cd, Cr, Ni y Pb. Bajo la denominación de metal pesadose incluye una serie de metales, generalmente de transición, que presentan como característica común el poseer una densidad superior a 6 g/cm3 cuando se encuentran en su forma elemental, o cuyo número atómico es superior a 20 (excluyendo a los metales alcalinos y alcalino-térreos).

Su presencia en la corteza terrestre es inferior al 0,10% y casi siempre menor del 0,01%. Junto a estos metales pesados hay otros elementos químicos que aunque son metales ligeros o no metales se suelen englobar con ellos por presentar orígenes y comportamientos asociados; como As, B, Ba y Se. Conviene considerar que existen dos grupos dentro de los metales pesados: oligoelementos o micronutrientes y metales pesados sin función biológica conocida.

3.1. Oligoelementos o micronutrientes

Son los requeridos por las plantas y los animales en pequeñas cantidades o cantidades traza, y son necesarios para que todos los organismos vivos completen su ciclo vital. Pasado cierto umbral se comportan como tóxicos. Dentro de este grupo se encuentran: As, B, Co, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn.

3.2. Metales pesados sin función biológica conocida

La presencia de estos metales pesados en determinadas cantidades en los seres vivos implica la aparición de disfunciones en sus órganos y tejidos. Resultan altamente tóxicos para su vida y presentan la propiedad de acumularse en los organismos vivos. Son, principalmente: Cd, Hg, Pb, Cu, Ni, Sb y Bi. Las concentraciones anómalas de metales pesados que se presentan en un suelo pueden deberse a causas naturales, por ejemplo, los suelos desarrollados sobre serpentinitas presentan altos contenidos de elementos como Cr, Ni, Cu y Mn.

Estos metales pesados son muy estables en el suelo y en el proceso natural de transformación de las rocas para originar a los suelos suelen concentrarse, pero, en general, sin rebasar los umbrales de toxicidad. Además los metales pesados presentes en las rocas se encuentran bajo formas muy poco asimilables para los organismos.

Las rocas ígneas ultrabásicas (peridotitas y serpentinitas) presentan los contenidos más altos en metales pesados, seguidas de las rocas ígneas básicas (gabros y basaltos). Las menores concentraciones se encuentran en las rocas ígneas ácidas (granito) y en las rocas sedimentarias (areniscas y calizas). Los porcentajes más elevados se dan para Cr, Mn y Ni, mientras que Co, Cu, Zn y Pb se presentan en menores proporciones siendo mínimos los contenidos para As, Cd y Hg.

En los suelos, los más abundantes son el Mn, Cr, Zn, Ni y Pb (1-1.500 mg/kg; el Mn puede llegar incluso a 10.000 mg/kg). En menores concentraciones se encuentran Co, Cu y As (0,10-250 mg/kg) y con mínimos porcentajes Cd y Hg (0,01-2 mg/kg) según Bowen (1979). El contenido en metales pesados de los suelos, debería ser función únicamente de la composición del material original y de los procesos edafogenéticos que dan lugar al suelo.

Pero la actividad humana incrementa el contenido de estos metales en el suelo, siendo la causa más frecuente de las concentraciones tóxicas. De hecho, esto sucede debido a los vertidos de origen antropogénico que tienen lugar, procedentes sobre todo de actividades mineras e industriales, aplicación de plaguicidas o tráfico rodado. Como consecuencia de ello, se emiten grandes cantidades de partículas a la atmósfera que, después de un cierto tiempo de permanencia en ella, precipitan en los suelos lejos del lugar en donde han sido vertidas.

3.2.1. Cadmio

El Cd no es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas y de los animales pero resulta altamente tóxico para ambos grupos a pesar de que sus niveles naturales en el medio ambiente no suelen causar toxicidad. Debido a su persistencia durante mucho tiempo en los suelos, su rápida absorción por las plantas y la acumulación de concentraciones perjudiciales para éstas y para los animales, resulta de gran interés conocer los niveles de cadmio en el suelo.

Su contenido medio en la corteza terrestre es de alrededor de 0,10 mg/kg, siendo esta cifra del mismo orden de magnitud que en el suelo. Sin embargo, dependiendo del material de partida, en algunos suelos naturales la concentración total de Cd puede alcanzar valores próximos a 3 mg kg-1 (Alloway, 1995). Se observa que cuando se encuentra gran cantidad de Cd en los suelos, también hay Zn, debido a un origen natural o no.

La concentración de zinc puede influir sobre la absorción de cadmio por las plantas (Tiller et al., 1979) debido a que ambos elementos tienen una estructura iónica similar, de modo que la proporción Zn/Cd tanto en la roca (del orden de 500) como en el suelo (del orden de 1.000), es relativamente constante. Dicha relación pone de manifiesto que a lo largo de los procesos edafogenéticos, los horizontes se van enriqueciendo en Zn (Schachtschabel et al., 1992).

3.2.2. Cromo

Se admite que este elemento no es esencial para la planta aunque en pequeñas cantidades favorece su crecimiento; sin embargo, está demostrado que sí lo es para los animales y el hombre (Alloway, 1995). Los altos niveles de Cr que se encuentran en las plantas pueden ser debidos a la contaminación del suelo (Berrow y Burridge, 1980).

Algunos autores han atribuido la escasa vegetación sobre suelos serpentiníticos a la toxicidad del cromo; por el contrario otros autores (Tiffin et al., 1972) han encontrado un aumento en la producción de cultivos de patata después de añadir Cr al suelo. La corteza continental posee, por término medio, entre 80 y 100 mg/kg de Cr, pero el contenido de este elemento puede ser mucho más elevado, estando los máximos íntimamente asociados con las serpentinitas y magmatitas ultramáficas.

En este tipo de rocas, la concentración de Cr se puede incrementar hasta valores cercanos a los 3.400 mg/kg. Su contenido en rocas ígneas ácidas y en rocas sedimentarias es mucho menor, oscilando entre 5 y 120 mg/kg. La influencia de la roca madre resulta, pues, fundamental en el caso del Cr ya que es un elemento poco móvil. En condiciones naturales, la mayor parte de este elemento se encuentra en las rocas de la corteza y en los suelos como Cr3+ (crómico), más estable, y también como Cr6+ (cromato).

Con frecuencia, la mayor parte del Cr3+ es un constituyente de la red del óxido denominado cromita (FeCr2O4), siendo éste un mineral muy resistente a la meteorización y normalmente asociado con rocas máficas y ultramáficas. El Cr3+ puede reemplazar al Fe3+ y Al3+ en muchos minerales. El estado de oxidación-reducción y el pH del suelo intervienen en las formas en que el Cr se halla presente en el suelo, no obstante, su contenido en el mismo es inherente al material de partida y, por ello, se aprecian elevadas concentraciones de Cr en suelos derivados de rocas máficas y volcánicas (Schachtschabel et al., 1992; Alloway, 1995; Kabata-Pendias, 2001).

3.2.3. Níquel

El Ni es un elemento integrante de la corteza terrestre, con contenidos relativamente elevados. Rovers et al. (1983) estiman que el contenido medio de este elemento en la litosfera varía entre 2,94 y 3,96%. Para Schachtschabel et al. (1992) el contenido medio de Ni en la corteza continental se sitúa alrededor de 45 mg/kg, y tanto en las rocas ultramáficas, con proporción elevada de olivino, como en serpentinas pueden llegar incluso a apreciarse niveles de Ni superiores a 8.000 mg/kg.

Según Rovers et al. (1983) la concentración media de este elemento en el granito es de 2 mg/kg, mientras que en el material ultrabásico es de 78 mg/kg. En las rocas ígneas la concentración media de Ni fue de 75 mg/kg y para las rocas sedimentarias osciló entre 2 y 70 mg/kg. Por tanto, los contenidos de Ni en el suelo están íntimamente relacionados con los de la roca madre. Otros factores que afectan al contenido de Ni en los suelos son el tipo de suelo, el grado de desarrollo del mismo, el contenido en arcilla, el contenido en sesquióxidos secundarios y, por último, la materia orgánica presente en él (Humet Ibáñez, 1986).

En la mayor parte de los suelos naturales, su concentración de referencia oscila entre 5 y 50 mg/kg. Tras la combustión del carbón o del petróleo y también como consecuencia del tráfico rodado, el Ni puede pasar a la atmósfera y posteriormente depositarse en el suelo. Se ha estimado que dependiendo de la contaminación atmosférica existente, la cantidad de Ni presente en el agua de lluvia oscila entre 5 y 150 g/ha/año (Schachtschabel et al., 1992).

3.2.4. Plomo

El Pb es considerado un elemento bastante tóxico para las plantas no resultando esencial para su crecimiento. Frecuentemente se ha detectado en suelos contaminados (Li y Schuman, 1997), a pesar de que presenta una toxicidad menor que el Cd, y por supuesto, inferior a la del Hg. La absorción de Pb por las plantas está influenciada por propiedades del suelo tales como el pH, el contenido en materia orgánica, el contenido en fósforo y la capacidad de intercambio catiónico.

En la corteza continental el contenido medio de Pb es de alrededor de 15 mg/kg, pudiendo alcanzar valores próximos a 70 mg/kg en los esquistos. Alloway (1995) indica que los esquistos negros tienden a presentar niveles elevados de este elemento. En suelos no contaminados el contenido de Pb oscila entre 2 y 60 mg/kg y solamente en algunos casos se superan los 100 mg/kg.

Otros autores como Elliott y Brown (1989) estiman que el rango natural de este elemento está comprendido entre 2 y 200 mg/kg, con un valor medio de 10 mg/kg. Los elevados contenidos de Pb en el suelo se encuentran asociados a las actividades antropogénicas así, por ejemplo, se ha observado que en algunas áreas asociadas a la minería del carbón se han registrado contenidos de Pb cercanos a los 4.000 mg/kg, estando relacionado con cantidades elevadas de otros elementos como Zn, Cu y Cd.

Incluso en áreas próximas a industrias del acero se han registrado contenidos de Pb de hasta 3.000 mg/kg. Dentro de un pequeño intervalo de distancias en los bordes de las vías de comunicación con tráfico denso, el contenido medio de Pb fue de 700 mg/kg. En general, la concentración de Pb cerca de las carreteras desciende exponencialmente en función de la distancia, de manera que a pocos metros es prácticamente inapreciable la deposición de este elemento (Schachtschabel et al., 1992).

El Pb alcanza el suelo, básicamente, a través de las emisiones atmosféricas y de las actividades antropogénicas, en particular mediante el tráfico rodado, que supone emisiones de Pb entre 20 y 30 veces superiores a las de origen natural inducidas por la actividad volcánica. Como consecuencia de su baja movilidad en el perfil del suelo, el Pb tiende a acumularse en las capas superficiales del mismo, a causa de su escasa solubilidad y gran capacidad de adsorción (Schachtschabel et al., 1992).

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cultivo de arándano

El arándano se trata de un arbusto caduco con porte erecto o rastrero y altura variable. Sus frutos son de forma esférica y color azulado o rojo.

1. TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaEricaceae
GéneroVaccinium
EspecieV. angustifolium
V. ashei
V. corymbosum
V. myrtillus
V. uliginosum
Nombre comúnArándano, Mirtilo

El género Vaccinium es originario del Hemisferio Norte, concretamente de Norteamérica (EE.UU. y Canadá), América Central, Europa (Alpes, Apeninos centrales, Pirineos) y Eurasia.

Este género comprende unas 30 especies, siendo un grupo muy reducido las empleadas comercialmente. En España, la especie más común es V.myrtillus, distribuida ampliamente por el norte del país.

2. MORFOLOGÍA

Se trata de un arbusto caduco, que puede ser de porte erecto o rastrero y de altura variable según la especie que se trate.
Porte del arándano


Raíz: Presenta un sistema radicular compuesto por numerosas raíces, en su mayoría superficiales. Dichas raíces son, generalmente fibrosas, finas y carentes de pelos absorbentes. En condiciones naturales, las raíces están asociadas con micorrizas formando simbiosis.

Tallo: Presenta un pequeño tallo subterráneo (corona), recto, cuadrangular y muy ramificado. Generalmente son de color marrón-anaranjado, según la especie.

Hoja: Presenta hojas simples, alternas, con forma elíptico-lanceoladas, márgenes dentados y peciolo corto. Son de color verde cuya intensidad varía dependiendo de la especie. En otoño, adquieren un tono rojizo típico en la especie.
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Flores: Presentan inflorescencias en racimos de 6-10 flores por yema. Las flores individuales son pequeñas, axilares, con el cáliz compuesto de 4-5 sépalos obtusos y la corola blanca formada por 4-5 pétalos fusionados dando lugar a una forma acampanada. El pistilo es simple, de ovario ínfero y estambres en grupos de 8-10.
Botones florales en arándano

Fruto: El fruto se trata de una falsa baya de forma esférica, color azul, rojo o negro en su madurez según la especie. La epidermis del fruto está cubierta de secreciones cerosas. El tamaño de éste está relacionado con el grosor de la rama y la posición en la misma, siendo de menor diámetro aquellos que se encuentran más distales de ésta.

2.1. Particularidades

Vaccinium angustifoliumEsta especie también es conocida como arándano negro semidulce. Se trata de un arbusto de porte bajo, que presenta numerosas ramificaciones lisas. Sus hojas son simples, de color verde-azuladas y lanceoladas con el margen ligeramente dentado. Sus frutos son falsas bayas de color negro-azulado.

Vaccinium corymbosumSe trata de un arbusto de porte alto que crece sobre suelos ácidos y húmedos. Presenta hojas caducas, grandes, con forma ovalo-lanceolada de márgenes ligeramente dentados. Sus flores reunidas en inflorescencias en racimo son de color blanco-rosadas con aspecto acampanado. Su fruto es una falsa baya de color negro-azulado con la epidermis cubierta de secreciones cerosas.

Vaccinium asheiEsta especie es conocida como rabbiteye o arándano ojo de conejo. Se trata de un arbusto de porte alto que crece sobre suelos ricos en materia orgánica. Presenta hojas, flores y frutos similares a la especie Vaccinium corymbosum.

Vaccinium macrocarponEsta especie es conocida como arándano rojo americano o cranberry. Se trata de un pequeño arbusto perenne que crece sobre suelos ácidos y húmedos. Presenta un pequeño tallo con numerosas ramas rastreras. Sus hojas son pequeñas, de color verde oscuro, coriáceas y con forma ovalo-lanceoladas. Sus flores presentan una corola con tonalidad rosada y sus frutos son pequeñas bayas rojizas con epidermis cerosa y pulpa blanquecina.

Vaccinium myrtilloidesEsta especie es conocida como arándano azul ácido o arándano azul de terciopelo. Se trata de arbustos caducifolios de porte bajo, que presentan numerosas ramificaciones cubiertas de vellosidad. Presentan hojas enteras de color verde brillante en el haz y más pálido y aterciopelado en el envés. Sus flores son de color blanco-rojizo con forma acampanada y su fruto es una pequeña baya negro-azulada.

Vaccinium myrtillusEsta especie es conocida como arándano negro. Se trata de un arbusto de porte bajo y caducifolio, que crece de forma natural en los sotobosques de la montaña sobre suelos ácidos.Poseen raíces que presentan de forma natural simbiosis con algunos hongos. Su tallo, de color rojizo, es subterráneo y con numerosas ramificaciones más o menos angulosas. Sus hojas son simples, alternas, con forma elíptico-lanceolada y márgenes ligeramente dentados. Sus flores son de color verde con tonos rosados, cuyo fruto es una falsa baya de color azulado en su madurez y pulpa rojiza de aspecto jugoso.

Vaccinium uliginosumEsta especie es conocida como arándano azul. Se trata de un arbusto de bajo porte y caducifolio, que crece sobre suelos ácidos. Presentan un tallo recto, con numerosas ramas grises y aspecto torcido.Sus hojas son enteras, de color verde oscuro y forma oblongo-espatulada. Sus flores, de corola blanca-rosada, se encuentran agrupadas en inflorescencias (2-4 flores) en racimo. Su fruto es una falsa baya de color azul oscuro y pulpa blanquecina.

2.2. Clasificación

2.2.1. Clasificación según el tamaño del arbusto

Highbush: Son aquellas especies cuya altura está comprendida entre 1,5 y 7 metros. Entre las especies más destacadas se encuentra V.corymbosum.
Lowbush: Son aquellas especies cuya altura es inferior a 1m. Entre las especies más destacadas se encuentra V.angustifolium V.myrtilloides.

2.2.2. Clasificación según el requerimiento de horas-frío

Alto requerimiento de horas-frío: Pertenecen a este grupo aquellas especies que requieren más de 800 horas-frío.
1. Northern highbush: Grupo representado por V.corymbosum como especie principal.
2.Lowbush: Representado principalmente por V.angustifolium Vmyrtilloides.

Medio requerimiento de horas- frío: Pertenecen aquellas especies que requieren un rango de horas-frío comprendido entre 400 y 600.
1.Rabbiteye: Representado por V.ashei, conocido vulgarmente como Ojo de Conejo.

Bajo requerimiento de horas-frío: Pertenecen aquellas especies que requieren menos de 400 horas-frío.
1.Southern highbush: Logrados por cruzamiento de V.corymbosumV.ashei y V.darrowi.

2.2.3. Clasificación en función de su época de maduración

Variedades muy tempranas: Su recolección tiene lugar prácticamente a finales de primavera (Hemisferio Norte: Principio de junio). Destacan variedades como `Earliblue´ y `Bluetta´.
Variedades tempranas: Su recolección tiene lugar a finales de primavera (Hemisferio Norte: Junio). Entre las variedades más destacadas se encuentran:`Duke´ y `Legacy´.
Variedades de estación media: Son aquellas cuya recolección tiene lugar a principio de verano (Hemisferio Norte: Julio), entre las que destacan: `Bluecrop´, `Brigitta´, `Ozarkblue´ y `Liberty´.
Variedades tardías: Son aquellas cuya recolección tiene lugar a mediados de verano (Hemisferio Norte: Agosto). Entre las variedades más destacadas se encuentran: `Aurora´ y `Elliott´.
Variedades de estación muy tardía: Su recolección tiene lugar a finales de verano(Hemisferio Norte: Septiembre). Entre las variedades más destacadas se encuentran: `Powderblue´, `Ochlockonee´, `Rahi´ y `Maru´.

3. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

Temperatura: El arándano es un cultivo que requiere un determinado número de horas-frío (temperatura inferior a 7ºC) para salir de la latencia, que depende de la especie.

Para el desarrollo del cultivo del arándano, el rango óptimo de temperatura oscila entre 16-25ºC. No obstante, puede llegar a tolerar temperaturas de hasta -30ºC, aunque temperaturas de 28-30ºC acompañadas de vientos secos, pueden provocar daños en el fruto como arrugamientos y quemaduras.

Durante la floración, temperaturas inferiores a -5ºC pueden provocar daños en los frutos. Por esta razón, la ocurrencia de heladas durante la floración resulta muy perjudicial.

Humedad: El cultivo del arándano requiere de humedad relativa alta.

Suelo: Requiere de suelos ligeros, con buena capacidad de drenaje y alto contenido en materia orgánica. Además, se debe mantener la humedad alta pero sin llegar al encharcamiento, ya que es sensible tanto a asfixia radicular como a sequía.

En cuanto al pH, éste debe ser ácido, siendo el rango óptimo el comprendido entre 4,3-4,8. Un pH superior a 5 puede provocar un desarrollo deficiente en plantaciones jóvenes junto con una brotación clorótica. Sin embargo, un pH bajo (pH<4) puede dar lugar a toxicidades por manganeso. El pH se debe mantener acidificando el agua de riego. Los suelos calizos no son aconsejables para este cultivo.

Riego: Se emplea un sistema de riego localizado. Es importante mantener el terreno húmedo, evitando en todo momento el encharcamiento. El agua de riego debe ser de buena calidad sin presentar salinidad ni exceso de calcio, boro o cloro.

Por lo general, se recomienda regar aumentando la frecuencia de riego y disminuyendo la dotación. La demanda de agua es mayor en los meses de primavera, que se corresponden con el engrosamiento y maduración del fruto y en la época de mayor evapotranspiración (meses de verano). Además, durante esta época tiene lugar la iniciación floral, por lo que un déficit de agua durante la formación de las yemas florales resultaría muy perjudicial.

4. PROPAGACIÓN

Por lo general, la propagación del arándano se realiza de forma vegetativa. La propagación por semilla se lleva a cabo, únicamente, para la investigación de nuevas variedades.

Propagación por esquejes: En este método se utiliza un esqueje bien en verde, o con madera del año. Se deben obtener esquejes de unos 8cm de longitud con 4-5 yemas vegetativas y ausentes de yemas florales. El corte debe ser en bisel y por debajo de una yema. Las hojas basales también se deben eliminar con el fin de disminuir la tasa de transpiración.

Una vez obtenidos los esquejes de una plantación de plantas madres, se deben colocar en invernaderos, concretamente en camas calientes compuestas de turba y perlita. Con el fin de facilitar el enraizamiento, se pueden aplicar hormonas enraizantes como pueden ser el AIA (ácido indol acético), ANA (ácido naftilacético) o AIB (ácido indol butírico). La temperatura óptima de enraizamiento debe oscilar entre 18 y 23ºC.

Finalizado el enraizamiento, dichos esquejes se deben trasplantar en bolsas de 20-25cm de diámetro, para su posterior traslado a vivero. Las plantas que pasan a vivero se deben mantener en las condiciones favorables para el cultivo.

Propagación in vitro: Es la técnica de mayor éxito y la más empleada. Su principal ventaja es que el material vegetal está libre de enfermedades, siendo su inconveniente el alto coste de producción. Una vez enraizado su material vegetal, se trasplanta a bolsas de plástico, cultivándose de la misma forma que las estaquillas durante un periodo de 1-2 años.

5. TÉCNICAS DE CULTIVO

Preparación del terreno: Esta labor se debe realizar a final de verano o principio de otoño.

Es recomendable realizar, previamente a la plantación, un análisis del suelo con el fin de determinar la necesidad de realizar enmiendas o corregir deficiencias nutricionales.

El suelo debe presentar un pH en torno a 4,8, por lo que tras los análisis, se debe comprobar si es necesario realizar alguna corrección. En el caso de tener que llevar a cabo una corrección por medio de la acidificación del suelo, ésta se debe realizar al menos 6 meses antes de la plantación con abonos de reacción ácida a una profundidad de 20cm. Además, hay que tener en cuenta que no se debe bajar más de un punto de pH anualmente.

Una vez realizadas las correcciones necesarias, se debe llevar a cabo una labor de subsolado en los primeros 40-50cm de profundidad, con el fin de airear el suelo y aumentar el drenaje.A continuación, una labor de arado donde, en caso de ser necesario, se aportará el abonado de fondo. Esta aportación no será necesaria si los niveles de fósforo y potasa son superiores a 50 y 150ppm respectivamente.

Por último, se debe pasar la fresadora con el fin de eliminar la vegetación emergida y desmenuzar los agregados originados en labores anteriores, obteniendo así un terreno mullido y nivelado.

La materia orgánica debe estar presente en el suelo en un 2-3%, por lo que en caso de ser necesaria su aportación, ésta se puede realizar después del fresado.

Realización de caballones y acolchado: Por lo general, la plantación se debe realizar en caballones con el fin de favorecer el drenaje y la aireación. Las medidas para dichos caballones suelen ser de 0,7-1m de ancho y 30-40cm de alto.

Seguidamente, se realiza el acolchado con el fin de mantener la humedad en el suelo y evitar el crecimiento de malas hierbas. Esta labor, se puede realizar con material orgánico o sintético.

El acolchado orgánico se puede realizar con corteza de pino, serrín de conífera, paja o turba. Presenta la ventaja de incorporar materia orgánica al suelo y mejorar su estructura. No obstante, tiene el inconveniente de tener poca duración (4-5 años) y no evitar la emergencia de malas hierbas. Por lo tanto, se suele utilizar material sintético para el acolchado, siendo el plástico negro el más empleado.

La realización de acolchado e instalación del sistema de riego, generalmente se hace de forma simultánea por medio de maquinaria especializada.

Entre las calles de cultivo, se recomienda mantener césped o pasto para evitar la erosión, disminuir la compactación del terreno y evitar la formación de polvo que pueda mermar la calidad del fruto. Es importante controlar dicha hierba para evitar posibles competencias con el arándano.

Plantación: La mejor época para realizar la plantación es a finales de otoño, dado que en estas condiciones la planta se encuentra en reposo vegetativo, dando lugar a un buen desarrollo radicular antes del comienzo de la brotación.

En cuanto al marco de plantación, los más empleados suelen ser de 1,5×3-3,5 y 0,8-1×2,5-3 en función del vigor de la variedad, el tamaño de la parcela y la maquinaria empleada. Por lo general, la densidad de plantación oscila entre 3000-4000 plantas/hectárea.

Actualmente, se suelen realizar plantaciones con densidades de 6000 plantas/ hectárea con el fin de conseguir mayores producciones en los primeros años y amortizar así cuanto antes la inversión.

Establecido el marco de plantación, se procede a la realización de hoyos de unos 2cm de profundidad. Estos hoyos se deben cubrir con corteza de pino, turba u otro material orgánico para disminuir la emergencia de hierbas y favorecer las condiciones de acidez.

El trasplante se debe realizar con plantas provistas de cepellón de un año de edad. Es conveniente extender las raíces del cepellón antes de introducirlas en el hoyo. No es aconsejable el empleo de plantas a raíz desnuda, ya que el sistema radicular del arándano es muy sensible, y aún más, si no se realiza un riego adecuado.

Se debe plantar de tal forma que el terreno quede compacto y no se formen bolsas de aire. Acto seguido, se riega para dar firmeza al suelo y favorecer la humedad a la raíz.

Poda después de la plantación: Tras la plantación y durante la parada vegetativa, conviene eliminar la primera mitad de las ramas, además de aquellas que estén dañadas. El objetivo de esta poda es evitar el desarrollo de flores en el primer año, ya que su fruto carece de valor comercial.

También es conveniente realizar una poda en verde a finales de primavera. Con esta labor se pretende que la planta adquiera vigor y que el año siguiente sea capaz de producir.

Polinización: En general, aunque existen variedades de arándanos autocompatibles, se ha observado que una polinización cruzada da lugar a una producción mayor.

Para asegurar una buena polinización, se deben alternar filas de dos variedades compatibles entre sí y coincidentes en su floración. Además, al comienzo de la floración, se deben colocar colmenas para favorecer aun más dicha polinización.

Normalmente, es aconsejable colocar 4-5 colmenas por hectárea, manteniendo una distancia mínima de 100m entre ellas. Es común colocar dos colmenas cada 10-20 filas.

Poda: Esta labor se realiza con el fin de conseguir una estructura equilibrada que dé lugar a una producción regular y a un fácil manejo.

Por lo general, se suele llevar a cabo una poda de formación en la que se dejan unas 8-10 ramas principales.

Esta especie fructifica sobre los brotes del año, por lo que es conveniente realizar anualmente podas que den lugar a nuevos y vigorosos brotes, para garantizar así, una buena producción. La época más adecuada es durante el otoño, cuando las condiciones no son muy desfavorables y la planta se encuentra en reposo vegetativo.

Al trascurrir 5-6 años tras la plantación, es necesario dar una poda de rejuvenecimiento. Esta poda consiste en eliminar cada año un tercio de las ramas envejecidas. Al cabo de 3 años se obtiene la planta rejuvenecida.

Fertilización: El cultivo del arándano no presenta una gran exigencia en fertilizantes, siendo incluso, sensibles al exceso de sales. Por esta razón es conveniente que el suministro de nutrientes se realice mediante fertirrigación.

Para realizar un adecuado programa de fertirrigación, es aconsejable realizar un análisis foliar antes de su procedimiento.

Tabla. Niveles foliares orientativos de macro y microelementos en arándano (Fuente: Hanson y Hancock)

NutrienteDeficienciaÓptimoExceso
Macroelementos (%)
Nitrógeno (N)<1,701,70–2,10>2,30
Fósforo (P)< 0,080,08–0,40>0,60
Potasio (K)< 0,350,40–0,65>0,90
Calcio (Ca)<0,130,30–0,80>1
Magnesio (Mg)<0,100,15–0,30nd
Azufre (S)nd0,12–0,20nd
Microelementos (ppm)
Boro (B)<180,30–0,70>200
Cobre (Cu)<55-20nd
Hierro (Fe)<6060-200>400
Manganeso (Mn)<2550-350>450
Zinc (Zn)<88-308-30

La demanda de nutrientes es diferente en cada estado fenológico. El nitrógeno es absorbido en mayor proporción durante la etapa de crecimiento vegetativo, el potasio durante el engrosamiento del fruto y el fósforo y el calcio fundamentalmente durante el enraizamiento, brotación y floración. Por lo tanto, se deben formular cantidades equilibradas en función de su demanda en las diferentes etapas fenológicas.

Por lo general, se suelen emplear fertilizantes complejos con equilibrios 1:0,5:1 y 1:1:1. Además, dicho abonado se debe complementar con aminoácidos, hormonas de crecimiento y vitaminas en función de las necesidades de la planta. Por último, la carencia de hierro se puede corregir con la aplicación de sulfato de hierro quelatado.

6. PLAGAS Y ENFERMEDADES

6.1. Plagas

Cochinilla (Aspidiotus sp., Pulvinaria sp., Lepidosaphes ulmi): Se trata de un grupo de homópteros que pueden parasitar tallos, hojas y frutos.

Para su control, es conveniente localizar esta plaga en sus primeros estadíos, ya que al carecer de escudo, son más fáciles de combatir. Si la incidencia es severa, se deben realizar pulverizaciones de aceite mineral con insecticidas compatibles con la fauna auxiliar. Para el control biológico de esta plaga se emplean depredadores como Rodolia cardinalis.

Pulgón (Aphis gossypiiMyzus persicae)Se trata de una plaga que provoca daños al extraer savia de la planta, lo cual deriva en un debilitamiento general de la misma y como consecuencia, en una reducción de la producción. Además, segregan melaza y en ésta aparece la “negrilla”. Sin embargo, el daño más importante que causa es debido a que son trasmisores de virus.

Cuando la población es baja, la lucha biológica resulta efectiva. Adalia bipunctata y Aphidius colemani son buenos depredadores de esta plaga. Sin embargo, cuando la población existente es elevada, se debe recurrir al control químico con productos autorizados y compatibles con la fauna auxiliar.

Cheimatobia (Cheimatobia brumata): Se trata de un lepidóptero que en estado de larva ocasiona daños fundamentalmente en flores y frutos.

Para el control químico de esta plaga, es conveniente realizar tratamientos con insecticidas durante primavera (la plaga se encuentra en estado de larva). Por otro lado, durante el verano, se deben realizar tratamientos en el suelo, ya que en esta época pasan a forma de pupa sobre el terreno. Además, en otoño se suelen emplear bandas pegajosas con objeto de que los adultos queden atrapados en éstas.

Gusano del arándano (Rhagoletis mendaz):Se trata de un díptero muy frecuente en América del Norte. El adulto de esta plaga realiza la puesta de huevos en el fruto, ocasionando daños en éste al formar parte del alimento de las larvas nacientes.

Para su control se recomienda la realización de tratamientos insecticidas a mediados de primavera, época que coincide con la aparición de adultos.

Pájaros: Se trata de una de las plagas de vertebrados más problemáticas del cultivo del arándano ya que se alimentan de sus frutos.

Para su control se utilizan artificios ahuyentadores como pueden ser espantapájaros acústicos, emisores de sonido, etc. También resulta efectiva la utilización de repelentes de origen vegetal como el antranilato metílico.

Liebres: Estos mamíferos provocan daños al roer la parte leñosa de la planta, por lo que el mejor sistema de defensa es el vallado de las parcelas.

6.2. Enfermedades

Podredumbre gris (Botrytis cinerea)Los hongos causantes de esta enfermedad se desarrollan en condiciones de alta humedad relativa (95%) y temperaturas entre los 15-20ºC. Los daños pueden aparecer en cualquier parte de la planta, pero se suelen localizar fundamentalmente en las terminaciones de los nuevos brotes y en las flores. Originan manchas de color pardo, donde se extienden rápidamente las fructificaciones del hongo.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, aumentando el marco de plantación o ventilando. También es conveniente retirar tejidos enfermos, cortándolos a ras de tallo utilizando siempre herramientas desinfectadas.

Para su control químico se deben realizar tratamientos preventivos. Se recomienda alternar productos de diferentes grupos sistémicos.

Antracnosis (Colletotrichum sp.): El hongo causante de esta enfermedad suele afectar a cualquier parte aérea de la planta, ocasionando los mayores daños en los frutos. Dicho hongo se ve favorecido por la presencia de alta humedad relativa y temperatura (20-30ºC).

Los síntomas se manifiestan generalmente cuando los frutos alcanzan la madurez. Aparecen manchas pardas ligeramente hundidas cubiertas de esporas rosadas o anaranjadas. La podredumbre progresa hasta producir la caída del fruto o su momificación en el arbusto. En ocasiones, los frutos pueden ser asintomáticos, manifestándose el daño en el momento de la recolección o después de la misma.

Para su control se recomienda la realización de sucesivos tratamientos con fungicidas autorizados antes de la floración.

Los cultivares highbush suelen ser más susceptibles a esta enfermedad.

Septoriosis: Se trata de una enfermedad cuyos síntomas se observan en las hojas, apareciendo primero en el haz y raramente en el peciolo. Las lesiones son manchas marrones, con la zona central más clara, en cuyo interior se observan pequeños puntos oscuros que corresponden a los picnidios del hongo. En ocasiones, estas lesiones se desprenden, quedando pequeños orificios en las hojas y ocasionando la defoliación prematura del arbusto si la incidencia es severa.

Para su control se recomienda la realización de tratamientos químicos al observar los primeros síntomas.

Monilia (Monilia sp.):El hongo causante de esta enfermedad provoca daños en brotes, hojas, flores y frutos. Estos tejidos adquieren un color negruzco y finalmente se marchitan. En los frutos, los síntomas aparecen en su madurez, dando lugar inicialmente a una coloración anaranjada, que finalmente se torna hacia un color marrón pálido.

Alternaria (Alternaria sp.):Esta enfermedad se manifiesta con la presencia de manchas hundidas en los frutos, las cuales están cubiertas de una esporulación de color verde-negruzca.

Para el control de esta enfermedad se recomienda realizar tratamientos preventivos (cada 15 días con fungicidas autorizados) desde el inicio de la floración hasta la recolección. Es recomendable proceder al almacenamiento de los frutos en cámaras de refrigeración lo antes posible.

Pudrición de la raíz (Phytophthora sp.):Se trata de un hongo que habita en el suelo y que puede manifestarse en la planta lentamente, dando lugar a un crecimiento débil y un desarrollo del follaje clorótico o rojizo. También puede provocar la muerte súbita de la planta. Esta enfermedad se debe principalmente a un mal drenaje del suelo. Por tanto, para su control, se debe evitar el exceso de humedad en el suelo. Por esta razón, las plantaciones en caballones resultan una medida de control efectiva para este patógeno.

7. FISIOPATÍAS

Asfixia radicular: Se debe a la falta de oxígeno en suelo como consecuencia del encharcamiento. Se puede evitar con un buen sistema de drenaje y realizando plantaciones en caballones.

Clorosis férrica: Esta fisiopatía está asociada a diversas causas como: pH alto del suelo, presencia de bicarbonatos o caliza activa, alto contenido en metales pesados, etc.

Rajado de frutos: Esta fisiopatía se presenta principalmente cuando los frutos están sometidos a un periodo prolongado de lluvias. Suele aparecer en variedades de frutos con piel fina. Éstos se hinchan como consecuencia del exceso de agua en la savia, por lo que la piel no resiste la sobrepresión de la pulpa, provocándose así el rajado.

Irregularidades del nitrógeno: Una carencia de nitrógeno ocasiona que el follaje de la planta amarillee, además de la disminución del crecimiento y reducción de nuevos brotes. Por el contrario, un exceso de nitrógeno produce irregularidades en la maduración de frutos, así como la lignificación prematura de los brotes.

Carencia de potasio: Una deficiencia de potasio ocasiona una coloración rojiza en las ramas senescentes, mientras que en las ramas jóvenes, aparece clorosis internervial. Un suelo muy ácido o incluso períodos de sequía pueden originar carencias de potasio.

8. COSECHA

La época de recolección varía en función de las variedades empleadas y del destino del fruto, pudiendo ser normalmente, desde finales de primavera a finales de verano. La recolección se inicia cuando el 10-15% de los frutos están maduros y el contenido de azúcares de éstos es superior a 11ºBrix.

Se recolecta gradualmente ya que no todos los arándanos maduran al mismo tiempo. Si el fruto va destinado para consumo en fresco, la recolección se realiza de forma manual y cuidadosa, llevándose a cabo 3-8 pases cada 7 días aproximadamente. La selección del arándano se realiza según el índice de madurez, el color y el tamaño. Éstos deben ser colocados directamente en envases, que suelen ser tarrinas de plástico de 125g.

Cuando la fruta va destinada a industria, la recolección puede ser manual o con maquinaria, realizando 1-2 pases como máximo. El inconveniente de la recolección mecanizada reside en que no hay recolección selectiva de fruto, y por tanto, aumenta el número de piezas a destrío.

9. POSTCOSECHA

Los arándonos recogidos para consumo en fresco, se deben pre-enfriar antes de transcurrir cuatro horas desde la recolección. Esta técnica se realiza en un depósito provisional, donde se hace pasar aire forzado entre los envases, bajando así la temperatura hasta 15ºC. Esta fase es muy importante, ya que estos frutos tienden a sobremadurarse, provocando por tanto el ablandamiento de la pulpa y la consecuente pérdida de color y sabor.

Seguidamente, se deben transportar los envases a una cámara frigorífica donde se mantendrán almacenados a una temperatura de 0,6-0ºC y una humedad relativa del 90-95%. En estas condiciones, las bayas se pueden conservar durante 2-3 semanas sin sufrir pérdidas de calidad, siempre y cuando no se haya roto la cadena de frío. Este periodo se puede aumentar hasta a dos meses si el almacenamiento tiene lugar en cámaras frigoríficas con atmósfera controlada (10-12% CO2 y 10% O2).

Los frutos con destino industrial suelen ser aquellos que presentan un tamaño pequeño o algún tipo de daño que los haga no aptos para consumo en fresco. Éstos deben ser almacenados en cámaras de congelación, donde permanecerán allí hasta el momento de su venta.

10. VALOR NUTRICIONAL

Contenido por 100 gramos de sustancia comestible
(valores aproximados, pueden existir ligeras variaciones
en función del origen y variedad analizada)
Agua (g)87,4
Proteínas (g)0,3
Fibras (g)1,7
Calorías (kcal)42
Vitamina A (UI)30
Vitanina B1 (mg)0,0014
Vitamina B2 (mg)0,0024
Vitamina B6 (mg)0,012
Vitamina B6 (mg)12
Ácido nicotínico (mg)0,2
Ácido pantotónico (mg)12
Sodio (mg)2
Potasio (mg)72
Calcio (mg)14
Magnesio (mg)6
Manganeso (mg)0,5
Hierro (mg)0,5
Cobre (mg)0,26
Fósforo (mg)10
Cloro (mg)4

11. APLICACIONES

11.1. Medicinales

  • Se utiliza como antiséptico de las vías urinarias gracias a la presencia de hidroquinona.
  • Presenta propiedades antidiarreicas, antiinflamatorias y astringentes, gracias a su alto contenido en taninos.
  • Presentan dos tipos de glucósidos (mirtillina a y mirtillina b), cuya acción mejora la sensibilidad de la retina, aumentando así la agudeza visual en situaciones de baja luminosidad.
  • Se utilizan para problemas circulatorios gracias a la presencia de antocianinas que aumentan la resistencia de los vasos sanguíneos y reducen su permeabilidad.
  • Gran antioxidante, reductor del colesterol y protector de riesgos cardiovasculares.
  • Reducen el azúcar en la sangre y tienen propiedades antiinflamatorias.

11.2. Culinarias

En la industria conservera tiene un papel cada vez más importante debido a la demanda de éste para la obtención de mermelada, bebidas alcohólicas y colorantes. Debido al jugo de su pulpa, se acompaña muy bien en platos de caza, en la confección de salsas de cocina o como guarnición para carnes y pescados. Por otro lado, el fruto también puede transformarse en jaleas y confituras, siendo relleno de tartas y pasteles.

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EL cultivo del frambueso. Tips para aumentar la productividad

cultivo Frambuesa

A este género pertenecen numerosas especies. Las variedades más cultivadas actualmente son el frambueso rojo, frambueso silvestre, frambueso negro y frambueso púrpura.

1. TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaRosaceae
GeneroRubus
EspecieR. idaeus
R. strigosus
R. occidentalis
R. neglectus
Nombre comúnFrambuesa

Cultivo de frambuesa


Al género Rubus pertenecen numerosas especies descritas, de las que sólo unas 331 son aceptadas. Las variedades más cultivadas actualmente son: Rubus idaeus (frambueso rojo nativo de Europa y del norte de Asia), Rubus strigosus (frambueso silvestre), Rubus occidentalis (frambueso negro) y Rubus neglectus (frambueso púrpura originario del norte de América).

2. MORFOLOGÍA

Se trata de un arbusto perenne, de unos 40-60cm de altura que crece en lugares pedregosos de montaña y en terreno granítico.

Sistema radicular: Presentan numerosas raíces delgadas y superficiales que nacen desde la corona.

Tallo: El frambueso presenta un tallo subterráneo y corto, por el que emite estolones medianamente fuertes y abundantes en número, según la variedad.

Estos tallos adquieren una duración de dos años. Por lo general, durante el primer año, su función es el desarrollo vegetativo, presentado una epidermis gris amarillenta provista de pilosidad amarillo-dorado con nudosidades débiles. En el segundo año, adquieren una epidermis gris cubierta de espinas. Éstos florecen y fructifican, desecándose finalmente después de la maduración de sus frutos, siendo reemplazados por otros nuevos.


Espinas en tallos y brotes de frambueso


Hojas: Presenta hojas compuestasimparipinnadas de 3 a 7 foliolos (según la vigorosidad de la especie). Estos foliolos son ovales, más o menos alargados, acuminados, aserrados, de color verde por el haz y blanquecinos aterciopelados por el envés. El raquis a menudo está provisto de espinas.

Flores: Presentan inflorescencias en racimo terminal de hasta 10 flores. Las flores individuales son pequeñas, de color blanco-verdoso o rosa y están provistas de un pedúnculo largo y espinoso. El cáliz está formado por cinco sépalos largos y persistentes y la corola por cinco pétalos caducos.

El androceo está compuesto por numerosos estambres y el gineceo por varios pistilos completamente libres, inscritos en un receptáculo muy convexo. Cada pistilo tiene un ovario con una celda que encierra un óvulo, del cual se desarrolla una pequeña drupa que a su vez tiene un núcleo muy pequeño.


Flor de frambuesa polinizada


Fruto: El fruto, llamado frambuesa, está formado por numerosas drupas dispuestas en un receptáculo común llamado hipanto. Cada drupa se caracteriza por su forma convexa y deprimida y por su textura rugosa provista de un filamento amarillo. El fruto es pequeño, con forma cónica y aspecto aterciopelado. El color más común es el rojo o amarillento, pero existen variedades de frutos blancos y negros. El sabor de la frambuesa es agridulce.
Cuajado de frambuesa

2.1. Clasificación según su época de producción

Reflorecientes, remontantes o bíferos: A este grupo pertenecen variedades que son capaces de fructificar dos veces durante el desarrollo del tallo. La primera cosecha tiene lugar en otoño sobre el extremo del tallo del primer año, y la segunda en verano sobre los tallos del segundo año.

 No reflorecientes, no remontantes o uníferos: Son aquellas variedades que fructifican únicamente sobre el tallo del segundo año.

Variedades comerciales de frambueso
Frambueso rojoFrambueso negroFrambueso púrpura
Cultivares no reflorecientes`Mallin Promise´,` Mallin Jewel´, `Malling Exploit´, `Malling Admiral´, `Newburgh´,` Willamette´, `Canby´, `Fairview´,` Sumner´,` Meeker´, `Bonanza´, `Puyallup´, `Schönemann´, `Glen Clova´, `Glen Moy´, `Glen Prosen´, `Chilcotin´, `Skeena´, `Nootka´, `Haida´, `Veten´`Munger´, `Bristol´, `Dundee´, `Evans´, `Morrison´`Sodus´, `Marion´, `Clyde´, `Royalty´
Cultivares reflorecientes`Lloyd George´, `September´, `Heritage´, `Zeva refloreciente´, `Rossana´, `Baron de Wavre´

Para la elección de variedades se debe tener en cuenta las tendencias del mercado. La demanda de frutos redondos es mayor que la de frutos ovales y la de frutos rojos a la de amarillos, ya que éstas son más aromáticas.

Las variedades de objetivo industrial deben tener las siguientes características:

  • Resistencia a enfermedades.
  • Vástagos derechos, a ser posible verticales, para que permitan un laboreo del terreno entre las filas más cómodo y faciliten la recolección.
  • Renovación con vástagos de pie.
  • Frutos aromáticos, jugosos y color vivo.
  • Frutos maduros bien adheridos para resistir vientos y lluvias.
  • Planta resistente a heladas y no demasiado exigente en cuanto a suelo.
  • Frutos gruesos y con pulpa soda para poderlos transportar y presentar correctamente en el mercado.

3. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

Temperatura: El frambueso es bastante resistente a las bajas temperaturas invernales y a los fuertes calores estivales.

Las condiciones climáticas óptimas para su cultivo son las de inviernos con bajas temperaturas constantes, pero no excesivas, y veranos relativamente frescos, caracterizados por una cierta oscilación térmica entre el día y la noche. Por lo tanto, el rango de temperatura óptimo para que la producción sea mayor se encuentra entre 14-19ºC. Por otro lado, para romper la latencia del frambueso se necesitan 750-1700 horas-frío.

Descensos fuertes de temperatura pueden dañar el extremo apical de los rebrotes más vigorosos todavía no lignificados. A partir de su entrada en vegetación, los efectos de una helada tardía pueden causarle gravísimos daños, perdiéndose gran parte de la floración precoz, lo cual puede repercutir también sobre la floración tardía.

Durante el período de floración, el frambueso es muy sensible a bajas temperaturas primaverales, soportando el botón floral cerrado los -1,3ºC, la flor abierta -0,7ºC y el fruto recién cuajado los -0,7ºC. Las heladas tardías, pueden también perjudicar al fruto si coinciden con la maduración de éste.

Botones florales en frambueso

Por último, comentar que el clima influye fuertemente sobre algunas variedades para que se comporten como remontantes o no remontantes.

Humedad: Una humedad relativa elevada favorece el desarrollo del cultivo, pero no es conveniente durante la maduración del fruto.

Sustrato: El frambueso requiere de suelos sueltos, profundos, no compactos, con buena disponibilidad de humedad, alto contenido en materia orgánica, elevada capacidad de retención de agua y pH óptimo comprendido entre 6 y 6,8.

Se deben evitar plantaciones en suelos arcillosos ya que éstos tienen a compactarse, pudiendo así producirse muertes por asfixia radicular ya que los frambuesos son muy sensibles al encharcamiento. Tampoco son adecuados los suelos demasiado sueltos, con elevados porcentajes de grava o arena, ya que pierden su fertilidad en un periodo corto de tiempo y requieren riegos muy frecuentes. Por tanto, un suelo de textura franco-arenosa o franco-arcilloso es el ideal para este cultivo.

Riego: El frambueso es una planta bastante resistente a la sequía. No obstante, el riego es importante para determinar una adecuada producción.

El sistema de riego más habitual es el localizado. Durante el verano, la frecuencia de riego debe ser mayor con respecto a la del invierno, regando aproximadamente cada 15 días. En general, se estima que se necesita una dosis de 3500-7000m3/ha/año.

4. PROPAGACIÓN

La propagación del frambueso se puede llevar a cabo tanto de manera sexual como asexual. Sin embargo, la reproducción por semilla no se suele practicar debido a su dificultad, su alto coste y por no presentar fielmente los caracteres de sus progenitores.

Propagación mediante raíces: Para llevar a cabo esta técnica, el suelo debe ser suelto y con buena capacidad de drenaje, compuesto especialmente por arena y turba esterilizada.

Una vez preparado el terreno, se procede a la siembra de porciones de raíces, de 10-15cm de longitud y 5mm de diámetro, previamente desinfectadas. Finalmente, las plántulas emergidas deben ser repicadas cuando contengan al menos 3-4 hojas para ser llevadas al terreno definitivo.

Propagación mediante brotes etiolados: Esta técnica es una modificación de la anterior, con el objetivo de conseguir plántulas con mayor sanidad y vigorosidad.

Al igual que la técnica anterior, la plantación de raíces se suele realizar en invernadero sobre camas de 10cm de alto compuestas por turba y arena en una proporción 1:1. Las porciones de raíces deben ser de unos 10cm de longitud y 3mm de diámetro. Posteriormente, se procede a la siembra de dichas raíces a unos 4-5cm de profundidad, con el fin de inducir el desarrollo de la base etiolada del brote.

Al cabo de unos 15-20 días, comienzan a emerger los brotes, siendo recolectados con 3-4 hojas. Finalmente, se trasplantan en bolsas de unos 8cm de diámetro. Es importante que el sustrato permanezca húmedo pero no en exceso, ya que un exceso de humedad podría ser perjudicial para un correcto enraizamiento. Al transcurrir mes y medio aproximadamente, la planta se encuentra en su momento óptimo para ser trasplantada definitivamente.

5. TÉCNICAS DE CULTIVO


Cultivo de frambuesa bajo plástico

Preparación del terreno: Antes de llevar a cabo la plantación, es recomendable realizar un análisis de suelo y aplicar, si es necesario, cal o abonos minerales.

A continuación, se debe realizar una labor de subsolado (40-50cm de profundidad) con objeto de aumentar la aireación y el drenaje del suelo. Seguidamente, se debe arar y aportar materia orgánica si ésta es inferior al 3%.

No se puede precisar con exactitud la cantidad de estiércol a suministrar ya que varía según la naturaleza del terreno y su grado de fertilidad. Como media, se pueden enterrar 35-50 toneladas de estiércol maduro por hectárea a una profundidad de 50 cm.

Finalmente, es necesario realizar un pase de fresadora para eliminar las malas hierbas ya que el frambueso es muy sensible a la competencia de vegetación espontánea. Por lo general, es necesaria la realización de caballones (60cm de ancho y 12-15cm de alto) ya que el frambueso es muy sensible al encharcamiento.

Plantación: Se recomienda efectuar la plantación a finales de otoño (época vegetativa) o a principios de primavera si las condiciones son muy adversas.

Las plantas empleadas deben proceder de viveros especializados y se deben plantar inmediatamente tras su recepción. En caso contrario, se tienen que proteger del sol y del viento, para evitar una posible deshidratación de las raíces.

La distancia entre plantas debe ser la suficiente como para permitir el paso de maquinaria. Normalmente, se aconseja para el frambueso rojo una distancia entre filas de 2-3m en función de la fertilidad del terreno y del vigor del propio cultivar y una distancia entre plantas de 60-70cm. Para el frambueso negro se adoptan distancias medias de 3x1m, las cuales están indicadas para recolección mecanizada.

La profundidad a la que deben colocarse las plantas debe ser de 15cm aproximadamente. A continuación, han de regarse para mejorar el arraigo en el suelo.

Mulching: Esta labor consiste en extender superficialmente materiales inertes de distinta naturaleza (paja, virutas o serrín de madera o residuos de industrias alimentarias) sobre el suelo para conservar la humedad y reducir la actividad de las malas hierbas. Además, de esta forma también se enriquece el terreno en materia orgánica.

El espesor del mulching debe ser al menos de 15cm, siendo preciso cada año añadir material nuevo sobre el anterior para sustituir la parte que se ha degradado por la acción de las bacterias del suelo. Se ha observado que con la aplicación de esta técnica se favorece el grosor y sabor de los frutos.

Entutorado: Generalmente el frambueso necesita ser entutorado ya que sus tallos se curvan con facilidad bajo el peso de la vegetación (pudiendo llegar a fracturarse), dificultando así la recolección.

Existen varios tipos de entutorado que dependen fundamentalmente del vigor de la variedad y del sistema de recolección, entre otros.

1. Método holandés: Consiste en colocar dos filas de alambre a cada lado de la hilera manteniendo la planta en el centro. La distancia entre filas debe ser de 40-50cm, cuyos alambres deben estar colocados a 0,8-1m y 1,4m de altura respecto al suelo. Este sistema apenas se utiliza debido a su dificultad para realizar las labores de cultivo y la recolección.

2. Entutorado en doble T: Consiste en colocar sobre un eje principal, generalmente de madera, dos postes en posición perpendicular. El poste inferior debe ser de 40cm y estar situado a 0,6m sobre el suelo. Por otro lado, el superior debe ser de 75cm y estar colocado a 1,6m del suelo. En cada extremo va sujeta una hilera de alambre galvanizado.

3. Entutorado en V: Consiste en colocar dos postes en forma de “V”, donde van sujetas dos hileras de alambre galvanizado a cada lado a una distancia de 0,6m y 1,6m sobre el suelo.

Poda: La poda en el frambueso depende de la variedad.

En variedades remontantes, se deben realizar dos podas:

1) En invierno: Consiste en la eliminación de aproximadamente el tercio superior de aquellos tallos que han fructificado. El corte se debe realizar por debajo del racimo floral que fructificó. La parte resultante será la que dará fruto en la siguiente cosecha. Además, se debe eliminar el exceso de brotes, dejando 8-12 tallos por metro lineal para obtener una buena producción, y los tallos enfermos o débiles.

2) En verano: Se deben cortar todos los tallos a ras de suelo para favorecer así el crecimiento de nuevos brotes, los cuales darán lugar a la siguiente cosecha.

En variedades no remontantes, se realiza una poda en invierno que consiste en despuntar los tallos a diferentes alturas para que la producción resultante sea escalonada. También se deben dejar de 8-12 tallos por metro lineal y eliminar aquellos que estén enfermos o débiles.

Fertilización: Para mantener un buen nivel de materia orgánica en el suelo se recomienda realizar aportes anuales de 15-20t/ha de estiércol bovino o de 10t/ha de gallinaza. También sería adecuado emplear 10t/ha de paja troceada. La fertilización mineral puede realizarse aplicando sulfato amónico o nitrato de calcio (400kg/ha) o urea (150-200kg/ha). Por otro lado, una aportación anual en primavera de un abono 10-10-10 a una dosis de 500kg/ha puede ser suficiente para asegurar una buena disponibilidad de elementos.

Control de malas hierbas: Es necesaria la eliminación de malas hierbas para reducir así la competencia entre plantas y prevenir la incidencia de plagas y enfermedades. Para ello, además del laboreo como método físico de eliminación de malas hierbas, es posible realizar un desyerbado químico mediante la aplicación de herbicidas de larga persistencia.

En los suelos sueltos o en las calles, donde se realizan periódicamente cavas mecánicas, es conveniente no utilizar herbicidas de larga persistencia, ya que se corre el riesgo de entrar en contacto con las raíces de los frambuesos. Por ello, se recomienda emplear herbicidas de contacto.

Plantaciones tardías: La época normal de producción se encuentra en los meses de verano. No obstante, se suelen realizar plantaciones con producción fuera de época, a causa del mayor precio que adquiere el fruto. Para llevar a cabo una producción fuera de época, el cultivo se debe realizar bajo plástico y con variedades reflorecientes. En España, Asturias representa una de las zonas de mayor producción del país junto con Huelva y Extremadura.

Como ejemplo, el programa de cultivo que, generalmente emplean en Asturias para variedades remontantes, es el siguiente:

Programa de Cultivo
Primer año
Preparación del sueloFebrero-Marzo
PlantaciónAbril
Primera cosechaSeptiembre- Noviembre
Poda de inviernoDiciembre
Segundo año y sucesivos
Segunda cosechaAbril- Mayo
Poda de veranoPrincipio de Julio
Tercera cosechaSeptiembre- Noviembre

6. PLAGAS Y ENFERMEDADES

6.1. Plagas

Pulgón (Amphorophora rubi): Se trata de una plaga que aparece fundamentalmente sobre los brotes tiernos, colonizando el envés de las hojas apicales y provocando en ellos un enrollamiento como consecuencia de las picaduras. Esta plaga produce melaza y en ésta se instala la “negrilla”. El daño más grave que puede causar esta plaga es debido a que son portadores de virus.

Se ha observado que las plantas más vigorosas son menos atacadas por los áfidos, probablemente porque los brotes más suculentos y lozanos son menos apetecibles. Por ello, todas las prácticas culturales capaces de promover una vegetación vigorosa, constituyen un buen método de lucha preventiva.

Cuando la población es baja, la lucha biológica resulta efectiva. Adalia bipunctata y Aphidius colemani son buenos depredadores de esta plaga. Sin embargo, cuando la población existente es elevada, se debe recurrir al control químico, con productos autorizados y compatibles con la fauna auxiliar. Es importante recurrir siempre a medidas preventivas como son el empleo de trampas cromáticas amarillas.

Lasioptera rubiSe trata de un insecto díptero, cuyas larvas forman una agalla y permanecen en su interior hasta la primavera siguiente. La nudosidad que se forma obstaculiza el flujo de savia provocando que el tallo deje de fructificar.

Para su control se recomienda cortar los brotes por debajo de las agallas formadas, así como deshacerse de ellos de manera eficaz. La época adecuada para llevar a cabo esta labor es al comienzo de primavera, ya que es el momento en el que comienza la eclosión.

Thomasiniana theobaldiLas larvas de esta plaga provocan excoriaciones y manchas violáceas sobre la epidermis de los brotes. Éstas se agrietan, originándose así un foco de infección por numerosos hongos (VerticiliumFusarium, etc.).

Para el control químico de esta plaga se recomienda realizar tratamientos al suelo con insecticidas a comienzos de primavera, ya que es cuando aparece la primera generación (en España sería en abril).

Arana roja (Tetranychus urticae)Aparece fundamentalmente cuando las temperaturas son altas (30ºC) y el ambiente seco. Los síntomas que aparecen son unos puntitos de color amarillo en el haz de las hojas y a lo largo de los nervios principales. Posteriormente, estas punteaduras se tornan de color marrón y se abarquillan, obteniendo un aspecto polvoriento. Finalmente, dichas hojas se desecan y caen. Es frecuente encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas. Si la infestación es muy severa, la planta muestra un amarilleamiento generalizado, se torna de color cobrizo y acaba muriendo.

Para evitar la propagación de esta plaga, se debe llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
– Aumento de la humedad relativa.
– Manejo de material vegetal sano.
– Eliminación de malas hierbas y material infestado.
– Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas.
– Evitar exceso de abono nitrogenado.
– Uso de plantas cebo.
– Tratamientos químicos durante el invierno, ya que en este periodo la plaga permanece inactiva.

Otro método de control es la lucha biológica mediante la utilización del ácaro depredador Phytoseiulus persimilis. Sin embargo, si la infestación es severa, será necesaria la intervención química. Es fundamental realizar aplicaciones alternando acaricidas de fórmula o con un modo de acción diferente para así evitar la aparición de resistencias.

Gusanos de los frutos (Byturus tomentosusByturus fumatus)Estos coleópteros ocasionan grandes daños a los frutos, haciéndolos no aptos para el comercio. Los adultos realizan la puesta en la flor, donde posteriormente, emergen las larvas alimentándose del receptáculo del fruto, perforándolo a su vez con numerosas galerías.

Para su control, se deben realizar tratamientos antes de la puesta, cuando los botones florales se encuentran aún cerrados.

6.2. Enfermedades

Chancro del tallo (Didymella applanata)El hongo causante de esta enfermedad ocasiona grandes daños en el frambueso. Las conidias y ascosporas del hongo son diseminadas, principalmente durante la primavera y verano, con las gotas de lluvia.

Los primeros síntomas se manifiestan a mediados de verano en los brotes, concretamente en torno a las yemas. Próximo al nudo, se originan manchas violáceas que se van extendiendo poco a poco a la vez que las hojas van adquiriendo una coloración clorótica y que finalmente caen. Los ramos asintomáticos muestran los síntomas de la enfermedad al año siguiente, apareciendo brotes amarillos y poco desarrollados que frecuentemente se desecan antes de florecer.

Para su control de manera preventiva, se debe evitar el exceso de nitrógeno en el abonado, evitar podas que favorezcan el desarrollo de floraciones tardías, eliminar material vegetal enfermo o senescente, etc. Para el control químico se recomienda la realización de tratamientos fungicidas cuando la yema se encuentra hinchada.

Chancro de las raíces: Se trata de una enfermedad bacteriana que causa sobre las raíces (Agrobacterium tumefaciens) o en el cuello (Agrobacterium rubi) gruesas excrecencias agalliformes. Estas formaciones obstaculizan la circulación de la savia, provocando la debilidad o incluso muerte de la planta. Las agallas formadas sirven como reservorio para otros patógenos, por lo que durante el invierno pueden presentar pudriciones y coloraciones pardas.

Cualquier labor que pueda causar heridas en las raíces, puede favorecer la diseminación de estos hongos. Por lo que, para llevar a cabo su control, se deben eliminar aquellas plantas procedentes de vivero con síntomas evidentes. Además, se deben eliminar en su totalidad las zonas afectadas y llevar a cabo una correcta desinfección del material empleado.

Roya (Phragmidium rubi-idaei y Pucciniastrum americanum)Phragmidium rubi-idaei se disemina generalmente por medio de salpicaduras de agua en climas con atmósfera húmeda. Puede llegar a provocar la caída de hojas y la desecación de flores y frutos.

Pucciniastrum americanum 
suele aparecer con temperaturas elevadas. Sus síntomas se manifiestan en hojas y frutos con la presencia de pústulas de color amarillo donde albergan sus esporas. En las hojas, estas pústulas comienzan en el envés y posteriormente invaden toda la hoja. En frutos inmaduros se observan drupeolos, mientras que el resto permanece verde. Por otro lado, en frutos maduros se observan pústulas amarillas junto a la deshidratación del mismo.

Esta enfermedad debe prevenirse al menor síntoma a base de caldo bordelés.

Verticilosis (Verticillium alboatrum)Esta enfermedad afecta preferentemente al frambueso negro, aunque también resulta perjudicial para el rojo. Los síntomas se manifiestan con la marchitez de la planta debido a la oclusión del sistema vascular.

Las plantas afectadas dejan de crecer, las hojas se marchitan y amarillean y/o se tornan de color oscuro. Por otro lado, el tallo de los brotes jóvenes adquiere un color azul oscuro. Por lo general, se manifiesta en aquellas plantaciones de frambuesos precedidas de cultivos hortícolas, de cerezo o de albaricoquero que han sufrido esta enfermedad.

Pudrición de raíces (Phytophthora cactorumP. fragariae):Estos patógenos se ven favorecidos por la presencia de agua libre en el suelo y temperaturas comprendidas entre 13-19ºC.

Los primeros síntomas se manifiestan en las hojas con necrosis en el margen de las mismas y marchitez. Los brotes se muestran cloróticos y posteriormente también se marchitan. Por otro lado, las raíces se necrosan, provocando la disminución de brotes y vigor de la planta.

Como control preventivo, se debe evitar la plantación en suelos con drenaje deficiente, evitar tanto el exceso de riego como la plantación en caballones altos, eliminar el material vegetal sintomático, etc.

Podredumbre Gris (Botrytis cinerea):Se trata de un hongo que se refugia sobre tejidos senescentes. De este modo, a la salida del invierno, sus esporas se diseminan por la acción del viento o las gotas de lluvia.

Los daños más importantes se manifiestan en el fruto, provocando en ellos un ablandamiento que finaliza con una masa de micelio que cubre todo el fruto. También, pueden aparecer daños en los brotes, tallos y flores, dando lugar a masas de micelios sobre éstos. En la recolección es preciso descartar los frutos afectados, ya que si entran en contacto con los sanos, pueden infectarlos.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, aumentando el marco de plantación o ventilando. También es conveniente retirar los restos de poda y los tejidos enfermos, cortándolos a ras de tallo utilizando siempre herramientas desinfectadas.

Como control químico se deben realizar tratamientos preventivos, durante la floración y después de las lluvias. Se recomienda alternar productos de diferentes grupos sistémicos.

7. FISIOPATÍAS

Daños producidos por el viento: El azote constante del viento puede dañar seriamente los brotes y tallos fructíferos, dando lugar a una excesiva deshidratación de los tejidos herbáceos junto con la consiguiente marchitez.

Los fuertes vientos pueden originar la caída de frutos maduros o la rotura de brotes fructíferos en el punto de inserción al tallo. Los rebrotes pueden doblarse, rozarse y provocar daños o heridas en la corteza.

Sequía: Una excesivo déficit hídrico puede dar lugar a la desecación de la flor o del ramillete fructífero.

Precipitaciones abundantes: El encharcamiento a causa de precipitaciones abundantes puede provocar serios daños en la planta. Si las lluvias se concentran durante la madurez, los frutos se deterioran rápidamente y pueden enmohecerse.

8. COSECHA Y POSTCOSECHA

La recolección de la frambuesa depende de si la variedad es remontante o no remontante. Además, dado al escalonamiento de la maduración, ésta se realiza en diversos pases (3-4 días entre pases).

La época normal de producción es durante el verano. No obstante, dependiendo de la zona y del sistema de producción, esta época varía.

Época de producción de frambuesa en algunos países
RusiaJulio-Agosto
FranciaJunio-Julio
AlemaniaJulio-Agosto
ItaliaJunio-Septiembre
España
HuelvaNoviembre-Mayo
AsturiasSeptiembre- Noviembre/Mayo-junio

La frambuesa es un fruto climatérico por lo que necesita ser cosechado en su momento óptimo, ya que una vez separado de la planta no madura. Para ello, el fruto debe caracterizarse por: color rojo brillante, pulpa firme, nula acidez y fácil desprendimiento del receptáculo.

La cosecha puede ser mecanizada o manual, dependiendo del destino del mercado y siempre durante las primeras horas de la mañana. Si los frutos son destinados a la industria, la recolección es mecanizada. La maquinaria utilizada es de grandes dimensiones y trabaja a caballo en las hileras. Exigen la presencia de 5-6 personas, de las cuales dos se dedican a la conducción de la máquina y el resto a la selección de frutos.

La hilera se peina por medio de dos altos rulos cilíndricos provistos de largos dientes metálicos que sacuden los tallos haciendo caer los frutos maduros sobre una plataforma retráctil. Mediante chorros de aire se eliminan las hojas y cuerpos extraños y los frutos llegan limpios a una larga lona móvil donde se realiza la selección final.

En cambio, si el destino del fruto es para consumo en fresco, se recolecta manualmente. Se debe tener en cuenta que cuanto menos manipulado sea el fruto, mejor será la calidad final del mismo. Por otro lado también, debe considerarse la distancia al mercado de destino. Si la distancia a éste es larga, se debe recoger con pedúnculo, mientras que si es corta se recolecta sin receptáculo. Junto a la cosecha, se selecciona y envasa el fruto. Normalmente se emplean envases de 250 a 500g.

Para su conservación, se deben mantener a una temperatura comprendida entre 0-5ºC y una humedad relativa cercana al 90%. En estas condiciones se pueden conservar en buen estado durante 5 días, por lo que para el transporte a larga distancia se tendrían que congelar.

9. VALOR NUTRITIVO

Contenido por 100 gramos de sustancia comestible(Valores aproximados, pueden existir ligeras variaciones en función del origen y variedad analizada)
Energía (Kcal)40
Proteínas (g)1,4
Lípidos totales (g)0,3
Hidratos de carbono (g)4,6
Fibra (g)6,7
Agua (g)87
Calcio (mg)25
Hierro (mg)0,7
Magnesio (mg)19
Zinc (mg)0,3
Sodio (mg)3
Potasio (mg)170
Fósforo (mg)31
Selenio (µg)1,3
Vitamina B6 (mg)0,06
Folatos (µg)33
Vitamina C (mg)32
Vitamina A (Eq. Retinol (µg))1
Vitamina E (mg)0,48

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Los compuestos fenólicos como antioxidantes naturales para superar situaciones de estrés abiótico

compuestos fenólicos

Algunos compuestos fenólicos juegan un importante papel en la tolerancia al estrés. En plantas resistentes a la sequía se produce un aumento neto de los niveles, mientras que en plantas sensibles, se produce un aumento inicial seguido de una pérdida neta.

¿DE DÓNDE VIENEN LOS COMPUESTOS FENÓLICOS EN LAS PLANTAS?

Las plantas destinan una cantidad significativa del carbono asimilado y de la energía, a la síntesis de una amplia variedad de moléculas orgánicas que no tienen una función directa en procesos fotosintéticos, respiratorios, asimilación de nutrientes, transporte de solutos o síntesis de proteínas, carbohidratos o lípidos, y que se denominan metabolitos secundarios.

Los metabolitos secundarios además presentan una distribución restringida en el reino vegetal, es decir, no todos los metabolitos secundarios se encuentran en todos los grupos de plantas. Se sintetizan en pequeñas cantidades y no de forma generalizada, estando a menudo su producción restringida a un determinado género de plantas, a una familia, o incluso a algunas especies.

Los metabolitos secundarios se agrupan en cuatro clases principales:
– Terpenos: Entre los que se encuentran hormonas, pigmentos o aceites esenciales.
– Compuestos fenólicos: cumarinas, flavonoides, lignina y taninos.
– Glicósicos: saponinas, glicósidos y glucosinolatos.
– Alcaloides.

¿QUÉ SON LOS COMPUESTOS FENÓLICOS?

Los fenoles o compuestos fenólicos son compuestos orgánicos cuyas estructuras moleculares contienen al menos un grupo fenol, un anillo aromático unido al menos a un grupo funcional hidroxilo (figura 1). Desde el punto de vista de la estructura química, son un grupo muy diverso que comprende desde moléculas sencillas como los ácidos fenólicos hasta polímeros complejos como los taninos y la lignina.

En el grupo también se encuentran pigmentos flavonoides. Muchos de estos productos están implicados en las interacciones planta-herbívoro. Los compuestos fenólicos de las plantas son biosintetizados en diferentes rutas, existen dos básicas implicadas: la ruta del ácido siquímico es responsable de la biosíntesis de la mayoría de fenoles en las plantas, y la vía del ácido malónico que aunque es una fuente importante de fenoles en hongos y bacterias, es poco empleada en plantas superiores.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES FENOLES NATURALES PARA SU USO EN LA INDUSTRIA DE LOS BIOESTIMULANTES?

Entre los principales compuestos fenólicos naturales se encuentran los taninos y los flavonoides.

Los taninos son substancias complejas que no es posible clasificar dentro de una estructura química única.

Son sustancias polifenólicas hidrosolubles no nitrogenadas, de origen vegetal, de peso molecular entre 500 y 3000, que además de dar las reacciones clásicas de los fenoles, precipitan gelatina, sales de alcaloides y metales pesados. Los hay hidrolizables y condensados. El tanino se encuentra principalmente en las raíces, la corteza, y de vez en cuando en las hojas de la planta. Se encuentran especialmente en las familias de las ericáceas, leguminosas, rosáceas y salicáceas.

Los flavonoides son los pigmentos amarillos derivados de la fenil-benzo γ pirona o fenil cromona. Son una familia muy diversa de compuestos, aunque todos los productos finales se caracterizan por ser polifenólicos y solubles en agua.

Existen seis clases principales, las chalconas, las flavonas, los flavonoles, los flavanoles, las antocianidinas, y los taninos condensados, y otras dos más, las xantonas y las auronas. Para los vegetales, estos compuestos son importantes pues, además de ser responsables de las coloraciones de muchas flores, frutos y hojas y por ello intervienen en la polinización atrayendo a los insectos, participan en la vida del vegetal ejerciendo importantes funciones como por ejemplo protegerle de los efectos nocivos de la radiación UV y ejercer una eficaz actividad antioxidante.

Dentro de este grupo de flavonoides es necesario mencionar especialmente el grupo de los antocianósidos, pigmentos rojos y azules de las flores, que tienen características especiales, muy solubles en agua. Los flavonoides contienen en su estructura química un número variable de grupos hidroxilo fenólicos y excelentes propiedades de quelación de hierro y otros metales de transición, lo que les confiere una gran capacidad antioxidante.

¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONES GENERALES DE LOS FENOLES?

Los fenoles suelen ser ácidos y pueden formar puentes de hidrógeno. Algunos fenoles son solubles en solventes orgánicos, otros son glucósidos o ácidos carboxílicos y por lo tanto solubles en agua, y otros son polímeros muy grandes e insolubles en agua.

Pueden establecer interacciones con grupos peptídicos (taninos). Los fenoles del grupo catecol pueden quelar metales. Una de sus características más destacables es que son muy susceptibles a la oxidación, por lo que actúan como antioxidantes naturales.

Respecto a sus funciones pueden ejercer una función estructural como el caso de la lignina y suberina. Actúan como protectores frente a las radicaciones ultravioleta y forman los pigmentos naturales de las plantas (p.ej., antocianinas, flavonas y flavonoles). Intervienen como reguladores de interacciones planta-microorganismos (p.ej., Rizobios, Agrobacterium).

También están implicados en procesos defensivos de las plantas como es el caso de los taninos o las furanocumarinas (isoflavonoides). Otros compuestos fenólicos tienen efectos alelopáticos (p.ej., ácido cafeico, ácido ferúlico) y de atracción de polinizadores. Algunos fenoles también juegan un importante papel en la tolerancia al estrés.

¿CÓMO ES EL EFECTO ANTIOXIDANTE DE LOS FENOLES?

Los fenoles son muy susceptibles a la oxidación, por lo tanto tienen un carácter marcadamente antioxidante, ya que experimentarán la oxidación antes que otras especies susceptibles de ser oxidadas y en consecuencia las protegerán frente a esos ataques oxidantes (p.ej., luz, radicales libres, químicas, etc.).

Por otra parte, las estructuras fenólicas complejas tienen la capacidad de recuperar su estado reducido mediante un equilibrio redox muy favorecido por las interacciones de otros grupos funcionales de sus estructuras químicas con distintos metabolitos presentes en el medio. Con lo cual una vez oxidadas van a recuperar su hidroxilo recuperando su capacidad antioxidante, evitando nuevamente la oxidación de otros elementos de interés del medio (p.ej., proteínas, nutrientes, azúcares, etc.),

¿CÓMO SE RELACIONA LA FUNCIÓN ANTIOXIDANTE DE LOS FENOLES CON LA MEJORA DEL ESTRÉS ABIÓTICO?

Hay fenoles que actúan a nivel fisiológico dentro de la planta ejerciendo una función de señalización celular en condiciones de estrés abiótico. Algunos fenoles actúan como agentes estabilizadores de membranas celulares, interactuando con fosfolípidos asimétricos y formando complejos con componentes específicos de membrana, de esta forma ayudan a mantener el grado de fluidez.

Algunos fenoles también juegan un importante papel en la tolerancia al estrés. En plantas resistentes a la sequía se produce un aumento neto de los niveles, mientras que en plantas sensibles, se produce un aumento inicial seguido de una pérdida neta. Estos antioxidantes actúan conjuntamente reduciendo los niveles de especies reactivas del oxígeno (ROS) en los cloroplastos, contribuyendo así a mantener un estado adecuado y a mantener la estructura y función de las membranas tilacoidales.

Numerosos tipos de estrés conducen a un aumento de los niveles ROS, como la sequía, la salinidad, el exceso de luz o las bajas temperaturas, entre otros, alternando el equilibrio redox de los cloroplastos además de la posibilidad de causar daños en macromoléculas tales como lípidos, proteínas o ácidos nucleídos, que pueden conducir a la muerte celular en último lugar. Para evitar esto el conjunto de antioxidantes se coordina para detoxificar la ROS.

De hecho, hay estudios que sugieren que el ácido abcísico (ABA), regulador del metabolismo implicado en la respuesta de las plantas a diferentes tipos de estrés, como la salinidad o el déficit hídrico, que actúa regulando el cierre estomático y la síntesis de proteínas implicadas en el estrés, ayudando a superar los períodos de déficit hídrico, tiene un papel en la regulación de los niveles de ciertos fenoles en condiciones de estrés.

¿Cómo se controla la calidad? ¿Hay métodos para detectar los fenoles de un compuesto?¿Se puede medir la capacidad antioxidante de un fenol?

La capacidad antioxidante de un compuesto polifénolico es difícil de evaluar cuantitativamente, pues depende en gran medida de los equilibrios bioquímicos que regulan su actividad redox y estos se ven afectados por los metabolitos que las plantas liberan en condiciones de estrés, otras sustancias presentes en el medio que actúen como potenciadores o inhibidores de la acción antioxidante, y también por los distintos tipos de ataque (p.ej., radicales libres, luz, contaminantes químicos, etc.) que experimente la planta.

En general, el poder antioxidante de cualquier sustancia sí que se puede aproximar desde un punto de vista cuantitativo recurriendo a la química básica de esa especie antioxidante. Se hace midiendo su potencial de reducción, expresado en voltios. Cuanto más negativo es ese potencial de reducción, más antioxidante es una sustancia.

Existen tablas que nos permiten comparar por tanto el poder antioxidante de unos fenoles frente a otros desde un punto de vista exclusivamente químico. Lo cierto es que en la práctica un polifenol puede ser mejor que otro para un cultivo determinado, expuesto a un tipo de agresión concreta, y no funcionar tan bien en otro cultivo con un diferente tipo de estrés.

La calidad de un extracto se determina en base a la medición de distintos parámetros físico-químicos que denominamos especificaciones del producto. Estos van desde su aspecto (p.ej., color, olor, etc.), pH y densidad a sus riquezas químicas en distintas especies.

¿EXISTE UNA REGLAMENTACIÓN PARA ESTOS PRODUCTOS?

Estos productos entrarían dentro del futuro Reglamento Europeo de Fertilizantes y Bioestimulantes. La Definición actual de los productos que actúan sobre los procesos biológicos (productos bioestimulantes) es: Sustancia en un producto fertilizante que, con independencia de su contenido en nutrientes estimula los procesos biológicos de la planta mejorando la eficiencia de la planta en el uso de nutrientes, su tolerancia al estrés abiótico o la calidad de la cosecha. Un compuesto fenólico es una sustancia que puede formar parte de un producto bioestimulante.

¿SE PUEDEN INTEGRAR DENTRO DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA?

En el Reglamento 834/2007, sobre producción y etiquetado ecológico así como el Reglamento 889/2008, por el que se establecen disposiciones de aplicación del Reglamento 834/2007, y sus posteriores modificaciones, se contemplan los productos y subproductos de origen vegetal, como sustancias aptas para su uso en Agricultura Ecológica.

Por ejemplo, los extractos vegetales tales como el de cola de caballo (Equisetum arvense), el de ortiga (Urtica dioica) o el de mimosa (Mimosa pudica y/o Mimosa spegazzinii), son ricos en compuestos polifenólicos (aunque también en otros principios activos como los alcaloides) y es muy extendido su uso en Agricultura Ecológica, como productos bioestimulantes. Se cree que gran parte del efecto de los extractos de plantas se produce por un fortalecimiento estructural de la planta incrementando su resistencia y estimulando un desarrollo vigoroso (1998, N. Lampkin).

BIBLIOGRAFÍA

– L. Taiz y E. Zeiger (2006). Fisiología vegetal. Ed.Publicacions de la Universitat Jaume I.
– Ávalos y E. Pérez-Urria (2009). Metabolismo secundario de las plantas. Departamento de Biología Vegetal I (Fisiología Vegetal). Facultad de Biología. Universidad Complutense de Madrid.

– Nicolas Lampkin (1998). Agricultura Ecológica. Ed. Ediciones Mundi-Prensa.
– Juana Labrador (2006). Conocimientos, técnicas y productos para la agricultura y la ganadería ecológica. Ed. Juana Labrador – Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE).

– Agarwal PK, Jha B (2010) Trasncription factors in plants an ABA dependent and independent abiotic stress signaling. Biol Plant 54.
– Apel K, Hirt H (2004) Reactive oxygen species: metabolism, oxidative stress and signal transduction. Annu Rev Plan Biol 55.

– Buchanana, B.B; Gruissen, W. y Jones, R. 2000. Biochemistry and molecular Biology of Plants. American Society of Plant Physiologist. Rockville, Merylan.
– Willians, C.A. y Graver, R.J. 2004. Anthocyanins and other flavonoids. Natural Products Reports 21.

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El cultivo de la Mora. Características y tips para aumentar la producción

cultivo de Moras

Es una planta arbustiva y perenne de tallos rastreros o semierguidos que produce frutos de color rojo-morado. Las moras son polidrupas con forma elipsoidal.

TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaRosaceae
GéneroRubus
EspecieR. fruticosus
R. glaucus
R. ulmifolius
Nombre comúnMora
Mora de castilla

El género Rubus comprende unas 300 especies aceptadas, originarias de las zonas tropicales altas de América y del norte de África. Entre las especies más cultivadas se encuentra Rubus glaucus.

CULTIVO DE LA MORA

MORFOLOGÍA

Se trata de una planta perenne y arbustiva de tallos rastreros o semierguidos.

CULTIVO DE LA MORA

Raíz: Posee una raíz pivotante que alcanza unos 30cm de profundidad. Las raíces secundarias se distribuyen entre los primeros 10-20cm de profundidad.

Tallos: Presentan numerosos tallos bianuales (durante el primer año crecen y el segundo florecen y fructifican) que emergen desde la corona de la planta. Los tallos primarios son muy ramificados y de longitud variable, llegando a arquearse conforme van creciendo. Generalmente presentan espinas.

Hojas: Presentan hojas de largo peciolo, imparipinnadas, de tres o cinco foliolos, alternas y con forma oblongo-lanceolada y bordes aserrados. Normalmente son de color verde oscuro por el haz y algo más claro por el envés.

Detalle de los tallos de la planta de la mora

Flores: Posee flores hermafroditas de numerosos pistilos y estambres, que se desarrollan principalmente en racimos laterales y terminales. El cáliz está compuesto por cinco sépalos lanceolados de color verde y la corola por cinco pétalos lobulados de color blanco o rosado, según la especie.

Fruto: Los frutos son polidrupas de forma elipsoidal. Son varias drupas adheridas a un receptáculo de 5-7mm de diámetro y de color rojo-púrpura en su maduración. La floración de la mora no es homogénea, por lo que los frutos maduran de forma dispersa.

Temperatura: Este cultivo requiere de un clima relativamente fresco y soleado, aunque es susceptible a heladas. El rango óptimo oscila entre 16-25ºC. Para salir del reposo, este cultivo requiere acumular un total de 700 horas-frío.

La mora tolera un amplio rango de altitudes. No obstante, el óptimo oscila entre 1200 y 2000 metros sobre el nivel del mar.

Humedad: El rango óptimo de humedad oscila entre el 70-90%. Un exceso de humedad favorece la proliferación de enfermedades así como también resulta perjudicial para la maduración del fruto.

Sustrato: La mora tolera gran diversidad de suelos siempre que tengan buen drenaje, ya que es muy sensible al encharcamiento. No obstante, se desarrollan mejor en suelos franco-arcillosos. Requieren de suelos con un elevado contenido de materia orgánica, fósforo y potasio y un pH en torno a 5,5-6,5.

 Riego: El sistema de riego más habitual es el riego localizado. Se deben dar riegos cortos y frecuentes, evitando en todo momento el encharcamiento.

La mora es una planta resistente a la sequía. Sin embargo, resulta fundamental su riego durante todo el ciclo para la obtención de un número de frutos y calibre mayor. Por tanto, una correcta aportación hídrica al cultivo de la mora supone un aumento del rendimiento de la explotación.

La mora se puede propagar tanto sexual como asexualmente, aunque el método más utilizado comercialmente es el segundo. La propagación sexual solamente se lleva a cabo en laboratorio para la obtención de nuevas variedades. La semilla de la mora tiene un poder germinativo muy bajo y las plántulas que consiguen emerger y crecer, lo hacen a un ritmo muy lento.

Propagación asexual: Se emplean distintos métodos de propagación asexual:

– Acodo: Se trata del mejor método para obtener plantas vigorosas. Esta técnica consiste en que una porción de tallo de la planta madre enraíce sin ser separada de ésta. Una vez que los tallos hayan enraizado se separan de la planta madre. Existen distintos métodos de acodo:

Acodo rastrero: Este tipo de acodo se debe realizar en tallos largos (1,5-2,5m) y de buenas características. Seguidamente, se extienden en el suelo, enterrando porciones de tallo cada 25cm aproximadamente para favorecer el desarrollo de raíces. Transcurrido mes o mes y medio, los acodos se deben separar de la planta madre, manteniéndolos en esas mismas condiciones durante 15-30 días más. Con este método se pueden obtener de 3-5 plantas por rama.

Acodo de punta: Este tipo de acodo consiste en arquear una rama, enterrando el extremo de ésta unos 10cm aproximadamente o utilizando una bolsa con sustrato previamente desinfectado. Del extremo del tallo se desarrollan las nuevas raíces. A los 30 días se cortan a 50cm de la base del tallo, obteniéndose así una plana lista para el trasplante definitivo.Con este método se obtienen plantas de elevado vigor. Sin embargo, es mucho más costoso que el anterior al tener que obtener una plántula por tallo.

– Estacas:
 Este método consiste en obtener porciones de 35cm de tallos vigorosos. Para ello, el diámetro de dichos tallos debe ser de al menos 1cm y cada estaca tener 3-4 yemas. El corte de las estacas se debe realizar por encima de las yemas.

Para obtener un buen enraizamiento, puede resultar necesaria la aplicación de fitohormonas en la base de las estacas y de parafina en la parte superior. De este modo, se reduce la deshidratación y la incidencia de patógenos. La siembra de éstas se debe realizar directamente en bolsas con sustrato y materia orgánica desinfectada.

Este sistema es más costoso que los anteriores, pero proporciona mayor cantidad de material.

5. TÉCNICAS DE CULTIVO

 Preparación del terreno: Antes de llevar a cabo la plantación, es recomendable realizar un análisis del suelo para determinar la necesidad de llevar a cabo enmiendas o correcciones nutricionales. Una vez analizado el suelo, se realiza una labor de subsolado en los primeros 40-50cm de profundidad y a continuación, una labor de arado (si es necesario, se aprovechará para aportar materia orgánica). De este modo, se mejora el drenaje del suelo. Por otro lado, también es conveniente realizar caballones de 0,3m de alto y 1,2m de ancho.

Una vez preparado el suelo, se procede al delineado y trazado del lugar realizando las excavaciones necesarias (40cm de profundidad x 40cm de diámetro) donde posteriormente se colocarán las plantas.

 Plantación: La mejor época para llevar a cabo la plantación es a finales de otoño – principios de invierno intentando mantener siempre el suelo húmedo.Por lo general, el marcode plantación que se aconseja en cultivo de mora es de 1,2-1,5m entre plantas y 1,7-3m entre líneas.

 Entutorado: La planta de la mora es de crecimiento rastrero, por lo que resulta fundamental el entutorado. De este modo, se facilita la aireación y el manejo del cultivo. En dicho cultivo se utilizan distintos tipos de entutorado:

Espaldera sencilla en línea: Este entutorado consiste en la colocación de una serie de posters de 2,5m de alto a cada lado de la hilera manteniendo las plantas en el centro. La distancia entre posters suele ser de 2m aproximadamente. Una vez situados, se procede a la colocación del alambre.

El primer alambre se sitúa a 60cm de altura respecto del suelo y el resto a 40cm de distancia entre ellos. Normalmente, se disponen cuatro filas de alambre para facilitar la recolección, ya que de este modo se impide que las ramas cuelguen.

Espaldera doble en línea o en “T”: Consiste en colocar una serie de posters en forma de “T”. Cada poster está compuesto por un eje vertical de 2m de altura y uno transversal de 0,8m. La distancia entre ellos suele ser de 2m. En cada extremo del poster horizontal, va sujeta una hilera de alambre galvanizado de forma que la planta queda situada entre ambas hileras.

Entutorado en cultivo de mora

Espaldera en doble “T”: En este sistema, cada poster vertical de 2m de altura presenta dos ejes transversales. El eje inferior suele ser de 0,5m y el superior de 0,8m. En los extremos de los posters horizontales se sujeta una hilera de alambre galvanizado.

Espaldera en cuadro o cajón: Este sistema se utiliza para entutorar una sola planta. Consiste en la colocación de 3-4 posters en posición horizontal formando un triángulo o rectángulo, de forma que la planta queda en el centro de dichas figuras.

Poda de Fructificación: Este tipo de poda se realiza después de la cosecha. Consiste en eliminar aquellas ramas que han dado producción. El objetivo de esta poda es estimular el crecimiento de los brotes laterales y la formación de nuevas ramas productivas. Es necesario también podar las ramas vegetativas.

Poda de Renovación: Este tipo de poda se realiza a los diez años de vida de la planta. Consiste en cortar todos los tallos reduciéndolos a una longitud de 10cm. El corte se hace en sentido diagonal y éste se cubre con parafina para evitar que el agua de lluvia penetre y favorezca la aparición de enfermedades.

Polinización: Las flores de las moras son hermafroditas y autocompatibles. No obstante, la polinización cruzada mejora la calidad del fruto. Por ello, es recomendable colocar 2 colmenas/ha de abejorros (Bombus terrestris).

Fertilización: Para llevar a cabo una buena fertilización se recomienda realizar un análisis foliar y de suelo.

1) El Nitrógeno es fundamental durante el desarrollo de la planta, ya que está relacionado con la formación de hojas y tallo; 2) el Fósforo es necesario en el proceso de enraizamiento y en la formación y maduración del fruto y 3) el Potasio es necesario para la maduración y buena calidad del fruto. Los micronutrientes, como el cobre y el hierro, también se deben tener en cuenta, ya que la planta es muy sensible a la deficiencia de éstos.

Después de la cosecha, es necesaria la aplicación de una adecuada cantidad de nitrógeno complementado con zinc para favorecer el desarrollo de la planta.

Vayas, J (2000) recomienda la fertilización con 330kg/ha de Nitrógeno, 60kg/ha de Fósforo (P2O5) y 300kg/ha de Potasio (K2O). Las aplicaciones deben realizarse de forma fraccionada: 50% durante la fase de poda, 25% durante el cuaje de frutos y el 25% restante durante el desarrollo de los frutos (ciclo productivo del cultivo).

La aportación de microelementos como hierro y cobre se realiza mediante aplicaciones foliares.

Poda: Esta labor es imprescindible para el cultivo de la mora. Existen diferentes tipos de poda en el tiempo.Poda de Formación: Este tipo de poda se realiza cuando la planta está en crecimiento y, convenientemente, antes de la primera cosecha. Generalmente se dejan 6-10 ramas por planta. Es importante eliminar las ramas quebradas, torcidas y aquellas que sean muy vigorosas.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

6.1. Plagas
 Trips (Frankliniella spp.):Se trata de una plaga cuyas larvas producen daños al alimentarse de los tejidos de la planta. Los síntomas que se manifiestan son la caída de pétalos, aborto de flores y deformación de frutos. Las hembras adultas producen daños al ovipositar, dando lugar a verrugas como consecuencia.

Además, esta plaga origina también daños indirectos, ya que son transmisores de virus.Para su control es conveniente la realización de medidas preventivas, tales como la eliminación de malas hierbas y la colocación de trampas adhesivas azules.

Para la lucha biológica, resulta efectivo el empleo de depredadores como Amblyseius swirskii u Orius spp. El control químico se debe realizar mediante aplicaciones insecticidas compatibles con la fauna auxiliar. Si la densidad de población de la plaga es alta, las aplicaciones serán más frecuentes.

 Ácaros (Tetranychus spp.): Se presenta fundamentalmente cuando las temperaturas son altas (30ºC) y el ambiente seco. Los síntomas que aparecen son unas punteaduras de color amarillo en el haz de las hojas y a lo largo de los nervios principales. Posteriormente, estas punteaduras se tornan de color marrón y se abarquillan, obteniendo un aspecto polvoriento.

Finalmente, dichas hojas se desecan y caen. Es frecuente también encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas. Si el ataque es muy fuerte, la planta amarillea, se torna de color cobrizo y acaba muriendo. Los ácaros también pueden afectar al fruto, provocando en él una coloración rojo oxidado.

Para evitar la propagación de esta plaga se deben llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
– Aumento de la humedad relativa
– Manejo de material vegetal sano
– Eliminación de malas hierbas y material infestado
– Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas
– Evitar exceso de abono nitrogenado
– Uso de plantas cebo
– Tratamientos químicos durante el invierno (en este periodo la plaga permanece inactiva)

Otro método de control es la lucha biológica mediante la utilización del ácaro depredador Phytoseiulus persimilis. Si la infestación es severa, será necesaria la intervención química. Es fundamental realizar aplicaciones alternando acaricidas con modo de acción diferente para así evitar la aparición de resistencias.

– Mosca y gusano de la fruta (Anastrepha spp.; Ceratitis capitata): Son plagas cuya actividad máxima se desarrolla durante el verano. Los daños son producidos por larvas que se introducen generalmente en el fruto maduro, se alimentan de la pulpa y dejan sus excrementos dentro del mismo. Además facilitan un punto de entrada para otros patógenos.

Para el control de estas plagas se debe recurrir a los siguientes métodos:
– Colocación de trampeo masivo.
– Suelta de machos de su misma especie previamente esterilizados.

Como control químico se deben aplicar insecticidas autorizados de manera localizada.

Barrenador del tallo (Epialus spp.):Los síntomas son originados por las larvas, las cuales provocan el engrosamiento del cuello del tallo. Cuando éstas penetran el mismo, originan numerosas galerías. Como consecuencia de estos daños, la apariencia de la planta se vuelve clorótica y posteriormente se necrosa y muere.Para su control se deben aplicar insecticidas autorizados de manera localizada.

6.2. Enfermedades

 Pudrición del fruto (Botrytis cinerea)Se trata de un hongo que se refugia en los tejidos senescentes, para que a la salida del invierno, sus esporas sean diseminadas por el viento o las gotas de lluvias.

Los daños más importantes se manifiestan en el fruto, provocando en ellos un ablandamiento que finaliza con una masa de micelio que cubre todo el fruto. También, provoca daños en tallos y hojas, dando lugar a masas de micelios sobre éstos.

En la recolección es preciso descartar los frutos afectados, ya que si entran en contacto con los sanos pueden infectarlos.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, aumentando el marco de plantación o ventilando.

También es conveniente retirar restos de poda y tejidos enfermos, cortándolos a ras de tallo y utilizando siempre herramientas desinfectadas. Para su control químico se deben realizar tratamientos preventivos, durante la floración y tras las lluvias. Se recomienda alternar productos de diferentes grupos sistémicos.

Verticillium spp: Se trata de un hongo que afecta a raíces y tallos originando en ellos manchas oscuras. Como consecuencia de la oclusión del sistema vascular de la planta por parte del micelio del hongo, las plantas dejan de crecer, las hojas se marchitan y amarillean y/o se tornan de color oscuro.

Para el control preventivo de este hongo se debe contar con un correcto drenaje. En caso de que la enfermedad sea severa, se debe recurrir a la eliminación del material vegetal infectado.

Chancro de las raíces: Se trata de una enfermedad bacteriana que causa sobre las raíces (Agrobacterium tumefaciens) o en el cuello (Agrobacterium rubi) gruesas excrecencias agalliformes. Estas formaciones obstaculizan la circulación de la savia, provocando la muerte, o bien, pueden permanecer débiles y escasamente productivas. Las agallas formadas sirven como reservorio a otros patógenos por lo que durante el invierno se observan con pudriciones y coloraciones pardas.

Cualquier labor que pueda causar heridas en las raíces, puede favorecer la diseminación de estos hongos. Por tanto, para llevar a cabo su control, se deben eliminar aquellas plantas procedentes de vivero con síntomas evidentes. Además, se deben eliminar en su totalidad las partes afectadas de la planta y llevar a cabo una buena desinfección del material empleado.

Pudrición de raíces (Phytophthora spp.): Estos hongos se ven favorecidos por la presencia de agua libre en el suelo y temperaturas comprendidas entre 13-19ºC.

Los primeros síntomas se manifiestan en las hojas (necrosis del margen del limbo foliar y marchitez) y en los brotes (clorosis y posterior marchitez). Por otro lado, las raíces se necrosan, por lo que el número de brotes disminuye, así como también el vigor de la planta.

Para llevar a cabo un control preventivo, se debe evitar la plantación en suelos con drenaje deficiente, evitar el exceso de riego, eliminar material sintomático, etc.

Antracnosis (Glomerella cingulataColletotrichum spp.)Esta enfermedad se manifiesta originando pequeñas manchas de color oscuro en los tallos y manchas pardas circulares rodeadas de un aro púrpura en las hojas.Para el control preventivo de esta enfermedad se deben realizar una serie de labores culturales.

COSECHA Y POSTCOSECHA

Para llevarlas a cabo es importante evitar cualquier tipo de herida (en caso de ser necesario, controlar las heridas realizadas), eliminar el material vegetal afectado, podar para que la planta se encuentre bien aireada, reducir la humedad relativa del ambiente, etc. En caso de ser necesario el control químico, se deben realizar aplicaciones alternas con insecticidas a base de cobre.

La cosecha de la mora se lleva a cabo normalmente a los ocho meses desde el trasplante. Se debe realizar cuando la fruta se encuentre en su momento óptimo de maduración, que suele coincidir cuando ésta adquiere un color rojo tinto.

Por otro lado, la mora es muy sensible al magullamiento, por lo que esta labor debe ser sumamente cuidadosa, requiriendo trabajadores cualificados. Se deben recoger una a una durante las primeras horas de la mañana y depositándolas en los envases directamente, evitando dejarlas caer y manteniendo la fruta bajo sombra y protegida para evitar la deshidratación.

La clasificación y el envasado se deben realizar en campo para que su manipulación sea mínima. Dicho envasado se lleva a cabo en bandejas de plástico clamshell. La mora se puede clasificar en tres grupos:

CalidadLongitud (cm)
Extra> 5
Primera o especial2,5-3,5
Segunda o corriente< 2,2

La fruta herida o defectuosa se debe recolectar ya que puede ser utilizada para industria.

El peso de las bandejas es un paso importante en el proceso de control de calidad. Las moras deben tener un peso neto entre 170-175g por clamshell después del envasado, para llegar al destino de exportación con un peso neto mínimo de 160g. Un peso superior a 175g está sujeto a sanciones monetarias rígidas.

Por último, las bandejas correctamente preparadas, se colocan en una caja plana de cartón (flat) de exportación de 2kg para ser enfriados por medio de aire frío forzado.

Las moras necesitan ser enfriadas con aire frío forzado y humedad relativa en torno al 90-95% con el objetivo de bajar la temperatura interna en la pulpa entre 0-1°C. Es importante que las moras se encuentren en condiciones de frío lo antes posible, ya que si permanecen en campo más de tres horas, se produce una disminución importante de calidad.

Por último, después del periodo de enfriamiento, las moras deben ser almacenadas (sin perder la cadena de frío) a una temperatura de 0-1ºC. Si la fruta se destina a exportación, no se debe almacenar más de un día.

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El cultivo de la Fresa

cultivo de fresa

El origen de la fresa no está bien definido. No obstante, agrupa unos 400 taxones descritos de los cuales 20 están reconocidos. En la actualidad, las variedades comerciales son híbridos.

TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaRosaceae
GéneroFragaria
Especie1- F. vesca
2- F. chiloensis
3- F. virginiana
4- F. moschata
5- F. indica
Nombre comúnFresa, Fresón, Frutilla

El origen del género Fragaria no está bien definido. No obstante, este género agrupa unos 400 taxones descritos de los cuales 20 están reconocidos. En la actualidad, las variedades comerciales son híbridos de F. chiloensis, de origen chileno y F. virginiana del Este de Norteamérica (fragaria x ananassa).

MORFOLOGÍA

Se trata de una planta herbácea, perenne y de porte rastrero.

 Sistema radicular: Presentan un sistema radicular fasciculado, compuesto por raíces y raicillas. Las primeras presentan un cambium vascular y suberoso, mientras que las segundas carecen de éste, son de color más claro y tienen un periodo de vida corto (de algunos días o semanas). Estas raicillas sufren un proceso de renovación fisiológico, aunque influenciado por factores ambientales, patógenos de suelo, etc.

Raiz de planta de fresa

La profundidad del sistema radicular es variable, dependiendo entre otros factores, del tipo de suelo y la presencia de patógenos en el mismo. En condiciones óptimas pueden alcanzar los 2-3m, aunque lo normal es que no sobrepasen los 40cm, encontrándose la mayor parte (90%) en los primeros 25 cm.

 Tallo: El tallo está constituido por un eje corto de forma cónica llamado “corona”, en el que se observan numerosas escamas foliares. De esta corona, nacen también algunos tallos rastreros que producen raíces adventicias, de las cuales brotan nuevas plantas (estolones) que no interesan y por tanto se deben eliminar.

Plantas de fresa, Estolón

Hojas: Las hojas se insertan en la corona y se disponen en roseta. Presentan un largo peciolo y están provistas de dos estípulas rojizas. Su limbo está dividido en tres foliolos con un gran número de estomas (300-400 estomas/mm2), pediculados y de bordes aserrados.

 Flores: Las inflorescencias se pueden desarrollar a partir de una yema terminal de la corona o de yemas axilares de las hojas. La ramificación de la inflorescencia puede ser basal o distal. En el primer caso aparecen varias flores de porte similar, mientras que en el segundo aparece una única flor terminal y otras laterales de menor tamaño.

Botón floral en cultivo de fresa

La flor tiene 5-6 pétalos, 20-35 estambres y varios cientos de pistilos sobre un receptáculo carnoso. Cada óvulo fecundado da lugar a un fruto de tipo aquenio. El desarrollo de los aquenios, distribuidos por la superficie del receptáculo carnoso, estimula el crecimiento y la coloración de éste, dando lugar al fruto, comúnmente llamado fresón.
Flor de fresa no polinizada


 Fruto: Los frutos son pequeños aquenios de color oscuro dispuestos sobre el engrosamiento del receptáculo.
Fruto de fresa inmaduro

Particularidades

Desde un punto de vista agronómico, se distinguen tres grupos:

– Reflorecientes o de día largo
– No reflorecientes o de día corto
– Remontantes o de día neutro

La floración en los dos primeros casos se induce por un determinado fotoperiodo, mientras que en el tercer caso, este factor no interviene. En todo caso, además de influir el fotoperiodo, también lo hacen las temperaturas u horas-frío que puede soportar la planta.

Algunas de las variedades de fresa más cultivadas quedan reflejadas en la siguiente tabla:

VariedadCaracterísticas
CamarosaVariedad de día corto. De elevado vigor y producción de estolones alto. Presenta un fruto grande, de gran firmeza, color rojo oscuro en su exterior y en la pulpa. Es una variedad muy precoz.
Oso GrandeVariedad de día corto. Planta vigorosa, de follaje oscuro y buena adaptación a climas templados. Fruto de gran tamaño, rojo-anaranjado, en forma de cuña con tendencia a aparecer bilobulado. Presenta buena resistencia al transporte.
CartunoLa planta es vigorosa, de follaje importante, con flores destacadas del mismo. Fruto de forma cónica perfecta, de calibre uniforme, color rojo brillante, sabor azucarado, ligeramente más precoz que Oso Grande. Bien adaptada a plantaciones de otoño y verano. Resistente a clorosis férrica.
CarismaPlanta muy vigorosa y rústica, capaz de adaptarse a todo tipo de suelos y climas. Fruto de forma generalmente cónica, de gran tamaño y color rojo suave. Se recomienda para plantación en otoño como planta fresca y en verano como planta frigo conservada. Es una variedad precoz muy productiva.

REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

 Temperatura: El rango óptimo de temperatura durante la fructificación debe oscilar en torno a los 15-20ºC de media anual. Temperaturas por debajo de 12ºC durante el cuajado dan lugar a frutos deformados por el frío. Un periodo prolongado de tiempo muy caluroso (>25ºC), puede originar una maduración y coloración del fruto demasiado rápida, lo cual le impide adquirir un tamaño adecuado para su comercialización. No obstante, el fresón necesita acumular una serie de horas-frío, con temperaturas por debajo de 7ºC, para que su vegetación y fructificación sea abundante.

 Humedad: El rango óptimo de humedad relativa oscila entre el 65 y 70%. Si la presencia de humedad es excesiva, favorece la presencia de enfermedades, mientras que si es deficiente, provoca daños en la producción.

 Luz: En cuanto a la luz, necesitan 12h de luz diarias para tener buena productividad.

 Sustrato: Requiere suelos, preferiblemente arenosos o franco-arenosos, con buena capacidad de aireación y drenaje y alto contenido en materia orgánica. El pH debe oscilar en torno a 6-7.

La granulometría óptima de un suelo para el cultivo del fresón aproximadamente es de:
1. 50% de arena silícea
2. 20% de arcilla
3. 15% de calizas
4. 5% de materia orgánica

Para una buena evolución de la materia orgánica, se debe considerar un valor de C/N de 10.

En cuanto a la salinidad, la fresa no tolera altos niveles. La CEes no debe superar 1mmhos/cm. También es muy sensible a la caliza activa, especialmente a valores superiores al 5%, pues provoca el bloqueo del hierro con la consecuente clorosis.

– Riego: En el cultivo de fresa se fertirriega. La frecuencia y duración del riego depende de las condiciones climáticas, textura del suelo y necesidades de la planta.

Durante el periodo estival, la frecuencia de riego debe ser mayor, realizando 2-3 riegos por semana. Sin embargo, en invierno es conveniente reducir dicha frecuencia.

PROPAGACIÓN

La propagación de plantas de fresa se lleva a cabo mediante multiplicación vegetativa. La multiplicación por semilla únicamente se utiliza para la obtención y mejora de variedades. El procedimiento que llevan a cabo los viveros para la obtención de plantas es el siguiente:

– Selección de plantas madres: Para ello, se escogen las plantas con las características agronómicas deseadas. A continuación, se procede al trasplante de éstas para favorecer la emisión de estolones, de los se extraerán meristemos. Posteriormente, se procede al cultivo in vitro de éstos.
– Obtención de plantas F1: Las plantas obtenidas mediante este procedimiento deben someterse a un periodo de aclimatación para asegurar que el trasplante en invernadero específico, donde se van a plantar individualmente en bateas, sea exitoso. De esta manera se obtienen plantas F1 o plantas pre-base.
– Obtención de plantas F2: Las plantas F1 deben ser trasplantadas al terreno, donde se realiza la propagación vegetativa de éstas, dando lugar a las llamadas planta base o F2, que son las utilizadas como planta madre. De estas plantas se obtienen las plantas certificadas.
– Ruptura del período de latencia: Finalmente estas plántulas son llevadas a los llamados viveros de altura (800-1000m por encima del nivel del mar) cuyo objetivo es satisfacer los requerimientos de horas-frío para romper la latencia antes de ser trasplantadas al terreno de producción.

TÉCNICAS DE CULTIVO

 Preparación del terreno: Antes de llevar a cabo la plantación se requiere la preparación del suelo.

En primer lugar, se realiza una labor de desfonde de unos 50cm de profundidad. A continuación, se procede a la aplicación de materia orgánica (3kg/m2) por medio de una labor superficial de unos 25cm. (En Huelva, esta labor se suele realizar en julio para un ciclo de día corto).

Por lo general, a mediados de verano, se desinfecta el suelo. La técnica más empleada es la solarización. En la mayoría de lugares, esta labor se realiza en caballones (10-25cm de alto y 60-80cm de ancho) que serán posteriormente, el asiento de la plantación.

A medida que se va realizando la desinfección, se aprovecha para efectuar el acolchado de los caballones, así como la colocación del sistema de riego localizado. Normalmente, dichas labores se efectúan al mismo tiempo mediante la utilización de maquinaria específica. El material empleado para el acolchado suele ser polietileno negro. El fin de éste es evitar el crecimiento de malas hierbas, aumentar la temperatura de la rizosfera, evitar la evaporación de agua y el contacto del fruto con el suelo e incrementar la precocidad de la cosecha.

Una vez colocado el plástico, éste se debe perforar mediante la utilización de un rulo. De este modo, se favorece la ventilación (ya que se deben liberar los gases producidos en la solarización) y a la vez se indica la posición de las plantas. Finalmente, a las dos semanas aproximadamente se procede a la plantación.

 Plantación: A la hora de llevar a cabo la plantación, es muy importante determinar el frío requerido por cada variedad, debido a que una insuficiente cantidad del mismo origina un desarrollo débil de las plantas y frutos de reducida consistencia y corta vida post-cosecha. Por lo contrario, un exceso de frío acumulado, da lugar a menor producción, gran crecimiento vegetativo y a la aparición de estolones prematuros.

No obstante, la fresa necesita acumular una serie de horas-frío (número de horas variable según cultivar, aunque empiezan a acumularse generalmente a temperaturas inferiores a los 7ºC). Una vez acumulada la cantidad de frío necesaria, dichas plantas están preparadas para ser cultivadas en el terreno definitivo.

La época de plantación depende de la zona y de la variedad. Si se realizan plantaciones de invierno, se suelen utilizar variedades de día corto, siendo el comienzo de dicha plantación a finales de verano o principios de otoño (en Huelva, la plantación se realiza en septiembre u octubre, dependiendo de la precocidad de la zona). En cambio, si la plantación es de verano, las variedades empleadas suelen ser de día largo y ésta se inicia al comienzo del estío.

En todo caso, las plantas se pueden disponer sobre los caballones en hileras simples o dobles. El marco de plantación suele ser de 25-30cm entre hileras y 25-30cm entre plantas. Tras la plantación, es conveniente realizar varios riegos para que las plántulas enraícen correctamente.

– Colocación de túnel o macrotúnel: Para conseguir la precocidad deseada, se debe instalar un sistema de protección complementario al acolchado al transcurrir aproximadamente 45 días de la plantación.

Se distinguen dos tipos de estructuras de protección:

1) Túneles o microtúneles, los cuales cubren un solo caballón y constan de una estructura de hierro galvanizado formada por arquillos de 6-8mm de diámetro y 2m de ancho.

2) Macrotúnel, que llega a cubrir de 7 a 9 caballones de fresa. En este caso, los arcos son también de hierro galvanizado, de 6 a 7m de ancho y altura variable dependiendo de la estación (3m durante el invierno, y a medida que las temperaturas aumentan, la altura del túnel debe ser mayor para permitir una mayor ventilación).

En ambos casos, se debe mantener el control de las condiciones climáticas, teniendo en cuenta que la temperatura no debe superar los 25ºC, ni la humedad relativa el 70%.

Macrotúneles en cultivo de fresa

 Fertilización: La fresa es una planta exigente en materia orgánica, por lo que es conveniente el aporte de 3kg/m2 de estiércol bien descompuesto, el cual debe ser incorporado al suelo cuando se están realizando las labores de preparación del mismo. Si se cuenta con un suelo excesivamente calizo, es recomendable el aporte adicional de turba de naturaleza ácida a razón de 2kg/m2. Ésta debe ser mezclada con la capa superficial del suelo mediante una labor de fresadora. Los abonos orgánicos fuertes como gallinaza, palomina, etc., deben evitarse o utilizarse a bajas dosis.

Como abonado de fondo se pueden aportar alrededor de 100g/m2 de abono complejo 15-15-15. Por otro lado, mediante riego por gravedad puede llevarse a cabo el abonado de cobertera. El procedimiento consiste en que al comienzo de la floración, cada tercer riego se abona con una mezcla de 15g/m2 de sulfato amónico y 10g/m2 de sulfato potásico, o bien, con 15g/m2 de nitrato potásico y 5cm3/m2 de ácido fosfórico. De este modo, las aplicaciones de N-P-K serán las siguientes:

20g/m2 de nitrógeno (N).
10g/m2 de anhídrido fosfórico (P2O5).
15g/m2 de óxido de potasa (K2O).

El abonado debe interrumpirse aproximadamente 15 días antes de la recolección.

En fertirrigación, al inicio de la floración se debe regar tres veces por semana, aportando las siguientes cantidades de abono en cada riego:

0,25g/m2 de nitrógeno (N)
0,20g/m2 de anhídrido fosfórico (P2O5)
0,15g/m2 de óxido de potasa (K2O)
0,10g/m2 de óxido de magnesio (MgO), si es necesario

A partir de la floración y hasta el final de la recolección, se debe regar diariamente, abonando tres veces por semana con las siguientes cantidades:

0,30g/m2 de nitrógeno (N)
0,30g/m2 de óxido de potasa (K2O)
Dos veces por semana se debe aportar fósforo, a razón de 0,25g/m2 de anhídrido fosfórico (P2O5)
Si hay déficit de magnesio en el suelo, es conveniente aplicar una vez por semana 0,10g/m2 de óxido de magnesio (MgO)

PLAGAS Y ENFERMEDADES

6.1. Plagas

 Araña roja (Tetranychus urticae):Se trata de la plaga más perjudicial en el cultivo de fresa. Aparece fundamentalmente cuando las temperaturas son altas (30ºC) y el ambiente seco. Los síntomas que aparecen son unos puntitos de color amarillo en el haz de las hojas y a lo largo de los nervios principales.

Posteriormente, estas punteaduras se tornan de color marrón y se abarquillan, obteniendo un aspecto polvoriento. Finalmente, dichas hojas se desecan y caen. Si el ataque es muy fuerte, la planta amarillea, se torna de color cobrizo y acaba muriendo. También es frecuente encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas.

Para evitar la propagación de esta plaga, se deben llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
– Aumento de la humedad relativa
– Manejo de material vegetal sano
– Eliminación de malas hierbas y material infestado
– Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas
– Evitar exceso de abono nitrogenado
– Uso de plantas cebo
– Tratamientos químicos durante el invierno, ya que en este periodo la plaga permanece inactiva

Otro método de control es la lucha biológica mediante la utilización del ácaro depredador Phytoseiulus persimilis. Si la infestación es severa, será necesaria la intervención química. Es fundamental realizar aplicaciones alternando acaricidas de fórmula o con modo de acción diferente para así evitar la aparición de resistencias.

 Trips (Frankliniella occidentalis)Se trata de una plaga que afecta principalmente a flores y frutos. En las flores, los síntomas se manifiestan con pequeñas lesiones sobre la base de la flor, dando lugar a una necrosis prematura de los estambres que puede dar lugar al aborto de la flor.

En el fruto, los síntomas se manifiestan con pequeñas manchas de color pardo durante los primeros estadíos de desarrollo de éste, el cual finalmente se convierte en un fruto de aspecto bronceado y blando.

Para el control de esta plaga, es conveniente la realización de medidas preventivas como:
– Colocación de trampas adhesivas azules a la altura del cultivo.
– Colocación de plantas-reservorio alejadas del lugar de plantación
– Eliminación de malas hierbas
– Empleo de mallas antitrip (0,037mm2)

Para su control, la lucha biológica mediante la utilización de Amblyseius swirskii u Orius resulta efectiva en invernaderos. Por último, para el control químico de la plaga se recomienda realizar aplicaciones con insecticidas compatibles con la fauna auxiliar cuando la densidad de población es baja, evitando así la presencia de diferentes estadíos. Si la densidad de población de los trips es alta, las aplicaciones se deberán realizar con más frecuencia.

– Heliothis zeaSe trata de una plaga que aparece principalmente en primavera causando daños en flores, frutos y hojas.

Para el control de esta plaga se recomienda:
– Eliminar frutos dañados
– Eliminar malas hierbas
– Usar trampas con feromonas específicas

Para el control biológico de H. zea se utilizan parasitoides como Trichogramma pretiosum.

Enfermedades

 Podredumbre gris (Botrytis cinerea)Los hongos causantes de esta enfermedad se desarrollan en condiciones de alta humedad relativa (95%) y temperaturas entre los 15-20ºC. Los daños pueden aparecer en cualquier parte de la planta, pero se suelen localizar fundamentalmente en el fruto, siendo más frecuente debajo del cáliz. Originan manchas color pardo, donde se extienden rápidamente las fructificaciones del hongo.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, aumentando el marco de plantación o ventilando. También es conveniente retirar tejidos enfermos utilizando siempre herramientas desinfectadas. Además, se deben realizar tratamientos preventivos alternando productos de diferentes grupos sistémicos.

 Oidio (Sphaerotheca macularis f. sp. fragariae): El hongo causante de esta enfermedad se desarrolla preferiblemente en condiciones de elevada humedad y temperatura comprendida entre 15-27ºC. Dicha enfermedad se manifiesta dando lugar a un polvo blanco (micelio) en el envés de las hojas, con la consiguiente decoloración en el haz. Finalmente, se observan manchas púrpuras o rojizas en el envés. Además, se produce el curvamiento de los márgenes de las hojas hacia arriba. En el fruto, los síntomas se manifiestan con la presencia de micelio que llega a envolverlo por completo.

Para controlar esta enfermedad se deben realizar una serie de medidas preventivas como: establecer un correcto marco de plantación, eliminación de malas hierbas y plantas sintomáticas, desinfectación de herramientas, etc. En cuanto al control químico, se recomienda realizar un tratamiento preventivo con fungicidas sistémicos durante el invierno y al comienzo de la primavera.

 Mancha púrpura (Mycosphaerella fragariae): El hongo causante de esta enfermedad, también conocida como viruela, se ve favorecido en condiciones de alta humedad relativa y temperaturas suaves (15-20ºC). Dicha enfermedad se manifiesta con pequeñas manchas circulares (2 a 3mm de diámetro) de color rojo oscuro en el haz de las hojas normalmente. Finalmente, dichas manchas se tornan de color blanco o pardo con el borde púrpura.

Para su control se recomienda llevar a cabo medidas preventivas como: eliminación de material vegetal sintomático, favorecer la aireación del cultivo, evitar excesos de fertilización nitrogenada, etc.

 Bacterias (Xanthomonas fragariae): La bacteria causante de esta enfermedad se ve favorecida por temperaturas en torno a los 20ºC y humedad relativa elevada. Dicha enfermedad se manifiesta con la presencia de manchas translúcidas de aspecto aceitoso en el envés de las hojas, que conforme avanza la enfermedad, dichas manchas se van uniendo tomando una coloración necrótica.

El control químico contra esta bacteria no resulta muy efectivo, por lo que su control se basa en el manejo preventivo. Se deben usar plántulas certificadas, eliminar el material vegetal infectado, evitar la presencia de agua libre en las plantas ya que ésta facilita la diseminación de la bacteria, etc.

– Antracnosis (Colletotrichum sp.): Por lo general, la fuente primaria de inóculo proviene de plantas infectadas en el vivero. El hongo causante de esta enfermedad se ve favorecido por la presencia de alta humedad relativa y temperatura (20-30ºC).

El síntoma más característico de esta enfermedad es la marchitez y el colapso de las plantas. En los tallos y estolones se observan manchas circulares de color pardo-negruzco, y en el fruto se producen manchas hundidas de coloración parda y cubiertas de esporas rosadas o anaranjadas.

Para el controlquímico se recomienda realizar aplicaciones preventivas durante la floración y durante el desarrollo de los frutos. Si se presentan los primeros síntomas de esta enfermedad, se debe recurrir a la aplicación de fungicidas autorizados.

Hongos del suelo: Entre los hongos de suelo que más daños producen al cultivo de la fresa se encuentran: Fusarium sp., Phytophthora sp., Rhizoctonia sp., Rhizopus sp., Pythium sp., Cladosporium sp., Alternaria sp. y Penicillium sp. Estos hongos afectan a la planta desde su sistema radical o zona cortical del cuello dando lugar a podredumbres. Algunos de ellos como Rhizopus sp., Rhizoctonia sp., Fusarium sp., Sclerotinia sp., Penicilliumexpansum, etc., afectan a los frutos después de ser cosechados, por lo que es conveniente almacenarlos a bajas temperaturas lo antes posible.

El control para este grupo de hongos es complejo, por lo que se deben evitar las plantaciones en terrenos mal drenados, arcillosos o en los que hayan sido cultivados con un huésped susceptible a estos patógenos.

FISIOPATÍAS

Albinismo de la fresa: Esta fisiopatía se puede deber a un crecimiento acelerado como consecuencia de un exceso de nitrógeno.

Elevadas temperaturas y fuertes vientos provocan la pérdida de agua en las plantas. Estas condiciones climáticas pueden estresar la planta y consecuentemente debilitarla, disminuyendo así el tamaño de los frutos.

– Un exceso de sales puede ocasionar fitotoxicidades evidentes en los márgenes de las hojas y la disminución del crecimiento de la planta.

COSECHA Y POSTCOSECHA

La época de recolección y la frecuencia de los pases varían según la zona y el mes en el que se esté realizando esta labor. Ésta se lleva a cabo de forma manual con total delicadeza, y es conveniente cosechar cuando el fruto presente el color típico de la variedad entre ½ y ¾ partes de la superficie, dependiendo del destino del mercado. Además los frutos deben conservar el cáliz y parte del pedúnculo.

Una vez cosechada, debe seleccionarse y empacarse el mismo día de su recolección. La selección de las frutas se basa en el grado de maduración, diámetro de la corona y sanidad de las frutas fundamentalmente.

Existen normas establecidas para cada tamaño. No obstante, estas medidas y nombres de calidad pueden cambiar según la empresa comercializadora y el país al que vaya dirigido.

CategoríaDiámetro
Extragrande>40mm
Grande35-40mm
Mediana30-35mm
Pequeña25-30mm

El empaque de la fresa se debe realizar en campo. Por lo general, se debe colocar el fruto en envases de plástico, y a su vez éstos en cajas de cartón que albergan unos ocho envases de plástico. Una vez seleccionada y empacada la fruta, se procede lo antes posible al almacenamiento en cámaras frigoríficas a temperaturas entre 2-5ºC.

En estas condiciones, la fruta se puede mantener entre 7 y 10 días en función de la variedad. Para su mayor conservación, se recomienda almacenar los frutos en condiciones de atmósfera modificada (2% CO2 y 15-20% O2 a una temperatura de 0ºC). En estas condiciones se pueden conservar hasta 30 días.

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El cultivo de la Pitahaya

Pitahaya

El género al que pertenece la pitahaya es originario de América Central. Concretamente esta especie se corresponde con una planta perenne, de porte rastrero y abundante ramificación.

TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaCactaceae
GéneroHylocereus
EspecieH. undatus
H. megalanthus
Nombre comúnPitahaya, Pitaya, Fruta del dragón

El géneroHylocereus es originario de América tropical, principalmente de América central y el Caribe. Entre las especies más cultivadas se encuentra Hylocereus undatus.

MORFOLOGÍA

Se trata de una planta perenne de carácter epfítico o terrestre, de porte rastrero y abundante ramificación. Pueden llegar a alcanzar de 0,5 a 2m de largo.

Raíz: La pitaya presenta dos tipos de raíces: 1) Las raíces primarias forman un sistema de raíces delgadas y superficiales con función de absorción y 2) las raíces secundarias o adventicias se desarrollan en la parte aérea con función de sostén.

Tallo: Los tallos o vainas son muy ramificados, de color verde, suculentos, con tres aristas o caras y articulados por secciones rectas. Los bordes de las vainas presentan areolas, en las cuales se encuentran grupos de espinas de 2 a 4mm, consideradas hojas modificadas. De la parte superior de las areolas nacen flores y ramificaciones. El tallo actúa como regulador hídrico y participa en la fotosíntesis.

Flor: Presenta flores hermafroditas, grandes (15-30cm de largo), tubulares y de color blanco, amarillento o rosado. De la parte inferior de la flor nacen grandes segmentos lanceolados, delgados y acuminados de color crema. Sus flores abren durante la noche, las cuales se encuentran orientadas hacia la luz de la luna.

Pueden darse 5-6 ciclos de floración, donde en una misma planta pueden coincidir varios estadíos fenológicos. Muchas de las especies requieren polinización cruzada, aunque son autofértiles.

Fruto: Se trata de una baya con forma oval, de unos 6-12cm de diámetro y de color rojo o amarillo. La mayoría de las especies presentan una epidermis carnosa con brácteas triangulares de aspecto ceroso. La pulpa del fruto es translúcida, conteniendo en su interior numerosas semillas negras. Concretamente, la especie Selenicereus megalanthus presenta una epidermis amarilla, tuberosa y provista de espinas.

REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

Temperatura: La pitahaya prefiere climas cálidos subhúmedos. No obstante, también se desarrolla adecuadamente en climas secos. La temperatura óptima para el desarrollo de la planta oscila en torno a 16-25ºC, no tolerando las bajas temperaturas. Por otro lado, temperaturas superiores a los 38ºC pueden originar daños por quemaduras.

Luz: El cultivo de la pitaya requiere de alta luminosidad para el desarrollo de los diferentes procesos fisiológicos. Una adecuada iluminación estimula la brotación de las yemas florales.

La exposición prolongada a radiación solar directa puede ser perjudicial para la pitaya, por lo que es conveniente que su exposición sea parcial (sombra en un 30%). Sin embargo, un exceso de sombra puede provocar la disminución de la producción.

Sustrato: Se trata de una planta, que debido a su rusticidad, se adapta a suelos secos, pobres y pedregosos. No obstante, prefieren suelos franco-arenosos, húmedos, con buen drenaje por su sensibilidad al encharcamiento, ricos en materia orgánica y pH ligeramente ácido (5,5-6,5).

Riego: Se trata de una planta que no requiere abundante agua. Se deben dar riegos de apoyo durante los dos primeros años de la plantación con el objetivo de estimular un adecuado crecimiento vegetativo. Los siguientes años, únicamente se debe regar durante la floración ya que si se riega durante la época de sequía puede provocar una disminución de la floración.

PROPAGACIÓN

La multiplicación más usual de la pitahaya es mediante propagación vegetativa por medio de estacas. La propagación por semillas no es aconsejable, ya que es un proceso muy lento, pudiendo transcurrir para ser una planta productiva, al menos 7 años.

La propagación vegetativa por esquejes consiste en cortar tallos de unos 25-30cm de longitud procedentes de plantas madre. Los tallos seleccionados deben ser de al menos dos años de edad. Seguidamente, se deben dejar cicatrizar durante 3-7días a la sombra. 

A posteriori se procede a la siembra en bolsas de vivero de 20x30cm. Antes de esta labor es recomendable la desinfección de las vainas con fungicidas y bactericidas y el sustrato empleado debe tener una buena capacidad de drenaje y ser rico en materia orgánica. Además, resulta importante inocularlo con micorrizas.

Las estacas se deben colocar con la misma orientación que tenían en la planta madre, cortando el extremo apical para interrumpir la dormancia y que la emisión de brotes sea más rápida. Los riegos han de ser periódicos, así como la eliminación de malas hierbas. En estas condiciones, el material vegetal debe permanecer unos 3-4 meses antes del trasplante definitivo.

TÉCNICAS DE CULTIVO

Preparación de suelo: La preparación del suelo se debe realizar al menos un mes antes de la plantación. Para ello, se debe dar una labor de subsolado para mantener el suelo aireado y con buena capacidad de drenaje. Es recomendable realizar un análisis de suelo para llevar a cabo la aportación de enmiendas y correcciones necesarias.

Plantación: La plantación de pitahaya, previamente enraizada, se lleva a cabo al inicio del invierno. Por el contrario, si se realiza durante la estación seca, se debe dar un riego abundante tanto antes de la siembra y como después de la misma, así como incorporar materia orgánica (hojarasca, aserrín, etc.) para evitar altas temperaturas y reducir las pérdidas de humedad.

La plantación también se puede llevar a cabo por medio de siembra directa de estacas. Este tipo de plantación, se realiza a mediados de otoño. Es recomendable colocar tres vainas por soporte, siendo el marco de plantación más usual de 3x3m y orientación norte-sur. Para una plantación intensiva, se recomienda un marco de 3×1,5m.

Durante la colocación de las plantas enraizadas, se debe retirar la bolsa de plástico sin dañar las raíces. Por último, es conveniente realizar un aporcado de tierra alrededor de las plantas.

Tutorado: Esta labor se lleva a cabo al inicio de la plantación. Existen dos tipos de tutores:

Vivos: Deben ser árboles de rápido crecimiento y enraizamiento, de corteza suave, resistentes a plagas y enfermedades y que no sean hospederos de plagas y enfermedades que afecten a la pitaya. Este tipo de tutor tiene la ventaja de ofrecer a la pitahaya la sombra que necesitan.

De todos modos, se deben podar frecuentemente con el fin de evitar rebrotes que compitan por la luz solar.Algunas de las plantas más frecuentes son: Madero Negro (Gliricidia sepium), Helequeme (Erithrina poepigiana) y Chilamate (Ficus alobata).

Inertes: Estos tutores normalmente son de madera y deben ser resistentes, ya que tienen que soportar el peso de la planta de pitahaya.

Los sistemas de tutorado más utilizados son los siguientes:

Sistema tradicional: Este sistema consiste en la colocación de un tutor junto a la plántula. El tutor debe ser de al menos 3m de largo con un diámetro superior a 10cm y capaz de soportar el peso de la planta.

Sistema de espaldera tradicional: Este método consiste en la colocación de soportes de 2,5m de alto, separados a una distancia de 3m. Los postes quedan unidos por dos alambres cubiertos con una manguera para evitar que la planta sufra daños. Un alambre se sitúa en la parte superior del poste y el otro a 50cm desde el suelo. Es recomendable colocar un tutor de apoyo junto a cada planta, con el fin de ayudar a ésta a alcanzar la parte superior de la espaldera.

Sistema de espaldera el “T”: Con este sistema las ramas productivas cuelgan sobre las calles, facilitando así la cosecha del fruto.Consiste en colocar una serie de postes de unos 2m de alto y en forma de “T” sobre un eje principal. La distancia entre postes suele ser de 3m y, generalmente son de madera. En cada extremo se sujeta una hilera de alambre galvanizado cubierto de una manguera.

Poda: La pitaya es una planta que crece muy rápido, formando una masa densa de tallos. Por este motivo, la poda es una labor imprescindible para mantener la plantación en buenas condiciones.

Existen varios tipos de poda:

Poda de formación: Esta poda se realiza desde el inicio de la plantación. Consiste en la eliminación de todos los brotes dejando una o dos vainas hasta que alcancen el extremo del soporte. Los tallos laterales deben ser eliminados. Una vez alcanzada la cima, se debe despuntar la planta, permitiendo así el desarrollo de vainas laterales desde el extremo.

Poda de limpieza: Esta poda consiste en la eliminación de aquellas vainas que han sido afectadas por plagas o enfermedades y/o que se encuentren mal ubicadas. El corte de los tallos se debe hacer en el entrenudo y el material afectado debe quemarse o enterrarse fuera de la plantación.

Poda de producción: Esta poda se suele realizar a partir del tercer año de la plantación. Consiste en la eliminación de las vainas improductivas situadas en la parte inferior del tallo principal. El objetivo principal es mejorar la aireación, permitir una mayor exposición a la luz solar, evitar el peso excesivo de la planta y disminuir el exceso de humedad.

Polinización

Existen variedades de pitaya tanto autocompatibles como autoincompatibles. No obstante, se ha demostrado que la polinización cruzada de forma manual da lugar a una producción mayor y de mejor calidad.

La polinización cruzada debe llevarse a cabo desde antes de la apertura de la flor. Consiste en cubrir el estigma de una flor con el polen de otra flor diferente o incluso de otra especie. Para ello, se recurre a la ayuda de un pincel. Por otro lado, también es importante saber que el polen puede almacenarse durante 3- 9 meses a una temperatura aproximada de -18ºC.

Fertilización

Previamente a la fertilización, es recomendable realizar un análisis de suelo.Por lo general, la pitaya es una planta exigente en potasio y nitrógeno, y en menor medida en fósforo. La aplicación del fertilizante, se realiza en zanjas circulares alrededor de la planta.

Durante el verano, es conveniente realizar aplicaciones foliares de fertilizantes, ya que favorecen la floración y la fructificación.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Plagas

Chinche patón (Leptoglossus zonatus):Se trata de una plaga que afecta a la pitaya durante los meses secos. Tanto las larvas como los adultos originan daños al alimentarse de las vainas, ya que succionan la savia provocando clorosis en ellas. Además, también afectan a los botones florales, cuyos síntomas se manifiestan con un cierto color rojizo. Por otro lado, también provocan daños indirectos ya que las heridas originadas se convierten en puntos de entrada de hongos y bacterias.

Para su control se deben realizar monitoreos, observando si en el haz de las vainas existe presencia de huevos-plaga. Además, se deben eliminar las malas hierbas, podar la planta favoreciendo una adecuada aireación, eliminar material vegetal afectado, aplicar productos preventivos, etc.

Mosca del botón floral (Dasiops saltans): Se trata de un díptero que afecta generalmente a la pitaya amarilla (H. megalanthus). Esta plaga origina daños al alimentarse de las estructuras internas del botón floral, causando la deformación y posterior caída de éste. Los botones florales afectados se tornan de color rojizo. Este síntoma se distingue del ataque de la chinche patón, en que este último origina un color pardo en las anteras y pistilos.

El control químico para combatir esta plaga no es muy efectivo debido a la rápida aparición de resistencias. Por tanto, se recomienda monitorear la plaga, además de usar trampas McPhail con atrayentes de proteínas hidrolizadas a base de maíz y soja.

Hormiga (Attacephalotes):Esta plaga afecta a vainas, botones florales y frutos, produciendo daños que reducen la calidad del fruto.

Para su control biológico se puede utilizar la cepa LBB-1 de Beauveria bassiana. Otro método de control consiste en la introducción de plantas repelentes como el vetiver (Chrysopogon zizanioides).

Picudo negro (Metamasius sp.):Se trata de una plaga, cuyos principales daños son causados por las larvas al perforar galerías en el interior de los tallos. El adulto causa daños en las vainas de las hojas como consecuencia de la oviposición. También afectan a botones florales y frutos, originando deformaciones y pudriciones en el fruto.

El control químico es poco eficiente y para el control biológico, existen especies de bracónidos que parasitan al picudo negro.

Barrenador del tallo (Maracayia chlorisalis):Los daños son producidos por las larvas que penetran en el interior de las vainas, originando cavidades en su interior. Como consecuencia, el tejido vegetal comienza a pudrirse. Las heridas causadas son un punto de entrada de enfermedades. Para el control es conveniente llevar a cabo el monitoreo de la plaga, aplicando aceite de neem antes de que ésta perfore las vainas.

Enfermedades

Pudrición del tallo (Erwinia carotovora):Se trata de la enfermedad más perjudicial para la pitaya. Los síntomas se manifiestan con manchas cloróticas, pudiendo llegar a cubrir toda la vaina, hasta originar una pudrición acuosa.

El control químico para combatir esta enfermedad no es efectivo, por lo que se debe recurrir a medidas preventivos como: eliminación del material vegetal afectado, mantenimiento del follaje seco, evitar heridas en las plantas, desinfección de herramientas de poda, etc.

Ojo de pescado (Dothiorella sp.): Los síntomas de esta enfermedad se manifiestan en las vainas por la presencia de pequeñas manchas circulares de color pardo con puntos anaranjados en el centro. Para controlarla se recomienda llevar a cabo una serie de medidas preventivas como: plantación de material sano, eliminación del material vegetal afectado mantenimiento del follaje seco, evitar heridas en las plantas, desinfección de herramientas de poda, etc.

Antracnosis (Colletotrichum sp.):El hongo causante de esta enfermedad se ve favorecido por la presencia de alta humedad relativa y temperatura (20-30ºC). Los síntomas se manifiestan en vainas y frutos con la presencia de manchas circulares de color negro y hundidas.

El síntoma más característico de esta enfermedad es la marchitez y el colapso de las plantas. En los tallos y estolones se observan manchas circulares de color pardo-negruzco, mientras que en el fruto se producen manchas hundidas de coloración parda y cubiertas de esporas rosadas o anaranjadas.

Se deben realizar una serie de medidas preventivas para llevar a cabo el manejo de esta enfermedad, tales como:
– Plantación de material vegetal sano.
– Eliminación de material vegetal afectado.
– Desinfección del material empleado.
– Suelos con buena capacidad de drenaje.

Para su control químico se recomienda realizar aplicaciones preventivas durante la floración y el desarrollo de frutos. Si se presentan los primeros síntomas de esta enfermedad, se debe recurrir a la aplicación de fungicidas autorizados.

COSECHA Y POSTCOSECHA

La pitahaya tiene una producción escalonada que va desde mediados de otoño a principios de primavera, pudiendo extenderse incluso hasta finales de primavera. La recolección de los frutos debe hacerse cuando están maduros, iniciando el corte desde el pedúnculo con cuidado de no dañar al fruto ni a la vaina. Los frutos deben presentarse en perfecto estado, sin manchas, cicatrices y asintomáticos.

Es conveniente llevar a cabo el pre-enfriamiento de los frutos con el fin de retrasar el proceso de maduración. Esta labor consiste en sumergir los frutos en agua fría con un detergente específico. Posteriormente, se procede a la desinfección y secado de frutos.

Previamente al empaquetamiento se debe realizar una clasificación según el tamaño y peso del fruto.

CategoríaDiámetro (cm)Peso (g)
I20-25250-300
II25-30400-450

Para exportación, la forma más usual de empaque se realiza en cajas de cartón, con los frutos separados entre sí y en una cantidad de 9-12 unidades por caja.

Finalmente, los frutos deben ser almacenados a una temperatura de 10-12ºC y una humedad relativa de 80-85%.

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