Las Fases Lunares y la Salud Mental
Una idea muy extendida es que las fases lunares influyen en el estado de ánimo y la salud psiquiátrica; y que la luna llena, en particular, puede hacer que las personas sean más agresivas. En el folclore, la luna llena desencadena la metamorfosis de humano a lobo del hombre lobo; una criatura mítica que refleja nuestra fascinación constante por el potencial «bestial» de los humanos. Las palabras en inglés que denotan locura o excentricidad, como «lunático o locura», tienen raíces en inglés antiguo o en latín que significan «luna».
Investigaciones Realizadas Sobre las Fases Lunares
Un estudio de 1984 sugirió que la tasa de criminalidad probablemente aumentaría en las noches con luna llena. Sus autores dijeron que esto podría deberse a «‘maremotos humanos causados por la atracción gravitacional de la luna».
Y una investigación más reciente, sugirió que las instalaciones psiquiátricas admitían a más personas durante la luna llena de lo habitual. Este pequeño estudio, que analizó los registros de 91 pacientes “con alteraciones del comportamiento violentas y agudas”; encontró que el 23% de estas admisiones tuvieron lugar durante la luna llena. Esto «fue aproximadamente el doble del número de otras fases lunares», escriben los investigadores en su artículo de estudio.
Sin embargo, otra investigación ha contradicho la noción de que la luna llena hace que las personas sean más propensas a hacerse daño a sí mismas y a los demás. Un estudio publicado en la revista Psychiatry en 1998 no encontró “ninguna relación significativa” entre cualquier fase de la luna y un aumento en el comportamiento violento.
Y, en 2019, investigadores de Suiza y Estados Unidos analizaron los datos de 17,966 personas tratadas en 15 salas psiquiátricas diferentes durante 10 años. Este estudio tampoco encontró evidencia de un aumento en la agresión durante la fase de luna llena.
Conclusiones de las Investigaciones
“Las creencias de que la luna influye en el comportamiento humano parecen en gran medida impermeables al hecho de que una gran cantidad de investigaciones, incluido el presente estudio, no las ha apoyado”, advierten los investigadores en el artículo del estudio.
“Las razones de la persistencia de tales creencias pueden no encontrarse en una comprensión racional; sino más bien en un deseo emocional primario de creer que no somos los únicos responsables de nuestros propios comportamientos”, escriben. Enfatizan que en el futuro, todos podemos encontrar más útil buscar respuestas en nuestra propia biología y contexto humano que en cuerpos celestes.