El cultivo de la Pitahaya

El género al que pertenece la pitahaya es originario de América Central. Concretamente esta especie se corresponde con una planta perenne, de porte rastrero y abundante ramificación.

TAXONOMÍA Y ORIGEN

FamiliaCactaceae
GéneroHylocereus
EspecieH. undatus
H. megalanthus
Nombre comúnPitahaya, Pitaya, Fruta del dragón

El géneroHylocereus es originario de América tropical, principalmente de América central y el Caribe. Entre las especies más cultivadas se encuentra Hylocereus undatus.

MORFOLOGÍA

Se trata de una planta perenne de carácter epfítico o terrestre, de porte rastrero y abundante ramificación. Pueden llegar a alcanzar de 0,5 a 2m de largo.

Raíz: La pitaya presenta dos tipos de raíces: 1) Las raíces primarias forman un sistema de raíces delgadas y superficiales con función de absorción y 2) las raíces secundarias o adventicias se desarrollan en la parte aérea con función de sostén.

Tallo: Los tallos o vainas son muy ramificados, de color verde, suculentos, con tres aristas o caras y articulados por secciones rectas. Los bordes de las vainas presentan areolas, en las cuales se encuentran grupos de espinas de 2 a 4mm, consideradas hojas modificadas. De la parte superior de las areolas nacen flores y ramificaciones. El tallo actúa como regulador hídrico y participa en la fotosíntesis.

Flor: Presenta flores hermafroditas, grandes (15-30cm de largo), tubulares y de color blanco, amarillento o rosado. De la parte inferior de la flor nacen grandes segmentos lanceolados, delgados y acuminados de color crema. Sus flores abren durante la noche, las cuales se encuentran orientadas hacia la luz de la luna.

Pueden darse 5-6 ciclos de floración, donde en una misma planta pueden coincidir varios estadíos fenológicos. Muchas de las especies requieren polinización cruzada, aunque son autofértiles.

Fruto: Se trata de una baya con forma oval, de unos 6-12cm de diámetro y de color rojo o amarillo. La mayoría de las especies presentan una epidermis carnosa con brácteas triangulares de aspecto ceroso. La pulpa del fruto es translúcida, conteniendo en su interior numerosas semillas negras. Concretamente, la especie Selenicereus megalanthus presenta una epidermis amarilla, tuberosa y provista de espinas.

REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

Temperatura: La pitahaya prefiere climas cálidos subhúmedos. No obstante, también se desarrolla adecuadamente en climas secos. La temperatura óptima para el desarrollo de la planta oscila en torno a 16-25ºC, no tolerando las bajas temperaturas. Por otro lado, temperaturas superiores a los 38ºC pueden originar daños por quemaduras.

Luz: El cultivo de la pitaya requiere de alta luminosidad para el desarrollo de los diferentes procesos fisiológicos. Una adecuada iluminación estimula la brotación de las yemas florales.

La exposición prolongada a radiación solar directa puede ser perjudicial para la pitaya, por lo que es conveniente que su exposición sea parcial (sombra en un 30%). Sin embargo, un exceso de sombra puede provocar la disminución de la producción.

Sustrato: Se trata de una planta, que debido a su rusticidad, se adapta a suelos secos, pobres y pedregosos. No obstante, prefieren suelos franco-arenosos, húmedos, con buen drenaje por su sensibilidad al encharcamiento, ricos en materia orgánica y pH ligeramente ácido (5,5-6,5).

Riego: Se trata de una planta que no requiere abundante agua. Se deben dar riegos de apoyo durante los dos primeros años de la plantación con el objetivo de estimular un adecuado crecimiento vegetativo. Los siguientes años, únicamente se debe regar durante la floración ya que si se riega durante la época de sequía puede provocar una disminución de la floración.

PROPAGACIÓN

La multiplicación más usual de la pitahaya es mediante propagación vegetativa por medio de estacas. La propagación por semillas no es aconsejable, ya que es un proceso muy lento, pudiendo transcurrir para ser una planta productiva, al menos 7 años.

La propagación vegetativa por esquejes consiste en cortar tallos de unos 25-30cm de longitud procedentes de plantas madre. Los tallos seleccionados deben ser de al menos dos años de edad. Seguidamente, se deben dejar cicatrizar durante 3-7días a la sombra. 

A posteriori se procede a la siembra en bolsas de vivero de 20x30cm. Antes de esta labor es recomendable la desinfección de las vainas con fungicidas y bactericidas y el sustrato empleado debe tener una buena capacidad de drenaje y ser rico en materia orgánica. Además, resulta importante inocularlo con micorrizas.

Las estacas se deben colocar con la misma orientación que tenían en la planta madre, cortando el extremo apical para interrumpir la dormancia y que la emisión de brotes sea más rápida. Los riegos han de ser periódicos, así como la eliminación de malas hierbas. En estas condiciones, el material vegetal debe permanecer unos 3-4 meses antes del trasplante definitivo.

TÉCNICAS DE CULTIVO

Preparación de suelo: La preparación del suelo se debe realizar al menos un mes antes de la plantación. Para ello, se debe dar una labor de subsolado para mantener el suelo aireado y con buena capacidad de drenaje. Es recomendable realizar un análisis de suelo para llevar a cabo la aportación de enmiendas y correcciones necesarias.

Plantación: La plantación de pitahaya, previamente enraizada, se lleva a cabo al inicio del invierno. Por el contrario, si se realiza durante la estación seca, se debe dar un riego abundante tanto antes de la siembra y como después de la misma, así como incorporar materia orgánica (hojarasca, aserrín, etc.) para evitar altas temperaturas y reducir las pérdidas de humedad.

La plantación también se puede llevar a cabo por medio de siembra directa de estacas. Este tipo de plantación, se realiza a mediados de otoño. Es recomendable colocar tres vainas por soporte, siendo el marco de plantación más usual de 3x3m y orientación norte-sur. Para una plantación intensiva, se recomienda un marco de 3×1,5m.

Durante la colocación de las plantas enraizadas, se debe retirar la bolsa de plástico sin dañar las raíces. Por último, es conveniente realizar un aporcado de tierra alrededor de las plantas.

Tutorado: Esta labor se lleva a cabo al inicio de la plantación. Existen dos tipos de tutores:

Vivos: Deben ser árboles de rápido crecimiento y enraizamiento, de corteza suave, resistentes a plagas y enfermedades y que no sean hospederos de plagas y enfermedades que afecten a la pitaya. Este tipo de tutor tiene la ventaja de ofrecer a la pitahaya la sombra que necesitan.

De todos modos, se deben podar frecuentemente con el fin de evitar rebrotes que compitan por la luz solar.Algunas de las plantas más frecuentes son: Madero Negro (Gliricidia sepium), Helequeme (Erithrina poepigiana) y Chilamate (Ficus alobata).

Inertes: Estos tutores normalmente son de madera y deben ser resistentes, ya que tienen que soportar el peso de la planta de pitahaya.

Los sistemas de tutorado más utilizados son los siguientes:

Sistema tradicional: Este sistema consiste en la colocación de un tutor junto a la plántula. El tutor debe ser de al menos 3m de largo con un diámetro superior a 10cm y capaz de soportar el peso de la planta.

Sistema de espaldera tradicional: Este método consiste en la colocación de soportes de 2,5m de alto, separados a una distancia de 3m. Los postes quedan unidos por dos alambres cubiertos con una manguera para evitar que la planta sufra daños. Un alambre se sitúa en la parte superior del poste y el otro a 50cm desde el suelo. Es recomendable colocar un tutor de apoyo junto a cada planta, con el fin de ayudar a ésta a alcanzar la parte superior de la espaldera.

Sistema de espaldera el “T”: Con este sistema las ramas productivas cuelgan sobre las calles, facilitando así la cosecha del fruto.Consiste en colocar una serie de postes de unos 2m de alto y en forma de “T” sobre un eje principal. La distancia entre postes suele ser de 3m y, generalmente son de madera. En cada extremo se sujeta una hilera de alambre galvanizado cubierto de una manguera.

Poda: La pitaya es una planta que crece muy rápido, formando una masa densa de tallos. Por este motivo, la poda es una labor imprescindible para mantener la plantación en buenas condiciones.

Existen varios tipos de poda:

Poda de formación: Esta poda se realiza desde el inicio de la plantación. Consiste en la eliminación de todos los brotes dejando una o dos vainas hasta que alcancen el extremo del soporte. Los tallos laterales deben ser eliminados. Una vez alcanzada la cima, se debe despuntar la planta, permitiendo así el desarrollo de vainas laterales desde el extremo.

Poda de limpieza: Esta poda consiste en la eliminación de aquellas vainas que han sido afectadas por plagas o enfermedades y/o que se encuentren mal ubicadas. El corte de los tallos se debe hacer en el entrenudo y el material afectado debe quemarse o enterrarse fuera de la plantación.

Poda de producción: Esta poda se suele realizar a partir del tercer año de la plantación. Consiste en la eliminación de las vainas improductivas situadas en la parte inferior del tallo principal. El objetivo principal es mejorar la aireación, permitir una mayor exposición a la luz solar, evitar el peso excesivo de la planta y disminuir el exceso de humedad.

Polinización

Existen variedades de pitaya tanto autocompatibles como autoincompatibles. No obstante, se ha demostrado que la polinización cruzada de forma manual da lugar a una producción mayor y de mejor calidad.

La polinización cruzada debe llevarse a cabo desde antes de la apertura de la flor. Consiste en cubrir el estigma de una flor con el polen de otra flor diferente o incluso de otra especie. Para ello, se recurre a la ayuda de un pincel. Por otro lado, también es importante saber que el polen puede almacenarse durante 3- 9 meses a una temperatura aproximada de -18ºC.

Fertilización

Previamente a la fertilización, es recomendable realizar un análisis de suelo.Por lo general, la pitaya es una planta exigente en potasio y nitrógeno, y en menor medida en fósforo. La aplicación del fertilizante, se realiza en zanjas circulares alrededor de la planta.

Durante el verano, es conveniente realizar aplicaciones foliares de fertilizantes, ya que favorecen la floración y la fructificación.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Plagas

Chinche patón (Leptoglossus zonatus):Se trata de una plaga que afecta a la pitaya durante los meses secos. Tanto las larvas como los adultos originan daños al alimentarse de las vainas, ya que succionan la savia provocando clorosis en ellas. Además, también afectan a los botones florales, cuyos síntomas se manifiestan con un cierto color rojizo. Por otro lado, también provocan daños indirectos ya que las heridas originadas se convierten en puntos de entrada de hongos y bacterias.

Para su control se deben realizar monitoreos, observando si en el haz de las vainas existe presencia de huevos-plaga. Además, se deben eliminar las malas hierbas, podar la planta favoreciendo una adecuada aireación, eliminar material vegetal afectado, aplicar productos preventivos, etc.

Mosca del botón floral (Dasiops saltans): Se trata de un díptero que afecta generalmente a la pitaya amarilla (H. megalanthus). Esta plaga origina daños al alimentarse de las estructuras internas del botón floral, causando la deformación y posterior caída de éste. Los botones florales afectados se tornan de color rojizo. Este síntoma se distingue del ataque de la chinche patón, en que este último origina un color pardo en las anteras y pistilos.

El control químico para combatir esta plaga no es muy efectivo debido a la rápida aparición de resistencias. Por tanto, se recomienda monitorear la plaga, además de usar trampas McPhail con atrayentes de proteínas hidrolizadas a base de maíz y soja.

Hormiga (Attacephalotes):Esta plaga afecta a vainas, botones florales y frutos, produciendo daños que reducen la calidad del fruto.

Para su control biológico se puede utilizar la cepa LBB-1 de Beauveria bassiana. Otro método de control consiste en la introducción de plantas repelentes como el vetiver (Chrysopogon zizanioides).

Picudo negro (Metamasius sp.):Se trata de una plaga, cuyos principales daños son causados por las larvas al perforar galerías en el interior de los tallos. El adulto causa daños en las vainas de las hojas como consecuencia de la oviposición. También afectan a botones florales y frutos, originando deformaciones y pudriciones en el fruto.

El control químico es poco eficiente y para el control biológico, existen especies de bracónidos que parasitan al picudo negro.

Barrenador del tallo (Maracayia chlorisalis):Los daños son producidos por las larvas que penetran en el interior de las vainas, originando cavidades en su interior. Como consecuencia, el tejido vegetal comienza a pudrirse. Las heridas causadas son un punto de entrada de enfermedades. Para el control es conveniente llevar a cabo el monitoreo de la plaga, aplicando aceite de neem antes de que ésta perfore las vainas.

Enfermedades

Pudrición del tallo (Erwinia carotovora):Se trata de la enfermedad más perjudicial para la pitaya. Los síntomas se manifiestan con manchas cloróticas, pudiendo llegar a cubrir toda la vaina, hasta originar una pudrición acuosa.

El control químico para combatir esta enfermedad no es efectivo, por lo que se debe recurrir a medidas preventivos como: eliminación del material vegetal afectado, mantenimiento del follaje seco, evitar heridas en las plantas, desinfección de herramientas de poda, etc.

Ojo de pescado (Dothiorella sp.): Los síntomas de esta enfermedad se manifiestan en las vainas por la presencia de pequeñas manchas circulares de color pardo con puntos anaranjados en el centro. Para controlarla se recomienda llevar a cabo una serie de medidas preventivas como: plantación de material sano, eliminación del material vegetal afectado mantenimiento del follaje seco, evitar heridas en las plantas, desinfección de herramientas de poda, etc.

Antracnosis (Colletotrichum sp.):El hongo causante de esta enfermedad se ve favorecido por la presencia de alta humedad relativa y temperatura (20-30ºC). Los síntomas se manifiestan en vainas y frutos con la presencia de manchas circulares de color negro y hundidas.

El síntoma más característico de esta enfermedad es la marchitez y el colapso de las plantas. En los tallos y estolones se observan manchas circulares de color pardo-negruzco, mientras que en el fruto se producen manchas hundidas de coloración parda y cubiertas de esporas rosadas o anaranjadas.

Se deben realizar una serie de medidas preventivas para llevar a cabo el manejo de esta enfermedad, tales como:
– Plantación de material vegetal sano.
– Eliminación de material vegetal afectado.
– Desinfección del material empleado.
– Suelos con buena capacidad de drenaje.

Para su control químico se recomienda realizar aplicaciones preventivas durante la floración y el desarrollo de frutos. Si se presentan los primeros síntomas de esta enfermedad, se debe recurrir a la aplicación de fungicidas autorizados.

COSECHA Y POSTCOSECHA

La pitahaya tiene una producción escalonada que va desde mediados de otoño a principios de primavera, pudiendo extenderse incluso hasta finales de primavera. La recolección de los frutos debe hacerse cuando están maduros, iniciando el corte desde el pedúnculo con cuidado de no dañar al fruto ni a la vaina. Los frutos deben presentarse en perfecto estado, sin manchas, cicatrices y asintomáticos.

Es conveniente llevar a cabo el pre-enfriamiento de los frutos con el fin de retrasar el proceso de maduración. Esta labor consiste en sumergir los frutos en agua fría con un detergente específico. Posteriormente, se procede a la desinfección y secado de frutos.

Previamente al empaquetamiento se debe realizar una clasificación según el tamaño y peso del fruto.

CategoríaDiámetro (cm)Peso (g)
I20-25250-300
II25-30400-450

Para exportación, la forma más usual de empaque se realiza en cajas de cartón, con los frutos separados entre sí y en una cantidad de 9-12 unidades por caja.

Finalmente, los frutos deben ser almacenados a una temperatura de 10-12ºC y una humedad relativa de 80-85%.

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