El Poder Curativo de la Naturaleza y los Habitantes de Ciudad

Dependiendo de quiénes seamos (excursionistas, observadores de aves o habitantes devotos de la ciudad); un viaje a la naturaleza puede presentar una oportunidad para hacer un ejercicio duro, echar un vistazo a una rara raza de martín pescador o un intento de una expedición donde nuestra supervivencia se evalúan las habilidades (si las hay); y así poder observar también el Poder Curativo de la Naturaleza.

Desde casa, el aire libre puede parecer insípido y aburrido. Pero aquellos de nosotros que abrazamos la naturaleza entendemos que estar al aire libre puede ayudarnos a expandir nuestras mentes, estirar y fortalecer nuestros cuerpos; y asombrarnos y rejuvenecernos de formas únicas que nos harán volver por más. Nos damos cuenta de que la naturaleza está viva, llena de sorprendente belleza y complejidad que a menudo se esconde en su engañosa simplicidad.

Admirar el Poder Curativo de la Naturaleza

Cuando las personas planean ir de campamento, tienden a pensar en ello como una serie de actividades de «campamento» conectadas. Probablemente harán una caminata por el bosque, posiblemente para echar un vistazo a la vida silvestre y pasar algún tiempo viendo las vistas. Si bien todas estas cosas son divertidas; creo que la mayoría de la gente sabe que las experiencias más conmovedoras que podemos tener al aire libre son las que resultan de estar en la naturaleza.

Piense en ver el atardecer, escuchar el goteo de agua de la nieve derretida y sentir el cálido abrazo del sol mientras se relaja en una playa tranquila. Éstas no son exactamente las cosas que la mayoría de nosotros consideraría metas que anotaríamos en nuestras listas de «tareas pendientes». En cambio, pensamos en estas cosas como «los aspectos más destacados» de la excursión en sí. Y, de alguna manera, lo son.

La naturaleza ciertamente puede proporcionar un escape de los pings, zumbidos, alertas de cotizaciones y correos electrónicos exigentes que inundan nuestra vida diaria. Los olores, las vistas y los movimientos de nuestro mundo viviente nos ayudan a conectarnos con la tierra y con los que nos rodean. Estar en la naturaleza puede tener un efecto significativo en nuestro bienestar mental; razón por la cual la conexión entre nuestra mente y la naturaleza ha sido objeto de varios estudios recientes.

Conclusiones

Un viaje al aire libre es una excelente manera de contemplar las relaciones que compartimos. El creciente cuerpo de investigación científica que respalda esta idea está ganando impulso. Hay razones para creer que el tiempo que pasamos en la naturaleza puede afectar nuestro estado de ánimo y nuestra autoestima; aliviar la depresión y tener un efecto terapéutico general.

La ironía aquí es que estás leyendo todo esto desde algún tipo de pantalla. Así que te animo a que vayas a hacer una caminata, te relajes en la playa o pases el rato en un parque con alguien que te importa. Dedique algún tiempo a apreciar las vistas inesperadas que seguramente encontrará. Te sorprenderá lo mucho que comprenderás sobre ti y el mundo.

Estar en la naturaleza a menudo proporciona a las personas una visión revolucionaria sobre sus vidas; ¡así como la fuerza que necesitan para actuar en consecuencia!

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